El Hubble y el James Webb han vuelto a trabajar juntos en una nueva misión. Mientras que hace unas semanas nos ofrecían una mirada conjunta e impresionante a una galaxia fantasma, hoy cada uno se ha dedicado a una tarea distinta. Así lo han publicado en la web de la Agencia Espacial Europea. Allí, nos permiten dar un vistazo a IC 5332, una galaxia más pequeña que nuestra Vía Láctea, pero cuya estructura no es menos impresionante.
IC 5332 es una galaxia ubicada a unos 29 millones de años luz de la Tierra. Se trata de una galaxia espiral, con un diámetro aproximado de 66.000 años luz, poco más de la mitad del diámetro de la Vía Láctea. Eso sí, gracias a las cámaras de infrarrojo cercano que incorpora el James Webb, la ESA ha podido observar esta formación celestial como nunca antes, llegando a fotografiar incluso sus "huesos".
El Hubble, por su parte, se encargó de captarla con una técnica más tradicional. Así, fotografiando a IC 5332 en luz visible y un poco de luz ultravioleta, nos muestra la piel de la galaxia. De esta forma, tenemos dos imágenes que se complementan mutuamente, y que revelan más información que nunca.
El James Webb abre la puerta a la observación espacial como nunca antes
Antes de la existencia del Telescopio Espacial James Webb, el estudio del universo no era tan detallado como lo es ahora. De hecho, capturar imágenes en infrarrojo era —y sigue siendo— infinitamente complicado. Desde los telescopios terrestres, por ejemplo, es imposible, debido a que la atmósfera absorbe la mayor parte de este espectro de luz.
El Hubble, por su parte, también hacía casi imposible la captura de imágenes en esta frecuencia. La razón está en que los espejos del Hubble irradian luz en infrarrojo medio, por lo que cualquier fotografía en este espectro captaría al propio telescopio de forma mucho más brillante que cualquier otro objeto en el espacio, cegándonos a lo que queremos observar.
Mientras tanto, el James Webb viene equipado con espejos y cámaras de infrarrojo medio (MIRI) e infrarrojo cercano (NIRCam, NIRSpec y NIRISS) que le facilitan este tipo de capturas. Eso sí, hacer estas capturas sigue sin ser tan sencillo. Para que dichas imágenes puedan ser procesadas sin una cantidad de ruido abismal, la cámara MIRI del telescopio espacial debe mantenerse a una temperatura de -266 grados Celsius (o 7 grados Kelvin). Solo en este entorno gélido, sus detectores pueden funcionar correctamente y garantizar lecturas precisas.
Qué vemos en ambas imágenes de la galaxia IC 5332
Ya habrás visto en la portada de este artículo la imagen de IC 5332 captada por el Hubble. Esta fotografía ha sido creada gracias a las cámaras especializadas del telescopio para capturar luz visible —la que podemos observar con nuestros ojos—, y luz ultravioleta.
Esto, revela una forma a la que ya estamos acostumbrados al observar imágenes de galaxias. Sus brazos espirales se muestran bastante bien definidos, con regiones brillantes llenas de estrellas, y caminos oscuros que no son más que cúmulos de polvo, y que bloquean la luz de otros astros que se encuentren dentro o detrás de estos.
El James Webb, por su parte, nos permite ver incluso más allá de las enormes formaciones de polvo. Gracias a su cámara MIRI (Mid-InfraRed Instrument), este velo de polvo en el que está sumida la galaxia se levanta, revelando su estructura interna más pura e impresionante. Una red de caminos interconectados, conformados en mayor medida por gas y estrellas.
Aunque ambas imágenes pertenecen al mismo cuerpo celeste, el James Webb facilita darle un vistazo a las profundidades de las galaxias. De esta manera, los científicos pueden descubrir mucho más sobre su formación, sus orígenes, y su posible destino dentro de miles de millones de años.