Tras la entrega del Premio Nobel de Medicina a Svante Pääbo por sus descubrimientos sobre los genomas de homínidos extintos y la evolución humana, hoy ha llegado el turno del Premio Nobel de Física, que ha ido a parar a manos de Alain Aspect, John F. Clauser y Anton Zeilinger "por experimentos con fotones entrelazados, estableciendo la violación de las desigualdades de Bell y siendo pioneros en la ciencia de la información cuántica"

El anuncio ha tenido lugar a las 11:45 CEST, desde la Real Academia Sueca de Ciencias, en Estocolmo. Si bien no formaban parte de las quinielas, en las que este año sonaba incluso el nombre de un español, Juan Ignacio Cirac, el galardón ha recibido el apoyo de la comunidad científica, que considera que, efectivamente, Aspect, Vlauser y Zeilinger son merecedores de los 10 millones de coronas suecas (985.700 euros) con los que se dota el premio. 

Lamentablemente, y a pesar de eso, su nombre no engrosa la lista de mujeres galardonadas con el Premio Nobel de Física, en la que aún sigue habiendo solamente cuatro: Marie Curie, Maria Goeppert-Mayer, Donna Strickland y Andrea M. Ghez. También hay otras, como Jocelyn Bell, que deberían estar en la lista, pero nunca entraron en ella. Aunque esa es otra historia. 

¿Por qué la información cuántica merece el Premio Nobel de Física?

Gracias a los hallazgos de los ganadores del Premio Nobel de Física, se espera usar "las propiedades especiales de los sistemas de partículas individuales para construir computadoras cuánticas, mejorar las mediciones, construir redes cuánticas y establecer una comunicación cifrada cuántica segura".

Estos estudios se basan en la investigación de algo conocido como entrelazamiento cuántico. Se trata de un fenómeno que se da cuando dos partículas comparten un mismo estado cuántico por muy alejadas que estén. Es decir, conociendo el estado de una, automáticamente se puede conocer el de la otra. Y esto es muy útil, porque permite encontrar nuevas formas de almacenar, transferir y procesar información.

Es algo que aún tiene mucho que investigar. No obstante, podrá estudiarse gracias al trabajo de cada uno de los tres ganadores del Premio Nobel de Física.

Por un lado, tenemos a John Clauser, quien construyó un aparato que emitía dos fotones entrelazados a la vez, cada uno disparado hacia un filtro que probaba su polarización. Los resultados coincidían con las predicciones de la mecánica cuántica.

Por otro lado, Alain Aspect logró "cambiar la configuración de medición después de que un par entrelazado había dejado su fuente". De este modo, la configuración que existía cuando se emitieron no podía afectar el resultado.

Finalmente, Anton Zeilinger ha demostrado un fenómeno llamado teletransportación cuántica. Este hace posible mover un estado cuántico de una partícula a otra a distancia. Y es muy interesantes, pues podría permitir la creación de redes de ordenadores cuánticos capaces de transmitir información a velocidades ultrarrápidas.

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