La guerra de los agregadores de transporte está servida. Al menos en las grandes ciudades. A una semana de que Renfe anunciase el estreno de Dōcō, la nueva aplicación de transporte de puerta a puerta de la compañía pública, Uber anuncia la integración del transporte público de Madrid. Algo que la tecnológica lleva tiempo practicando en Barcelona desde marzo de 2021.
A pesar de que Dōcō incluye la compra y reserva del transporte en tren, taxi, VTC, moto, patinete, metro y autobús –tanto las divisiones públicas, como acuerdos con empresas privadas de movilidad–, Uber quiere competir apostando con una de sus divisiones más fuertes: taxis y VTC. De esta manera, la compañía norteamericana, que desde hace tiempo incluye la reserva de bicis y patinetes eléctricos –tras la venta de Jump a Lime y posterior inversión en la tecnológica como parte de su compra–, ahora añade el transporte público de la capital. Concretamente, el de metro, autobús y cercanías Renfe.
Sin funcionar como pasarela de pago, a grandes rasgos el sistema ocupa el lugar de una app de sugerencia de transporte. De esta manera, además de elegir un transporte en algunas de las opciones de coche que tiene Uber, también se podrá elegir la de transporte público. Concretamente, para conocer la ruta más rápida, horarios de salida y llegada. Precios, paradas o estaciones.
Uber contra Google Maps, Moovit o Citymapper
Sin pasarelas de pago que funcionen con las plataformas de movilidad pública, Uber quiere posicionarse como la digna competencia a las apps de gestión de trayecto.
En este caso, y como explican desde la compañía, este anuncio forma parte de una continuación del programa de Uber Green en Madrid. El mismo que lanzaban en enero de este mismo año con una flota de coches eléctricos y el apoyo incondicional de la presidenta de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, a la actividad de las empresas privadas del sector VTC. "Creemos en la libertad de empresa, también en el transporte con servicios públicos que convivan con el sector privado", decía a principios de año. Algo que se ha materializado, también desde el lado del Ayuntamiento de Madrid, con una regulación a favor del colectivo VTC. Muy diferente a la de Barcelona, que tiene en jaque la actividad de Uber, Cabify o Bolt.
Por su lado, desde Uber apuntan a que se mantienen “reafirman su apuesta por Madrid y la contribución para convertirla en una ciudad más limpia y sostenible, reduciendo el uso del vehículo privado y fomentando una movilidad multimodal que combine servicios de taxi, VTC, micromovilidad y transporte público”.