Si sale bien, por fin tendremos una aplicación que unifique al resto. Renfe acaba de anunciar el lanzamiento de Dōcō, una app que agrega todas las modalidades de viaje: trenes de corta y media distancia, VTC, patinetes, motos y taxis. En el futuro, según apuntan en su web oficial, también añadirán los servicios de metro y autobús.

Dōcō, que responde a las siglas de dónde y cuándo (quieras), es la respuesta de Renfe a la apertura del mercado del transporte por tren en España. Aún como empresa insignia del sector público, la entidad quiere aprovechar su ventaja competitiva. También para los usuarios que no quieran descargar más aplicaciones en sus dispositivos por cada ciudad en la que se muevan. Según apuntan desde Dōcō, solo será necesario registrarse en la aplicación, introducir el medio de pago y añadir la documentación (DNI y carnet de conducir para los que quieran usar el servicio de moto).

Después solo te preguntará preferencias para viajar para poder sugerir mejores trayectos. Tras elegir el destino, solo tendrás que seleccionar de todas las opciones disponibles y pagar. De esta manera, podrás ir de punta a punta con todo reservado sin tener que improvisar nada.

Aún en fase beta, la primera versión de Dōcō estará disponible en las próximas semanas. Y, según apuntan desde su portal oficial, estará operativa en todas las regiones en las que opera Renfe (es decir, toda la Península) y con los servicios de transporte que estén operativas en cada una de las regiones.

Según aseguran desde la filial de Renfe no tienen partners confirmados hasta la fecha ya que se encuentran aún en la fase de negociación con las diferentes compañías del sector VTC, de patinetes y motos compartidas.

Siempre hemos querido una aplicación única, y esta podría salir bien

Es algo que se lleva repitiendo desde hace años: la movilidad compartida tenía que ampliarse a una app también compartida. Con una saturación del mercado desde hace años, en el que hasta una veintena de empresas han llegado a competir por la atención de los usuarios de una región (al menos en el negocio de los patinetes eléctricos), la tendencia ha ido a la concentración. También a por la regulación que limite el número de entidades disponibles.

Y mientras la regulación, y el propio mercado, marcaban sentencia, la eterna sugerencia: ¿por qué no compartir aplicación? La respuesta siempre era la misma: había que poder de cuerdo a demasiada gente y sistemas. Ya Chipi App lo intentó con poco éxito. La compañía se quedó como un modelo comparativo de precios y disponibilidad. La idea de quedar como pasarela intermedia nunca llegó a materializarse. Y Moovit también intentó algo similar.

Uber y Cabify, con sus integraciones y acuerdos internos, lograron también acercarse a la ilusión de una aplicación única que agregase a todos. Ha sido, sin embargo, Dōcō la que parece que logrará algo muy demandado.

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