Este fin de semana las Islas Canarias se han visto sumergidas (literalmente) en las consecuencias de la tormenta tropical Hermine. En algunas zonas, como la Palma, han llegado a caer 350 litros por metro cuadrado, lo cual supone diez veces más de lo que suele llover en septiembre en el archipiélago. Sin duda, ha sido un fenómeno fuera de lo convencional, ¿pero hasta qué punto es excepcional?

Cabe destacar que las tormentas como Hermine se forman a partir de algo conocido como onda del este africana, una perturbación atmosférica que se origina sobre el norte tropical de África y se propaga hacia el oeste durante los meses de verano y otoño. Por lo tanto, sí parece viable que ocurra en las Canarias. Y lo es, pero no es habitual, ya que suelen viajar mucho más al oeste.

¿Podemos decir que se trate de una consecuencia del cambio climático? Habría que estudiar el fenómeno en profundidad para dar una respuesta segura. Pero lo que sí podemos tener claro es que el calentamiento global promoverá otros fenómenos similares en lugares en los que no son habituales. Hermine podría ser solo un aperitivo de lo que veremos próximamente en España, tanto en las islas Canarias y Baleares, como en la península.

¿Cómo se formó Hermine?

Hermine fue inicialmente un ciclón tropical que, como ya hemos visto, se formó a partir de una onda del este africana. Según ha explicado a Hipertextual la física y meteoróloga del tiempo.es Irene Santa, estas perturbaciones son áreas de baja presión que son empujadas al oeste por los vientos alíseos.

A medida que viajan van absorbiendo energía, que aumenta a medida que el agua se calienta. Si llegan a ser suficientemente potentes, se forman lo que se conoce como huracanes. Por lo tanto, aquí sí tendríamos una consecuencia tangible del cambio climático. Si el agua del mar se calienta, los ciclones tropicales tendrán más combustible para originar huracanes. Esto es más habitual en lugares como el mar Caribe o la costa este de Estados Unidos, no tanto en las Canarias.

De hecho, Hermine no ha llegado a ser un huracán. Ni siquiera se ha acercado a las islas como ciclón tropical, ya que finalmente se convirtió en tormenta tropical. Y tampoco llegó a adentrarse en tierra, sino que quedó algo más lejos. 

Pero incluso con esas dos condiciones atenuantes, se puede decir que ha sido un suceso totalmente infrecuente. Y es que desde 2005, cuando la tormenta Delta arrasó las islas Canarias, dejando a su paso 7 fallecidos y 12 desaparecidos, no había ocurrido allí algo mínimamente parecido.

¿En qué época del año se dan estos fenómenos?

Fenómenos como Hermine no son habituales en lugares como las islas Canarias. Pero sí son comunes en esta época. De hecho, según Santa, los ciclones tropicales suelen darse en verano y otoño, con su punto máximo ubicado justo entre las dos estaciones. “La temporada de huracanes va del 1 de junio al 30 de noviembre, pero los meses más activos suelen ser septiembre y octubre, estando el máximo de la temporada en torno al 10 de septiembre”. 

¿Han experimentado en Canarias las consecuencias del cambio climático?

La meteoróloga del tiempo.es hace hincapié en que no se puede saber si un fenómeno tiene relación con el cambio climático hasta que se estudia en profundidad. 

En realidad, las intensas lluvias de las Canarias, que incluso han dejado una víctima mortal, tienen una explicación. Se trata de algo conocido como evento de lluvias predecesoras (PRE por sus siglas en inglés), que se da cuando un ciclón tropical interacciona con la corriente en chorro. Es decir, con un flujo de aire relativamente intenso, con dirección del viento vertical y horizontal. 

Estos suelen darse al norte de donde se forma el ciclón y es precisamente lo que ha ocurrido en las Canarias, por lo que es un fenómeno poco frecuente, pero no excepcional ni sin explicación.

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El cambio climático, más allá de Hermine

Puede que Hermine no haya sido consecuencia del cambio climático. Al menos no podemos saberlo con seguridad. Pero sí sabemos que las temperaturas de los océanos son cada vez mayores, por lo que este tipo de fenómenos tendrán combustible de sobra para extenderse.

Además, si las aguas calientes están más calientes, las que anteriormente no tenían una temperatura suficiente para albergar este tipo de fenómenos son cada vez más aptas para ello. Por eso, podemos empezar a verlo en lugares cada vez más extraños.

Incluso en el Mediterráneo pueden hacerse más habitual los medicanes. “Estos fenómenos presentan ciertas características tropicales, aunque son de menor tamaño”, aclara Irene Santa. “Se suelen dar durante los meses de otoño, y recordemos que el Mediterráneo se está calentando un 20% más que la media global por sus características”. 

En definitiva, puede que los fenómenos como Hermine no se hagan más frecuentes, pero sí más intensos. Y, sobre todo, puede que empecemos a verlos en lugares en los que no estamos acostumbrados. Lo peor de esto es que no estar acostumbrado es sinónimo de no estar preparado y, por desgracia, últimamente hemos visto en demasiadas ocasiones las nefastas consecuencias de no estar listos para afrontar los envites de la naturaleza.