En su regreso a la Tierra tras ser los primeros en llegar a la Luna, los astronautas del Apolo 11 se convirtieron en héroes y celebridades, tanto en Estados Unidos como en el resto del mundo. Su proeza dejó un sinfín de anécdotas y curiosidades que trascendieron el paso del tiempo, y una de las más llamativas la protagonizó Buzz Aldrin. Es que, finalizado el viaje, el segundo hombre en caminar sobre la superficie lunar le cobró poco más de 30 dólares en viáticos a la NASA.

Dicho de esta forma puede sonar a broma, pero no lo es. Días después de haber estado en la Luna, Aldrin presentó un voucher ante la NASA pidiendo que se le pagaran 33,31 dólares. Solicitud que se aprobó el 26 de agosto de 1969, apenas poco más de un mes después que la tripulación amerizara en el Océano Pacífico.

El propio Buzz Aldrin tuiteó las fotos del "recibo" en 2015, que se viralizaron por el peculiar detalle del viaje. El mismo indicaba que había partido desde Houston, Texas, hacia Cabo Cañaveral (Florida), la Luna, el Océano Pacífico, Hawái, y de regreso a Houston.

Entre los vehículos utilizados, destacaban las menciones a una "nave espacial del gobierno" y al USS Hornet. Este último fue el portaviones desde el que se rescató a los astronautas tras su regreso. En cuanto a las fechas, el dinero reclamado correspondía a un período más amplio que el del viaje a la Luna per se, puesto que comprendía del 7 al 27 de julio de 1969.

Buzz Aldrin y su peculiar reclamo de viáticos tras volar a la Luna

Buzz Aldrin | Apolo 11

Si aún te preguntas por qué Buzz Aldrin se tomó el trabajo de reclamar esos 33,31 dólares, la respuesta es simple: porque necesitaba el dinero. Lejos de ser millonarios, los astronautas disponían de salarios regulares, y ser integrantes de la misión Apolo 11 no les reportaba ninguna compensación económica adicional. El único ingreso extra al que podían aspirar eran los viáticos que estaban autorizados a reclamar por cada día que estuvieran fuera de sus casas. Algo que, justamente, se hacía a través de este voucher.

Por entonces, Michael Collins y Buzz Aldrin percibían sueldos por sus rangos de Teniente Coronel y Coronel de la Fuerza Aérea de Estados Unidos, respectivamente. El primero cobraba poco más de 17.000 dólares al año, mientras que el segundo apenas superaba los $18.500. Neil Armstrong, por su parte, era un civil contratado por el gobierno para desempeñarse en la NASA. Por ende, su salario era un tanto más elevado y se encontraba por encima de los 27.000 dólares anuales.

De acuerdo con algunos registros, el valor del viático que los astronautas podían gestionar era de 8 dólares por día. Sin embargo, si consideramos que el pedido fue por un período de 20 días, el pago final de 33,31 dólares se tradujo en una compensación de poco más de $1,60 por jornada. Claramente, no era un monto para hacerse ricos, pero todo ingreso ayudaba.

Si bien los tres astronautas del Apolo 11 estaban habilitados para reclamar el pago de viáticos, solo Buzz Aldrin y Michael Collins lo habrían hecho. Sin embargo, las imágenes del formulario de este último no han salido a la luz.

Pero esa no fue la única curiosidad burocrática que afrontaron los tripulantes en su retorno a la Tierra. También debieron completar un formulario de aduana al llegar a Honolulu, Hawái.

Allí informaron el ingreso de muestras de rocas y polvo lunar, aunque lo más peculiar fue el apartado de enfermedades. El mismo se completó con la frase "Por definirse", puesto que los astronautas aún debían someterse a un período de aislamiento para descartar cualquier posible afección contraída en la Luna.

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