En abril pasado, la misión Ax-1 hizo historia al convertirse en el primer vuelo espacial privado a la Estación Espacial Internacional. Para el mismo se utilizó la cápsula Crew Dragon, de SpaceX, y se eligió al veterano Miguel López-Alegría como comandante. Varios meses después de completado el viaje, el experimentado astronauta español-estadounidense aprovechó su cuenta en Twitter para reflejar su experiencia y dejó una declaración llamativa.
"¿Lo mejor y lo peor de Ax-1? Lo mejor: escuchar a mis compañeros de tripulación al ver la Tierra por primera vez; y lo peor: el baño. No hay sorpresas, siempre es el baño", publicó. El curioso comentario no ha pasado desapercibido, en especial viniendo de alguien que carga con su experiencia.
Después de todo, no olvidemos que Miguel López-Alegría posee el récord de mayor cantidad de caminatas espaciales entre astronautas de la NASA, con 10. Y es el segundo con mayor cantidad de actividades extravehiculares en la historia, solo por detrás del ruso Anatoly Solovyev (16). Ha volado al espacio en el transbordador espacial, en la Soyuz y en la Crew Dragon de SpaceX, así que también es palabra autorizada para hablar de experiencias escatológicas en el espacio.
Lo peor de los viajes al espacio es el baño, incluso en naves modernas como Crew Dragon
No es necesario ser astronauta para comprender la incomodidad de ir al baño durante un viaje al espacio, o al estar a bordo de la Estación Espacial Internacional. Los incómodos trajes y la microgravedad no colaboran para que la experiencia sea de lo más placentera.
Pero en el caso de SpaceX, los ingenieros han sufrido para lograr que el baño de la Crew Dragon funcione correctamente. De hecho, la compañía de Elon Musk debió rediseñar el sanitario de su cápsula tras detectarse un problema en la misión Inspiration4.
Según se conoció por entonces, un tubo que enviaba la orina a un contenedor se rompió durante el vuelo espacial. Esto provocó una filtración sobre un ventilador que la esparció debajo del piso de la nave. Los astronautas no se percataron del inconveniente en el momento, pero la compañía estadounidense pronto lo detectó en sus otras cápsulas.
El problema no era la orina en sí misma, sino que el mecanismo del baño la mezclaba con un desinfectante llamado monopersulfato de potasio. La preocupación de SpaceX era que provocara corrosión en los componentes de la Crew Dragon en el caso de una exposición prolongada e inadvertida.
No sabemos si lo expuesto por Miguel López-Alegría se relacione o no a algún evento extraordinario durante su último vuelo al espacio. Lo cierto es que, pese al entrenamiento y la experiencia, seguramente nada pueda prepararte para ir al baño con comodidad en una situación así. Ni siquiera si estás a bordo de una nave con lo último en tecnología, sea el ya extinto transbordador espacial o la Crew Dragon de SpaceX.