Predator: La Presa se ha convertido en el éxito del verano. La película de la saga con su mismo nombre ha ocupado los primeros puestos en el mundo streaming desde su estreno en Disney+. Más allá de la historia, que se centra en uno de los universos más atractivos y entretenidos del cine, su éxito se debe al cuidado a los detalles con los que se ha hecho la película. Y la pintura facial que lucen los protagonistas ocupa un lugar muy importante, aunque no lo parezca.
Centrada en el siglo XVIII, 300 años antes que la primera de las películas estrenada en 1987 con Schwarzenegger a la cabeza, Predator: La presa se encuadra en la vida de los habitantes en el territorio Comanche, en la época en la que los primeros colonos europeos empezaban a comer terreno a los indígenas.
Las ropas, los diálogos –la película es la primera del mundo del cine doblada al comanche– o las costumbres han sido estudiadas al detalle para evitar equivocaciones. Dan Trachtenberg, director de la película y sin ningún origen indígena, buscó el asesoramiento de expertos en la cultura comanche para no caer en tópicos. Y, de hecho, durante los primeros minutos de Predator: La Presa, el director se recrea especialmente en mostrar con rigor las costumbres y el día a día de esta cultura. Algo que muchos han criticado por salirse de la trama principal de Predator, en realidad tiene mucho sentido en el devenir de las escenas.
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Los actores, también de origen indígena –a excepción de los colonos–, ocupan un lugar esencial en el desarrollo de la película. Y, en este caso, para las pinturas que lucen durante toda la trama y que eran parte esencial de la publicidad de la película con Naru (Amber Midthunder,) mostrando sangre de Predator en su maquillaje. Pero además de los estudios pertinentes para analizar el estilo de pinturas faciales y corporales de los comanches del siglo XVIII, Trachtenberg buscó que estas tuvieran un significado mucho más trascendental. Al menos para los actores.
Cada uno de ellos eligió su propio maquillaje partiendo de las costumbres de sus antepasados y familiares. De esta manera, aunque el equipo de producción comenzó con una base que unificase a todos los personajes, se les permitió que representasen su pasado y sus costumbres en el maquillaje de la película.
"Pudieron colaborar en su pintura facial o su pintura de guerra. Algunos de ellos incorporaron sus propios diseños familiares en la pintura de su cara o cuerpo, lo que se sintió realmente increíble y muy respetuoso de la producción por querer incorporarnos a nosotros y a nuestras culturas de esa manera", explica Midthunder a en una entrevista sobre Predator: La presa en InStyle.
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No se aclara, si Naru –protagonista indiscutible de la película– intervino en el diseño de su maquillaje facial. Uno que, sin lugar a dudas, es el más llamativo de todos los que se muestran en la película. Sin embargo, este pequeño detalle es uno más de una película que podría haber caído en una larga lista de clichés que dejasen en nuevo título de la saga Predator como una caricatura de toda una cultura.
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