DALL-E 2, la herramienta de inteligencia artificial capaz de crear imágenes a partir de comandos de texto, ofrece a partir de hoy la posibilidad de expandir cualquier imagen más allá de sus bordes. Los usuarios pueden subir cualquier fotografía o cuadro y permitir que los algoritmos la reimaginen como parte de una imagen más grande.
Ese recurso permite que los creativos puedan crear obras propias a partir de algo concreto, o inspirarse gracias a la ayuda de las millones de obras sobre las que DALL-E 2 ha sido entrenada. En lugar de generar una imagen desde cero, el algoritmo genera una imagen con la frase deseada pero enmarcada en las guías de sombras, paleta de colores, textura e iluminación de la imagen subida. La nueva función está disponible al subir una imagen dentro de DALL-E 2.
Los resultados son magníficos. Obras de arte de repercusión mundial son ahora expandidas en imágenes que pueden seguir creciendo un gran número de veces. El mejor ejemplo está en La mujer de la perla, el famoso cuadro neerlandés Johannes Vermeer. Este óleo barroco se convirtió de un retrato en primer plano a una escena completa donde una mujer es retratada en medio de la casa. Con instrucciones diferentes, la mujer puede estar en cualquier otro sitio. La ambigüedad del cuadro no encadena la imaginación del espectador ni la de los algoritmos.
La nueva función es, en realidad, una modificación de la interfaz. Antes, el usuario tenía que hacer todo el proceso manualmente, ya que DALL-E 2 sólo permitía realizar generaciones dentro de las imágenes subidas. El truco era ampliar el lienzo, subir una imagen y generar. Ahora es más sencillo, directo, y se puede realizar desde la interfaz web.
Ejemplos de la nueva función de DALL-E 2
En la cuenta oficial de DALL-E 2 en Instagram, el equipo ha compartido varias creaciones como ésta:
Los creativos han usado la herramienta para modificar elementos dentro de la imagen en diferentes industrias como en la moda, donde DALL-E 2 puede ofrecer diferentes propuestas en materiales y colores sin tener que invertir grandes cantidades de tiempo y dinero en hacer los diseños. O usarlo como inspiración, pues la inteligencia artificial ha visto más vestidos que nadie en el mundo.
La inteligencia artificial es el presente
Hasta hace unos años, era completamente impensable pensar que un robot fuese a pintar lo que nosotros le dijésemos y pudiera sorprendernos. En realidad no entiende de arte, ni tiene gusto. Tampoco ha aprendido los fundamentos de las proporciones, la escena o la iluminación. Pero no le hace falta, ha visto miles de millones de fotografías, cuadros e ilustraciones digital. DALL-E 2 transforma una actividad que hasta hace poco creíamos casi divina en un simple problema matemático de predicción.
Y lo más sorprendente es la competición que está surgiendo. Nuevas herramientas como MidJourney o Stable Diffusion, basadas en redes neuronales diseñadas por equipos modestos, pero cuyos resultados son muy detallados y fidedignos a lo ordenado. Además, muchos creativos que no tienen nociones de ilustración o pintura, ahora pueden plasmar sus ideas gracias a estas herramientas de inteligencia artificial.
Algunos ilustradores no están contentos, puesto que en realidad lo que están haciendo estos robots son collages de imágenes recortadas de Internet a los que, obviamente, no se paga ni se retribuye su trabajo. ¿Por qué? Porque no es una copia, sino que simplemente ha aprendido de lo que ha visto. Cualquier artista está influenciado por las pinturas que observó previamente, los libros que ha leído y la música que ha escuchado. Si la tarea más importante de un escritor es la lectura, la de la inteligencia artificial es el análisis de nuestras obras.