La última ola de calor que se ha cernido sobre España ha llegado con temperaturas impactantes, con todo lo que eso supone para nuestra salud. Pero si las de la atmósfera asustan, las temperaturas del suelo nos hacen sentir casi como si estuviésemos en el mismísimo infierno. Y es que, según los datos del satélite Sentinel-3, de la Agencia Espacial Europea (ESA), en zonas como Extremadura se han llegado a alcanzar hasta 60 °C

Más allá de tener en cuenta consideraciones como cuidar las almohadillas de nuestros perros cuando les saquemos a pasear, cabe hacerse algunas preguntas al respecto. Por ejemplo, ¿es normal que las temperaturas del suelo sean tan elevadas? O ¿por qué esta vez se han situado tan alejadas de las temperaturas atmosféricas?

Además, no podíamos dejar de aprovechar la ocasión para hacernos esa pregunta que todos nos hemos hecho alguna vez. ¿Es cierto que con estas temperaturas se podría llegar a freír un huevo en el suelo

Las temperaturas del suelo no son siempre tan altas

Estamos bastante acostumbrados a que las temperaturas del suelo sean muy elevadas en lugares cubiertos de arena, como la playa. Esto se debe a que la arena tiene un calor específico muy bajo. Es decir, se necesita muy poca energía para aumentar su temperatura. Con poco calor que haga, al sacar los pies de la toalla sentiremos que caminamos sobre la lava.

Pero lo que se puede ver en el mapa de temperaturas elaborado con los datos de Sentinel 3 es que las temperaturas del suelo alcanzarán cifras muy elevadas en lugares muy alejados de la costa. Volvemos al ejemplo de Extremadura.

De hecho, se puede ver que generalmente las temperaturas del suelo más altas y alejadas de las atmosféricas se sitúan en zonas urbanas o con poca vegetación. Las causas son variadas. Está claro que la vegetación, especialmente los árboles altos, ayudan a amortiguar parte de esa radiación solar que calienta la superficie. Pero eso no es todo.

En esta ocasión las grandes diferencias se deben también a la ausencia de nubes y viento. Esto, según ha explicado en NIUS el portavoz de la AEMET, Rubén del Campo, propicia que el calentamiento de la atmósfera se mantenga siempre igual y que, por lo tanto, “la capa de aire que descansa inmediatamente por encima del suelo se calienta muchísimo”.

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¿Podremos freír un huevo en esta ola de calor?

Cuando las temperaturas del suelo llegan a ser tan elevadas como ahora, se suele decir a modo de broma que se podría freír un huevo sobre él. En España, de hecho, tenemos el caso de Écija, una localidad sevillana conocida popularmente como “la sartén de Andalucía”. Las causas por las que se le llama de esta forma son obvias. ¿Pero se podría realmente freír un huevo ahí o en Extremadura durante esta ola de calor?

A bote pronto podríamos llegar a pensar que no. No hay más que ver que para freír un huevo en la cocina, se suele recomendar que el aceite se encuentre entre 120 °C y 170 °C. Sin embargo, podría conseguirse con menos temperatura.

Al fin y al cabo, lo que ocurre cuando se cocina un huevo es que sus proteínas pierden su estructura por un proceso conocido como desnaturalización. Esto puede ocurrir por muchas causas, entre ellas el calor. Y basta con unos 70 °C. Ya nos encontramos mucho más cerca de las temperaturas del suelo medidas por Sentinel 3.

Pero hay un problema. El hormigón de las aceras e incluso el asfalto de las carreteras retienen muy bien el calor, pero no lo ceden con la misma facilidad. Por eso, sería complicado pasar el calor del suelo al huevo y poder cocinarlo.

Ahora bien, hay trucos para lograrlo. La asociación Solar Cookers International lleva años buscando trucos para cocinar alimentos simplemente con el Sol, sin ninguna fuente artificial de energía. En un artículo sobre ellos publicado en Washington Post, explicaban que igual deshidrataban calabaza en un aparcamiento que hornean brownies a plena calle.

Por eso, en esa misma publicación se les preguntó sobre cómo podría freírse un huevo en el pavimento. Y es cierto que directamente no sería fácil, pero podría solucionarse con la ayuda de algo que refleje el calor, para dirigirlo y absorberlo. Podría, por ejemplo, utilizarse una caja de cartón cubierta con papel de aluminio. No sería necesario nada complicado. 

Por lo tanto, sí, en cierto modo sí que podría freírse un huevo en el suelo durante esta ola de calor. A ese punto hemos llegado.