Así como Estados Unidos ha usado el cine para fomentar su cultura, incentivar sus mitos y hazañas, el anime, para Japón, cumple una función similar. Quizá menos ambiciosa. Mientras Estados Unidos suele imponer un tono de dominio, el anime tiende a ser más amigable. Por eso abundan las referencias a su gastronomía, la arquitectura y la filosofía de ese país. En ese sentido, Detective Conan: La hora del té de Cero, de Netflix, es una muy buena muestra.

La serie, de seis capítulos breves (no superan los 15 minutos), es parte de la tradición del Detective Conan. Un manga importante dentro de la industria, con múltiples entregas y ramificaciones. Una de esas es la adaptada por Netflix, describiendo la historia Rei Furuya, un agente de policía capaz de desdoblarse en par de identidades más. Una de ellas es Bourbon, el nombre como se le conoce dentro de la Organización de los Hombres de Negro. La otra es Tôru Amuro, un aprendiz de detective de Kogoro Mouri.

Mientras realiza todas esas tareas, también es el responsable de cocina de un café. Este lugar se vuelve una suerte de lugar de tránsito a través del cual es posible describir al personaje. Es un mérito de la narrativa. Se recomienda ver Detective Conan: La hora del té de Cero luego de haberse sumergido en el manga u otras adaptaciones en formato anime. Sin embargo, el relato está construido de una manera en la que incluso los no iniciados puede comprender la esencia de Rei Furuya y sus búsquedas.

El tono y el tiempo
de Detective Conan: La hora del té de Cero

En una época de consumo inmediato, en la que incluso las producciones de más de dos episodios levantan sospechas, o las series con varias temporadas y decenas de capítulos no vistos pueden producir alergia, Detective Conan: La hora del té de Cero plantea algo común dentro del anime: episodios cortos pero concisos. Cada uno de ellos tiene un fin claro y, aunque parecen historias antológicas, no lo son porque terminan explicando quién es Rei Furuya.

Lo hace de forma sencilla y agradable, compaginando dibujo, dirección, fotografía y trama de buena manera. Conviene no pensar que, por “sencilla” es menos compleja. El universo en el que se mueve el protagonista de Detective Conan: La hora del té de Cero es espinoso. Para balancearlo, y no convertirse en un relato policial clásico, la serie de Netflix regala varios momentos clave a través de su cotidianidad: su interés por la cocina, por la atención en el café y el cuidado de los otros, un niño o un perro

Aunque Detective Conan: La hora del té de Cero puede contar la historia de una suerte de superhéroe mundano, especializado en resolver casos y atrapar delincuentes, no deja de lado su fibra humano. Así se le ve perturbado por parte de su pasado o reconociendo en su comportamiento la influencia de su mamá. Dentro de la narrativa, ese matiz de emociones y hechos enriquecen la historia porque permite ver las distintas caracas del personaje principal. 

Detective Conan: La hora del té de Cero

¿Cómo es la vida de una persona que se divide en tres identidades, en tres roles distintos en la sociedad, en tres personalidades? La suerte es que se complementan. Así, Rei Furuya puede avanzar con sus distintas misiones; desde atender un café y preocuparse por una clienta hasta negociar con fuerzas capitalistas y tener que atender al villano de turno. Este anime es un spin-off de un manga reconocido, "Detective Conan". Son seis capítulos que son cortos y, lo mejor, se hacen cortos para dejar al espectador deseando un poco más.

Puntuación: 4 de 5.

Atención, ¡spoilers a continuación!

Un anime para nutrir la tradición del manga

Detective Conan: La hora del té de Cero, luego de seis capítulos, deja la sensación de querer más. Rei Furuya puede ser el amable cocinero capaz de interpretar lo que una abuela necesita y, a la vez, estar ante una seductora mujer y no dejarse influenciar por ella, consciente de que su real interés está en una misión que trasciende a ella. Volviendo sobre la cultura de Japón, representada a través del anime, acá también se explora la sensualidad y se representan ideales femeninos ajenos a la realidad. La ficción es un espacio de anhelos. 

Detective Conan La hora del té de Cero, en Netflix, crítica 2

Esta serie de Netflix no tiene cierre, incluso desde un primer momento se advierte: se trata de un spin-off, de la extensión de un relato mayor. El triunfo de la historia es que, aún sin los antecedentes ni los eventos futuros, el espectador sabe sobre los compañeros de Rei Furuya y se hace una idea de su pasado mientras avanza hacia su futuro. En ese viaje, se le ve en secuencias comunes dentro de los animes de acción policiaca: algunas maniobras imposibles, la tensión con otros funcionarios y alguna dificultad en la gestión del tiempo. 

Es probable que el relato sirva como un puente hacia las historias gráficas. Esto no es menor porque dice en relación con la construcción de un universo amplio, repleto de diferencias y con una tradición asentada dentro de los lectores. Pero si estos o los espectadores van y vienen dentro de uno y otro formato, el fin de la serie estará cumplido: seguir cultivando las historias Detective Conan, a través de La hora del té de Cero.

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