Los gadgets que más te enganchan no necesariamente han de ser los más costosos o revolucionarios. Muchas veces, los que logran conquistar tu corazon son, simplemente, los que hacen posible ese deseo o derriban ese muro que tanto ansiabas. Una excelente prueba de ello es la herramienta Moom, de la que hablé hace unas semanas. Es una utilidad extremadamente simple, pero se ha convertido en una de mis imprescindibles. Pero no nos desviemos. En este texto no pretendo volver a explayarme sobre esa utilidad –aunque os recomiendo echarle un vistazo si usais macOS–. El caso de Moom es solo un ejemplo introductorio hacia el verdadero protagonista de este texto: el Razer Kishi V2.

El Razer Kishi V2 es, en esencia, un mando para teléfonos móviles. Un accesorio que permite convertir tu móvil en una especie de Nintendo Switch. Y sí, no es el primero. Como su propio nombre indica, hubo un Razer Kishi V1. Y también es posible encontrar productos similares de otras marcas.

Pero el no ser el primero o una revolución no resta precisamente valor a este Razer Kishi V2. Por una parte, porque cumple con su cometido particularmente bien. Por otra, porque lo verdaderamente importante no es el producto en sí; son las puertas que desbloquea.

Razer Kishi v2

La clave tras el Razer Kishi V2

Antes de entrar en detalle sobre cómo ha sido mi experiencia con el Razer Kishi V2, he de poner sobre la mesa la que ha sido, para mí, la base que da sentido a un producto como este: Xbox Game Pass. Y, más concretamente, la función de cloud gaming que Microsoft lleva años desarrollando.

No es la primera vez que pruebo lo que antes se llamaba xCloud. Pero he de admitir que había pasado un tiempo desde la última vez. Y, querido lector, cuánta diferencia. El salto hacia delante que ha dado la empresa de Redmond en este sentido es mayúsculo. Ha pasado de ser algo prometedor a entregar una experiencia realmente satisfactoria. Y no me refiero a catálogo de títulos compatibles –que también es bastante interesante–, sino a parámetros como la latencia, la estabilidad o la calidad de imagen.

Para ejemplificar lo mencionado, permitanme que lleve este texto a mi terreno. El grueso de mi tiempo frente a una consola lo paso con títulos de conducción: F1, Gran Turismo, Assetto Corsa, etc. Siempre han sido mi pasión. Y en esos títulos, recordemos, la latencia es clave. Frenar una décima de segundo más tarde te hace perder tiempo o, incluso, provocar un accidente que acabe con tu carrera.

La última vez que probé el juego en la nube de Xbox Game Pass, el servicio sufría de una latencia que hacía imposible disfrutar de títulos como los citados. Sobre todo si intentabas jugar sin ninguna clase de asistencia (control de tracción apagado, cambio manual, nada de ABS, etc.). No era una latencia inmensa, pero sí lo suficiente como para no terminar de disfrutar o sentirse cómodo.

En esta ocasión, sin embargo, la sensación ha sido completamente opuesta. El juego en la nube de Xbox Game Pass ha pasado de ser un servicio prometedor que observaba desde la distancia a plantearme seriamente renovar mi suscripción para poder seguir disfrutando cuando viaje sin tener que echar de menos mi consola. Más aún considerando que, a finales de año, Microsoft va a permitir ejecutar cualquier título que tengamos en nuestra biblioteca digital –no solo los que estén disponibles en Game Pass–.

Y no, no es perfecto. En alguna ocasión concreta, el streaming sufrió un leve stuttering pese tener una buena conexión. Pero, insisto: no es la norma. Las caídas son tan ocasionales que, al menos en mi experiencia, no enturbian la experiencia global.

Por cierto: es importante recordar que, para disfrutar de una buena experiencia con este servicio, debes tener sí o sí una buena conexión a internet. ¿Puedes disfrutar del juego en la nube de Game Pass sobre una red 5G? Sin duda, pero la estabilidad –sobre todo en lo que a latencia se refiere– no va a ser la misma que sobre una red de fibra. Y este factor, evidentemente, no está en manos de Microsoft, sino de los operadores.

Razer Kishi v2

La guinda del pastel

Si unes un servicio como el descrito previamente con un producto como el Razer Kishi V2, la experiencia resulta realmente satisfactoria. El tacto de los botones, por ejemplo, es realmente bueno, sobre todo los X, A, B e Y. Los gatillos también tienen un buen recorrido y sensibilidad que resulta de gran utilidad en esos títulos en los que tienes que jugar con su progresividad.

Los joysticks del Razer Kishi V2, por otra parte, se asemejan mucho a los de la Nintendo Switch en forma y en comportamiento. La experiencia con ellos es satisfactoria, aunque he de reconocer que, viniendo de mandos de consola convencionales, echo en falta que tengan algo más de recorrido. Lo digo por diversas razones:

  • Los títulos del Game Pass han sido desarrollados pensando en la jugabilidad del mando de Xbox, cuyos joysticks tienen más recorrido. 
  • Unos sticks con más recorrido también facilitan la transición hacia el Kishi V2. Si juegas mucho en consola o PC, agradecerás tener un feeling lo más parecido posible entre ambos dispositivos.
  • Y por último, que tengan más recorrido también es de utilidad en muchos títulos donde la progresividad con la que haces movimientos es fundamental.

El puente de conexión del Razer Kishi V2 tiene una gran amplitud, por lo que cualquier teléfono –incluso uno particularmente grande– se puede acoplar sin problemas. Si nos ponemos detallistas, eso sí, podría ser un poco más sólido, aunque es más una sugerencia de mejora que una deficiencia real.

El producto en sí es bastante ligero, lo cual es clave teniendo en cuenta que, a su peso, debemos sumar el de un teléfono móvil –los cuales cada vez pesan más–. También transmite una buena sensacion al tacto –contribuye a ello el acabado gomoso de algunas partes– y los elementos están bien ubicados.

Razer Kishi v2

Se agradece, por otra parte, tanto la inclusión de botones programables en la parte superior –configurables desde la aplicación Razer Nexus– y un puerto USB-C en la parte inferior del Razer Kishi V2 que permite cargar el teléfono mientras seguimos jugando.

Lo que no se agradece tanto es que no exista una versión universal del Razer Kishi V2. La compañía ha puesto a la venta una versión para Android y, próximamente, llegará también una versión para iOS. Pero ¿por qué no es la misma para ambas plataformas?

La diferencia entre el puerto USB-C y el Lightning es el obstáculo más visible, pero creo que una solución como la que DJI aplica probablemente habría sido viable en un producto como este. Para los que no estén familiarizados con DJI: la marca de drones incluye junto a los mandos de sus productos diferentes puertos intercambiables, de forma que puedes usar indistintamente un teléfono u otro junto al citado mando.

Es un problema menor, pero, teniendo en cuenta que, cada cierto tiempo, las personas cambian de teléfono móvil, hacer que el Razer Kishi V2 sea universal habría sido un punto bastante positivo para prolongar su vida útil.

Razer Kishi v2

¿Merece la pena comprar el Razer Kishi V2?

Tras lo expuesto anteriormente, creo que no cabe ninguna duda de cuál es mi respuesta ante dicha pregunta. El Razer Kishi V2 se ha convertido en uno de mis productos favoritos del año. No es revolucionario, pero, junto a Game Pass, ha abierto una puerta que llevaba años ansiando: poder jugar a los títulos que tanto disfruto en consola allá donde esté, de una forma cómoda y sin complicaciones.