El desarrollo de la secuela de Joker sigue sobre ruedas. El más reciente anuncio del director Todd Phillips, quien a través de Instagram presentó el guion de la película, es otro guiño hacia una producción que ya genera expectativa. Conviene recordar que la primera entrega fue un suceso dentro de la industria cinematográfica cuando se presentó en 2019.
El espectador, acostumbrado a que el Joker aparezca en las producciones cinematográficas y los contenidos animados a partir de Batman, encontraron en la película un relato propio, independiente del murciélago, con una serie de aspectos notables. Ya no se trataba de un relato espectacular, de acción, sino mucho más complejo: una narración psicológica.
Ese tratamiento fue acompañado de una puesta en escena notable y la actuación destacada de Joaquin Phoenix. Sin Batman dentro de Joker, todo el peso de la historia recayó en el personaje, quien comandó un relato que inspiró múltiples lecturas, entretuvo e, incluso, puede que cambiara algunas cosas dentro del género de superhéroes adaptados en el cine. Con base en ese contexto llegará su segunda parte.
El Joker dentro la cultura pop
Puede que el villano más famoso de la cultura pop sea Darth Vader. Si se asume esto como una certeza, teniendo en cuenta la extensa tradición del personaje dentro y fuera de las pantallas, no hay mayor debate. Pero, si se mira un poco más allá, hay una figura que puede hacerle contrapeso: Joker.
Parte de esa reputación nace de su principal adversario, Batman, quien también podría ser visto como el superhéroe más importante de la cultura pop. Un tipo que no cuenta con habilidades especiales sino con la inteligencia necesaria y el dinero para poder igualarse ante cualquiera, mientras intenta salvar a Ciudad Gótica.
El principal villano que le hace frente, Joker, está a su altura porque representa lo opuesto a él. Un conflicto que no solo se lee en lo práctico, con la ciudad como escenario práctico. Pero, en el plano de las ideas, ambos representan un choque ético y moral que enriquece su rivalidad.
La importancia del relato particular
Joker puede hacer contrapeso ético y moral a Batman porque tiene una complejidad rica y diversa. La representación realizada por Heath Ledger sirve de antecedente a la ya mencionada. Un personaje que se atreve a cuestionar a los bloques criminales; que no persigue lo mismo que ellos; que piensa su obra nefasta como una serie de actos que tendrán un fin específico dentro de una serie de consecuencias y lecturas.
Ese aspecto, la capacidad simbólica y de acción del personaje, y que Joker exploró la historia de origen del personaje, son clave para entender el impacto de la primera película dedicada de forma exclusiva al personaje. También sirve para dimensionar el valor de una segunda parte: el villano permite tantas lecturas y posibilidades que necesita tener un relato independiente a Batman.
Una de las sensaciones posibles luego de ver Joker es la empatía generada hacia un personaje aterrador. Espectadores acercándose al mal. Es parte de las apuestas del cine y de los rincones de la condición humana: se atraviesan distintos estados durante la vida y, a veces, los detalles influyen demasiado en ese recorrido.
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Lo anterior es solo un ejemplo de la potencialidad del personaje. Al no estar bajo la sombra de Batman o condicionado a lo que este pueda aportar al relato, conviene explotar de mejor manera todo ese fondo que Joker ofrece. Se intuye que en algún momento se cruzarán. Pero, mientras pasa, es una buena idea seguir explorando las capas de un personaje complejo, intimidante, posicionado como uno de los íconos pop contemporáneos más importantes.