Por dos años, Top Gun: Maverick de Joseph Kosinski fue una incógnita. En especial, cuando los rumores sugerían que el film no solo era un homenaje, sino también una poderosa experiencia visual. La original, dirigida por el fallecido Tony Scott, se convirtió en un icono generacional y un film de culto. ¿Qué podía esperarse de su secuela, que debía enfrentar franquicias y sagas multimillonarias? ¿Lograría asombrar tanto como su predecesora? Mucho más aún, ¿podría mostrar esa bien medida combinación de género que hizo famosa a la de Scott?

No solo lo logra, sino que además es un gran homenaje al legado de Tony Scott y su noción sobre el cine de entretenimiento. Más aún, es un recorrido por nuevos lugares sobre el cine de acción. Sus personajes — y contexto — se ha hecho más rico y elocuente. Y en especial, tiene mayor interés en mirar a todo lo que vincula a Top Gun con un tipo de experiencia cinematográfica mayor. Incluso acentúa la sensación de espectáculo y crear una elegante conexión con un tipo de cine que en la actualidad, tiende a desaparecer. Top Gun: Maverick es brillante en su sentido de lo extraordinario en su mirada a la herencia de Tony Scott. Pero en especial, a la idea de un tipo de película creada para deslumbrar. 

¿Qué une y que separa a la original? ¿Qué necesitas saber para ver la secuela? Te dejamos una lista de cinco elementos que refrescar en la historia de Top Gun. Y en específico, que necesitas recordar para disfrutar mucho más la experiencia de este símbolo generacional que regresa a la pantalla grande por todo lo alto. Mucho mejor: con una secuela convertida en quizás la más inteligente continuación a la historia que asombró a la década de los ochenta. 

Pete “Maverick” Mitchell regresa y desde el mismo lugar en que lo recuerdas 

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Pero eso no quiere decir que el personaje interpretado por Tom Cruise no haya madurado y crecido. En realidad, uno de los puntos altos de Top Gun: Maverick es el hecho de crear una versión más madura y sofisticada de su héroe. Eso sin transformarlo en un símbolo de nostalgia o analizarlo fuera de su ámbito natural. Maverick es un piloto — “el hombre más rápido del mundo”— y también un brillante estratega. Uno que reconoce sus fallos, que lleva a cuesta el peso de su historia personal y que tiene un sincero vínculo con su historia.

Mucho más aún, el grupo de guionistas encabezados por Peter Craig, Christopher McQuarrie y Ehren Kruger hacen hincapié en la tranquila madurez del personaje. Maverick es aún descarado, osado e intrépido. Pero también es mucho más profundo y emocional. Las heridas del pasado dejaron una huella en su comportamiento y la película lo sabe. Y el argumento utiliza la premisa para crear un personaje más interesante y profundo. 

De nuevo, volvemos a la academia de pilotos Top Gun

Y por buenas razones para hacerlo. La película original planteaba desde una mirada atípica y emocionante la rivalidad entre pilotos. Y creaba la percepción que la academia era un espacio en común para que los mejores, pudieran probar su potencial. El sentido de la urgencia cambia en Top Gun: Maverick y se convierte en un argumento osado sobre el peligro y el riesgo. 

tom cruise

Más interesante aún, el entrenamiento que Maverick encabeza tiene mucho de camino del héroe. Varias de las escenas parecen hacer referencia a un crecimiento como equipo y como individuo tradicional en el cine. El substrato le brinda un sentido mucho más profundo al trayecto de los pilotos hacia la excelencia. Y también, la conexión emocional entre todos. Top Gun: Maverick rinde tributo a la original a través de la idea de un espacio de competencia. Pero esta vez agrega un ingrediente de poder y compromiso que sorprende por su contundencia. 

Las acrobacias aéreas son las protagonistas indiscutibles

Top Gun: Maverick es heredera de un tipo de cine acción que en la actualidad parece anticuado y un poco rígido. Y el director Joseph Kosinski parece muy consciente de eso. Por lo que la película apuesta el doble a la idea de la aventura basada en su componente técnico y visual. El film lleva la fórmula a un nivel extraordinario y lo eleva a la categoría de arte. Las tomas aéreas son una combinación de efectos prácticos, avances específicos en el apartado de filmación y una poderosa mirada al simbolismo. Si el Top Gun de Tony Scott creó una experiencia inmersiva a todo nivel, esta vez la producción dobló la apuesta. 

Top Gun Maverick en Microsoft Flight Simulator

Y el resultado son las mejores escenas de acción llevadas al cine en mucho tiempo. La cámara sigue con atención los vuelos, caídas en picada pero también, pone interés en la forma en que sus jóvenes personajes reaccionan a la acción. De la misma manera que la original, Top Gun: Maverick es un compendio de situaciones al límite y también una magistral mirada a la aventura.

Casi todos los personajes originales regresan de una forma u otra

Uno de los puntos altos de Top Gun de Tony Scott fue la química entre sus personajes. Y de hecho, el punto más fuerte es que el guion jamás escatimó esfuerzos en mostrar las relaciones — tensas, apasionadas y profundas — entre ellos. Top Gun: Maverick no lo olvida y establece lazos sustanciales y elaborados con toda su historia. Desde la conexión inmediata con Nick “Goose” Bradshaw hasta el regreso de Tom “Iceman” Kazansky. La película se toma en serio y de forma brillante, la idea de un mundo más allá de la pantalla que creció y maduró. 

Por supuesto, también hay algunas ausencias notorias. Charlotte Blackwood, El personaje de Kelly McGillis no forma parte del regreso a la pantalla del Capitán Pete “Maverick” Mitchell. Tampoco Carol Bradshaw, interpretado por Meg Ryan. De esta última, hay un poco más de contexto y se explica el motivo de su notoria ausencia. 

Top Gun: Maverick, basada en su impacto visual

Si Top Gun fue un combate — emocional e intelectual — entre dos personajes extraordinarios, su secuela amplía la fórmula a un nuevo nivel. También condiciona la percepción sobre el riesgo, la acción y la responsabilidad. Como continuación de una historia sencilla, la película mantiene los puntos elementales en claro. Pero a la vez, profundiza, construye y sostiene una versión sobre su argumento mucho más pulcro y firme. Y aunque decae en algunos puntos — en especial, cuando intenta fusionar acción y drama — , la película tiene la suficiente habilidad para crear una idea brillante sobre la aventura. 

Como secuela, Top Gun:Maverick es elegante, poderosa y se toma en serio la misión de profundizar en el legado que recibe de un ícono de la cultura pop. Subsana errores, profundiza en los puntos flojos de la original y enaltece su herencia como producto basado en el puro entretenimiento. Una brillante propuesta que además, está consciente de su origen y la atención puesta en ella. 

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