No podemos decir que alguno de los nueve cortometrajes animados que componen el tercer volumen de Love, Death and Robots, la antología de Netflix creada por el estadounidense Tim Miller (desde 2019), esté entre lo mejorcito de la misma. Todos ellos se encuentran a cierta distancia de “The Witness” (1x03) y “Pop Squad” (2x03), dos llamativas propuestas realizadas por Alberto Mielgo (2019) y Jennifer Yuh (2021) de forma respectiva.

Y eso que el gran David Fincher se halla detrás de “Bad Travelling” (3x02), tal vez lo más defendible de esta tanda cinematográfica junto con “Jibaro” (3x09), la segunda aportación del mencionado Mielgo, quien no nos provoca la misma decepción que su compañera Yuh al endosarnos “Kill Team Kill” (3x05), lo peorcito de toda la serie de Netfix. Y otra de las curiosidades de esta nueva entrega está relacionada con Elon Musk.

Nos topamos con la misma al final de “Three Robots: Exit Strategies” (3x01), el único firmado hasta el momento por Patrick Osborne (2022) y que continúa la historia de los tres hilarantes personajes electrónicos a los que ya habían prestado su cuerdas vocales Josh Brener, Gary Anthony Williams y Katie Lowes en su corto del primer volumen (1x02), dirigido por Víctor Maldonado y Alfredo Torres. Y uno no esperaba oír el nombre del magnate aquí.

Esperando a Elon Musk en ‘Love, Death and Robots’

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Netflix

En esta obra de Love, Death and Robots, nos cuentan que los seres humanos “obscenamente ricos decidieron que necesitaban un nuevo planeta”, y los protagonistas descubren la grabación del lanzamiento de un cohete espacial en diciembre de 2025 hacia Marte, en el que su tripulación escapó del apocalipsis. Y, tras un montaje encadenado del cielo nocturno terrestre al del mundo rojo, nos muestran a aquellos que pudieron sobrevivir allí.

Un astronauta marciano se dispone a beberse un margarita y abre su escafandra para ello. Pero no es una persona, sino uno de los gatos a los que la humanidad modificó sus genes felinos para que nacieran con pulgares oponibles, lo que además los convirtió en los segundos animales inteligentes. Así que el susodicho mira a los espectadores atónitos y pregunta: ¿A quién esperabais? ¿A Elon Musk?”, antes de hacer un mohín y probar el cóctel.

Por supuesto, tiene mucho sentido esta referencia en Love, Death and Robots. No solo porque la iniciativa de largarse de la Tierra y su hecatombe es tan comprensible que ya la hemos visto, por ejemplo, en No mires arriba (2021), peli de Netflix, a instancias del empresario tecnológico Peter Isherwell, para el que el actor Mark Rylance se inspiró en Elon Musk. Este último es el más “obscenamente rico” y su compañía SpaceX se dedica a la fabricación y el transporte aeroespacial.

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