Las gafas inteligentes podrían reemplazar al smartphone en un futuro. Al menos, así lo esperan compañías como Apple, Google, Oppo y Xiaomi. También Facebook (ahora Meta), aunque de una forma algo diferente. La firma de Mark Zuckerberg cree que este tipo de dispositivos podrían ser muy buenos aliados para el metaverso, y espera que se hagan realidad muy pronto. Mientras tanto, la ahora conocida como Meta ha lanzado junto a Ray-Ban las Ray-Ban Stories. Estas lentes prometen ser un complemento perfecto para el smartphone gracias a sus funciones, aunque no de una forma tan inteligente como esperábamos.
Las Ray-Ban Stories, de hecho, no ofrecen características de realidad aumentada, como sí lo hacen las Air Glass de Oppo o las Xiaomi Smart Glasses. Son, en cambio, más similares a las Spectacles de Snapchat. Este dispositivo, en concreto, está destinado a grabar vídeo o tomar fotografías desde un punto de vista más humano, pues las cámaras se ubican a la altura de los ojos. Las gafas inteligentes de Facebook y Ray-Ban también sirven para realizar llamadas o escuchar música, y poco más. Son funciones que cualquier otro smartphone puede hacer, aunque en este caso, de una forma algo diferente.
Esa diferencia de uso y, sobre todo, el hecho de que este dispositivo no está tan estandarizado como lo está un smartphone, es lo que me ha hecho generarme una gran variedad de dudas que, afortunadamente, he podido resolver después de varios días de uso. No obstante, son dudas que probablemente a ti también te surjan. Por ejemplo, es posible que te estés preguntando si estamos preparados para utilizar gafas con cámaras por la calle, o si este tipo de dispositivo puede resultar un atentado para la privacidad de las personas. También, por supuesto, te estarás preguntando qué tal funcionan sus cámaras y si realmente merecen la pena comprar unas gafas inteligentes. Pero vayamos por partes.
Las Ray-Ban Stories llaman la atención por su diseño, pero no por ser extravagantes
Una de las áreas más importantes de las gafas inteligentes de Meta y Ray-Ban, es el diseño. Principalmente, porque también resuelve —en parte— una de las preguntas que me hice incluso antes de recibir el producto para analizarlo en profundidad: ¿podremos ir por la calle sin que la gente nos mire de una forma extraña? Las lentes cuentan con dos cámaras en los laterales para poder grabar vídeo y tomar fotografías, y su aspecto puede ser algo distinto al de unas gafas convencionales por ese mismo motivo. No obstante, la diferencia respecto a otros modelos de la misma marca es mínima. Tanto que, incluso, algunas personas de mi entorno ni siquiera se dieron cuenta que las gafas contaban con cámaras. Esto, en parte, es una buena noticia.
Que el aspecto de las Ray-Ban Stories —que, por cierto, están disponibles en diferentes acabados, a cada cual más bonito—, sean muy similar al de otras gafas de la marca o de otros fabricantes, aporta una sensación de tranquilidad para el usuario que las está utilizando. Personalmente, no me he sentido incómodo cuando las he llevado por la calle. Nadie (que yo sepa) se ha quedado perplejo ante las diminutas cámaras que se ubican en los laterales.
El tamaño es una de las pocas diferencias que podemos encontrar respecto a otras gafas no inteligentes. Las Ray-Ban Stories tienen las patillas algo más gruesas, dado a que es dónde se incluyen los altavoces y los diferentes componentes, y la proporción de la montura también es algo más grande, pero nada exagerado.
La sensación de tranquilidad cambia un poco, eso sí, al capturar vídeo o fotografías, dado a que las gafas cuentan con un LED en la zona frontal que se activa cuando pulsamos el obturador, el cual se encuentra en la zona superior de la patilla. En algunos casos, sobre todo en zonas donde no hay mucha luz, ese LED llama bastante la atención, aunque puede ser un buen aliado para garantizar la privacidad de las personas. Esto me lleva a la siguiente pregunta.
¿Suponen un problema de privacidad?
El LED, de un color blanco y una potencia bastante considerable, sirve para alertar al usuario que las gafas están, o bien grabando vídeo y audio, o bien tomando una fotografía. En este último caso, la luz se activa unos segundos, mientras que al grabar permanece encendida hasta que el dispositivo termina de capturar vídeo. Es una forma eficaz de garantizar la seguridad, pero hay un inconveniente.
La intensidad del LED puede no ser suficiente en situaciones donde hay una gran cantidad de sol, como en la playa. Una persona a varios metros de distancia apenas puede percibir si esa luz está encendida. Además, la persona tendrá que suponer —si detecta el LED— que está activo porque el propietario de las gafas está grabando o tomando una fotografía. Y en muchos casos el punto blanco que se aprecia en el lateral, simplemente parece un reflejo de los rallos del sol. Esto, junto a ese diseño que a priori parece tan buena noticia, puede dar lugar a que los usuarios utilicen estas gafas para espiar a otras personas.
Por su parte, Facebook (Meta), recomienda algunas claves para que el usuario haga un uso responsable. Entre ellas, que el propietario de las gafas inteligentes muestre a los demás para qué sirve ese LED, que evite manipular la luz, que deje de grabar si alguna persona muestra su malestar, o que apague el dispositivo cuando está en espacios privados. Ahora bien, ¿Meta también respeta la privacidad del usuario que utiliza estas gafas?
La compañía asegura que se recopilan "los datos necesarios para asegurarse de que las gafas y la aplicación funcionan correctamente". Destaca, además, que las fotos y vídeos se almacenan de forma cifrada. La compañía tampoco tiene acceso a los medios sin consentimiento del usuario y no utilizan el contenido (tales como las fotos o vídeos almacenados en la app) para crear anuncios personalizados. Advierte, eso sí que la app recopila información, como "el número de imágenes que captura, el tiempo dedicado a tomar vídeos o la duración media de los vídeos", para ofrecer "mejores productos y más personalizados". El usuario, no obstante, puede decidir si compartir esos datos o no.
¿Qué tal funcionan las Ray-Ban Stories?
Las gafas inteligentes de Facebook y Ray-Ban funcionan a través de Bluetooth y se configurar con la app Facebook View. Esta plataforma también permite ajustar algunos parámetros adicionales, como activar el asistente de Facebook (disponible en inglés), el nivel de volumen, etc. También sirve para transferir las imágenes capturadas por las cámaras al smartphone, proceso que, en mi opinión, es bastante práctico y sencillo. La app muestra el número de imágenes tomadas con el dispositivo y facilita un botón para la descarga. En cuestión de minutos los clips aparecen en el dispositivo.
Las Ray-Ban Stories tienen dos cámaras de 5 megapíxeles que permiten tomar fotografías o capturar vídeo. Para ello, es posible utilizar dos métodos. El más práctico, es mediante el obturador que se ubica en la zona superior de la patilla derecha. Es un botón de gran tamaño, por lo que es fácilmente localizable. Al pulsar una vez, las gafas comenzarán a grabar vídeo de hasta 30 segundos de duración (es posible parar la grabación pulsando de nuevo). Si mantenemos pulsado el botón, las Ray-Ban Stories harán una foto. Ambas acciones están acompañadas por un sonido que se transmite desde los altavoces de las patillas. También es posible apreciar un indicador LED en la zona derecha que confirma que la cámara se está utilizando.
El otro método es por la voz, a través del asistente de Facebook. Este solo está disponible en inglés, italiano o francés, y funciona como cualquier otro asistente. Solo hay que decir "Hey Facebook" para convocarlo y realizar el comando (toma una foto, graba, llama, etc.).
Ahora bien, ¿son útiles las gafas de Facebook? ¿qué tal se comportan sus cámaras? Sin duda, la función más interesante de estas Ray-Ban Stories —al menos, en mi opinión– es la de poder grabar vídeo de hasta 30 segundos con una perspectiva más humana. Me parece una genial idea, sobre todo para aquellos usuarios que quieren capturar momentos y compartirlos, por ejemplo, a través de las historias de Instagram. También hace que no tengas que depender tanto del móvil en salidas o cuando estás con amigos. Si necesitas capturar un recuero, puedes usar las gafas. Ahora bien, esta buena idea tiene dos inconvenientes.
Por un lado, la resolución de vídeo es bastante pobre. Es, en concreto, de 1184 x 1184, y con 30 fps. Es mucho menos que lo que se puede conseguir con cualquier smartphone de gama media. Afortunadamente, en condiciones lumínicas aceptables se pueden obtener resultados decentes. Sumando, además, el plus de poder grabar con las manos libres y con una perspectiva algo más diferente.
Otro inconveniente es el formato de vídeo, y es que no está adaptado al formato de las redes sociales. Es de 1:1, mucho más cuadrado del que Meta ofrece en las historias de Instagram y Facebook (16:9). Creo que hubiese sido todo un acierto que las Ray-Ban Stories pudiesen grabar en esa proporción, aún si eso conlleva sacrificar en diseño para unas cámaras de mayor tamaño. La app, eso sí, permite editar el contenido y recortarlo a un formato más rectangular, pero pierde bastante calidad y recorta una gran parte del vídeo.
Las gafas inteligentes de Facebook y Ray-Ban también sirven para realizar llamadas o escuchar música. Puede parecer una función muy poco útil, pero es todo lo contrario. La facilidad con la que podemos iniciar una reproducción, controlar el volumen (mediante gestos en la patilla) o la buena calidad de los altavoces, junto a ese diseño no tan extravagante, anima a utilizar las gafas como si fuesen unos auriculares, y es bastante intuitivo. Un volumen muy elevado, eso sí, hace que el sonido se escuche bastante en el entorno.
¿Qué hay de la autonomía?
Según Ray-Ban, las gafas pueden ofrecer hasta 3 horas de reproducción de audio continuada y unas 6 horas de duración general. Es, en mi experiencia, una duración más que suficiente. Sobre todo, teniendo en cuenta que no siempre que me he puesto las gafas las encendía —no hay que olvidar que también son unas gafas de sol—.
Por otro lado, las Ray-Ban Stories se cargan a través de su estuche, al igual que los AirPods y otros auriculares inalámbricos. La funda cuenta con un pequeño puerto magnético donde se colocan las gafas e incluye un LED que indica el nivel de carga o batería. El estuche, además, tiene un puerto USB-C, dado a que también necesita cargarse. Por cierto, las gafas tienen memoria interna. Permiten capturar hasta 500 imágenes y unos 30 vídeos de 30 segundos.
¿Merecen la pena las gafas inteligentes de Facebook (Meta)?
Las Ray-Ban Stories se pueden adquirir en España a partir de 329 euros. El fabricante no solo vende un único modelo, sino que permite al usuario escoger entre diferentes estilos, colores o tipos de cristal. Ahora bien, ¿merecen la pena?
Las gafas inteligentes de Meta y Ray-Ban son un claro ejemplo de una buena idea que tiene una mala ejecución. Es un dispositivo muy interesante y que puede dar mucho juego, sobre todo, teniendo en cuenta que el aspecto es muy parecido al de unas gafas de sol convencionales y que permite grabar contenido de una forma mucho más amena y diferente. No obstante, hay muchos "peros" que, lamentablemente, superan a los puntos positivos de este producto y revelan que, en realidad, no es un producto necesario para nuestro día a día.
Las Ray-Ban Stories, por ejemplo, tienen una forma de capturar contenido mucho más original que la de un smartphone, pero la calidad de vídeo deja mucho que desear. Hacer una fotografía, además, no es tarea fácil, dado a que la estabilidad de las cámaras no es muy buena. Su diseño es excelente y apenas parecen unas gafas inteligentes, pero esto lleva a que algunos usuarios puedan utilizar las lentes para espiar a otras personas. Todo ello, además, teniendo en cuenta que es un producto que utiliza la tecnología de Facebook —pese a que la compañía intente camuflarlo bajo la marca Ray-Ban—, por lo que muchas pueden no sentirse seguros teniendo en cuenta los múltiples problemas de seguridad a los que se ha enfrentado la empresa de Mark Zuckerberg.
Lo que realmente me ha gustado de las gafas inteligentes de Meta y Ray-Ban, además de su aspecto, es la excelente calidad de sonido y lo cómodo que resulta controlar la reproducción a través de las patillas. La experiencia a la hora de realizar llamadas o escuchar música es bastante buena. Pero no merece la pena pagar más de 300 euros por ello. Sobre todo, si tenemos en cuenta que el conjunto de unos auriculares TWS de buena calidad, como los Nothing Ear (1) y unas gafas convencionales de la misma marca, no supera los 200 euros.
Debemos tener en cuenta, eso sí, que es un (muy) primer paso hacia un futuro donde las gafas inteligentes, recordemos, podrían reemplazar al smartphone. Es probable que veamos más alternativas en un futuro o que Meta, incluso, lance modelos más inteligentes y que mejoren algunos de los puntos flojos de estas Ray-Ban Stories.