En el segundo capítulo de la segunda temporada de Los Bridgerton hemos conocido a modo de flashback al único de los Bridgerton al que aún no habíamos puesto cara, el padre de la familia, Edmund. El recuerdo que más atormenta a su hijo mayor, Anthony, es el momento de su muerte, a causa de la picadura de una abeja. Esta nueva temporada de la serie de Netflix se sitúa en el año 1814, un momento en el que no se sabía aún nada sobre el shock anafiláctico. Además, esta muerte ocurrió 10 años antes. Por eso resultaba casi incomprensible que un simple insecto pudiese acabar con la vida de un hombre. ¿Pero se podría haber salvado Edmund Bridgerton si viviese en la actualidad y supiese que tenía alergia a las picaduras de abeja?

Quizás, el mero hecho de saber lo que le ocurría podría haber ayudado a salvarle la vida. O puede que no. Al fin y al cabo, un shock anafiláctico es algo que ocurre tan rápido que no siempre hay tiempo para reaccionar. Las personas que saben que sufren alguna alergia grave pueden-y deben- llevar siempre encima una inyección de epinefrina. Pero si es el primer encuentro con el causante de la alergia podrían no estar preparadas.

Además, el ataque de Edmund Bridgerton no ocurrió en Londres, sino en su casa del campo. Quizás incluso en la actualidad no habría habido tiempo a llevarlo a un hospital o a que una ambulancia llegara a atenderle. Son muchos los factores que influyen, así que lo mejor será desgranarlos poco a poco.

Historia del shock anafiláctico

Tras la picadura de abeja, Edmund Bridgerton experimentó una reacción alérgica extremadamente grave, que terminó causándole la muerte. Esto es lo que se conoce como shock anafiláctico.

Fue descubierto en 1901, cuando el médico Charles Richet y el zoólogo Paul Portier se encontraban intentando inmunizar a un grupo de perros frente al veneno de la anémona de mar. El objetivo era exponerlos a pequeñas dosis del veneno hasta conseguir que lo toleraran. Es algo que se hace a día de hoy con algunas alergias, aunque con un conocimiento mayor sobre ellas y de una forma mucho más controlada. En su caso simplemente esperaban que esa exposición sirviese como profilaxis para desarrollar un antisuero que ayudara a los bañistas que se veían afectados por el contacto con estos animales marinos. 

El shock anafiláctico fue descrito por primera vez en 1901

No obstante, en algunos canes se produjo el efecto contrario, pues acabaron experimentando una reacción todavía más grave de lo normal. Bautizaron lo ocurrido como anafilaxia, ya que en griego ana- significa contra y phylaxis se traduce como protección. Del término anafilaxia surgió después el de shock anafiláctico. Estamos hablando por lo tanto de casi un siglo después de la época que se representa en la serie de Netflix. Por eso Anthony Bridgerton no entendía qué es lo que le estaba pasando a su padre cuando comienza a tener dificultad para respirar después de la picadura de abeja. Ahora bien, imaginemos que sí hubiese sabido lo que le estaba pasando. ¿Podría haberse salvado?

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La abeja podría haberle matado igualmente

“Una anafilaxia es una reacción grave y de instauración súbita”, cuenta a Hipertextual el alergólogo del HGU Gregorio Marañón Alberto Álvarez-Perea. “Generalmente, comienza en minutos y la inmensa mayoría antes de que pase una hora tras la exposición al alérgeno”.

En la serie se ve que Edmund Bridgerton comienza a experimentar los síntomas inmediatamente después de la picadura de abeja. Podríamos pensar que es una exageración de la serie, pero lo cierto es que sí puede ocurrir en casos graves.  “Lo más frecuente es que tenga una aparición progresiva, iniciando con síntomas más leves, que van empeorando hasta llegar al shock anafiláctico”, señala Álvarez-Perea. “Sin embargo, las anafilaxias que con más frecuencia producen la muerte son precisamente aquellas de instauración muy rápida, porque no dan tiempo a reaccionar”.

"Generalmente, el shock anafiláctico comienza en minutos y la inmensa mayoría antes de que pase una hora tras la exposición al alérgeno"

Alberto Álvarez-Perea, alergólogo

El alergólogo insiste en que, afortunadamente, son casos muy, muy poco frecuentes. Pero sí que es cierto que, cuando se dan, puede ser prácticamente imposible llegar a tiempo. No importa que estemos en el siglo XXI y con un hospital cerca. Podría cursar demasiado deprisa.

En otro orden de cosas, la familia Bridgerton se encontraba en su casa del campo cuando ocurrió todo. Puede que hoy en día hubiese un hospital relativamente cerca. ¿Pero llegaría la ambulancia a tiempo? Precisamente por eso se están empezando a desarrollar robots y drones capaces de recorrer en un par de minutos el espacio para el que una ambulancia necesitaría mucho más tiempo. Ya se han empleado algunos para llevar órganos para trasplantes de un hospital a otro. No obstante, se plantea hacer también dispositivos capaces de llevar el aparataje necesario para atender, por ejemplo, un ataque al corazón y conectar a las personas que se encuentren junto al paciente con un médico experimentado que guíe sus movimientos. Esto es el futuro ahora mismo, así que mucho más el futuro de una época como la que se representa en la serie de Netflix.

Alergias en tiempos de los Bridgerton

Que no se conociera el shock anafiláctico antes de 1901 no significa que no ocurriera. De hecho, con el tiempo se ha sabido que algunos casos médicos que entonces fueron un misterio a día de hoy podrían explicarse por esta reacción alérgica extrema. “Existen sucesos históricos que, a posteriori, podrían ser identificados como muertes por anafilaxia”, explica el alergólogo consultado por este medio. “La interpretación actual es que hasta finales del siglo XIX, la alergia era muy infrecuente y, por eso, las anafilaxias eran sucesos puntuales. Con el aumento de la prevalencia de alergias, se han hecho mucho más habituales”.

Esto es algo interesante y es que a día de hoy hay muchos más casos de alergias que en el pasado. ¿A qué puede deberse? No está claro, aunque hay algunas hipótesis.

Hoy en día hay muchas más alergias y enfermedades autoinmunes que en el pasado

Las dos más estudiadas son la “hipótesis de la higiene” y la de los “viejos amigos”. Ambas están relacionadas, pues hacen referencia a que en el pasado nuestro sistema inmunitario estaba en contacto mucho más frecuente con determinados microorganismos que entrenaron a nuestro sistema inmunitario frente a determinadas infecciones.

Algunos de ellos, conocidos como viejos amigos, se encontraban en el suelo o el agua, por lo que el contacto a través de la alimentación era continuo. No obstante, las medidas de higiene, saneamiento y seguridad alimentaria rompieron ese trasiego de microorganismos. Esto no es negativo, pues se evitaron también muchas infecciones peligrosas. No obstante, pudo propiciar cambios en el sistema inmunitario, que acabaría rebelándose contra lo que no debe, como ocurre con las alergias o las enfermedades autoinmunes.

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Aun así, Álvarez-Perea nos recuerda que también pueden influir otros factores, como la contaminación, los cambios dietéticos o el abandono del ámbito rural.

Sea como sea, lo que está claro es que en la época de los Bridgerton no había tantos casos de alergia y, por lo tanto, era mucho más raro que se produjese un shock anafiláctico. Pero raro no quiere decir imposible, así que no, lo que le pasa al padre de la familia no es una exageración de la ficción. Es poco probable, pero podría haber ocurrido, tanto entonces como hoy en día.