Neil Amstrong, primer hombre en pisar la Luna, nunca estuvo muy de acuerdo con el papel de Elon Musk en la carrera espacial. El famoso astronauta, fallecido en agosto de 2012, no tuvo reparos en expresar su opinión por el aquel entonces incipiente negocio de SpaceX en la carrera espacial privada. Una opinión, que en palabras del propio Musk, supusieron un duro golpe para el empresario que, como tantos otros de su generación, tenían a los primeros astronautas en un pedestal. Regreso al espacio es el nuevo documental de Netflix que pone el foco sobre la intensa carrera espacial que se ha precipitado durante estos últimos años y sobre estos momentos de enfrentamiento entre los que ya estaban y los que venían.

Como no podía ser de otra manera, Elon Musk y SpaceX son protagonistas indiscutibles de esta maratón. La empresa espacial del empresario fue una de las primeras en pisar el acelerador de la división privada para conquistar el espacio. Y como pionera en este segmento también tuvo que enfrentarse al proceso de conquistar un universo que había sido coto privado de la NASA durante décadas. Dejar entrar a una empresa privada en los lanzamientos era, para un Estados Unidos de hace 10 años, una complicada decisión que iba más allá del ahorro de millones de dólares en inversión. Era una cuestión de Estado que debía tomarse muy en serio.

Es en ese punto donde Regreso al espacio saca a relucir esos primeros momentos en los que Elon Musk no contaba con el apoyo del que venía siendo el icono de la carrera espacial. Astronautas, ingenieros y políticos mostraron su negativa ante la simple idea de que una empresa privada tomase partido en la carrera espacial. "No era fácil que todos estuviesen de acuerdo", explica Lori Garver, administradora general de la NASA en Regreso al espacio. Sin embargo, fue la valoración del propio Neil Amstrong, en conjunto con sus compañeros del Apolo IX Gene Cernan y Jim Lovell, la que más dolió al Elon Musk de hace 10 años. "Se pasarán por alto requisitos necesarios y habrá problemas", apuntaba el astronauta. "Es un proyecto con una misión a ningún sitio. Es una mala idea, son un montón de startups y pequeñas empresas", sentenciaba.

Fue un duro golpe para Elon Musk que, en una entrevista de aquel momento y que recoge el documental de Netflix Regreso al espacio, respondía de forma sincera a las palabras de Amstrong. "Para mí son héroes y eso duele mucho. Es difícil escuchar lo que dicen, pero ojalá pudieran venir y ver lo que hacemos para que cambien de idea", explicaba Elon Musk casi al borde de las lágrimas.

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Amstrong nunca estuvo del lado de Elon Musk

Y es que el posicionamiento de Amstrong y sus compañeros respecto a la actividad de Elon Musk se reiteró en varias ocasiones. Desde que en 2010, el por entonces Presidente Barack Obama anunciase la entrada de empresas privadas en los viajes espaciales tripulados, los primeros astronautas que pisaron la Luna pusieron el grito en el cielo. Así se lo hicieron saber a la NBC a través de un correo electrónico. Instaban a Obama a que retomase el programa Constellation para invertir casi 6.000 millones de euros en lo que llamaban "servicios de taxi comercial para astronautas espaciales".

Poniendo en duda el futuro liderazgo de Estados Unidos en la carrera espacial, el grupo argumentaba que “la disponibilidad de un transporte comercial en órbita como lo prevé la propuesta del Presidente no se puede predecir con certeza, pero es probable que tome mucho más tiempo y sea más caro de lo que esperamos. Sin la habilidad y la experiencia que proporciona la operación real de naves espaciales, es muy probable que EE.UU. se encuentre en un largo descenso hacia la mediocridad”.

Este mismo posicionamiento en contra de la apertura comercial espacial iniciada por Obama fue reiterada en el Congreso de los Estados Unidos. Tras estas declaraciones, el grupo aclaró que si bien no estaban de acuerdo con cómo se había dejado entrar a nuevas empresas a la carrera espacial, sí que apoyaban la iniciativa de empresarios como Elon Musk y les instaban a seguir trabajando para llegar a sus objetivos. Eso fue lo que precisamente terminó haciendo Elon Musk, que en respuesta a las opiniones de Amstrong aseguró que seguiría intentando su objetivo de llegar al espacio.

Finalmente, Neil Amstrong falleció en agosto de 2012, mucho antes de que el SpaceX de Elon Musk comenzase a granjear sus primeros éxitos. De que se hablase de turismo espacial o de películas en la Estación Espacial Internacional –quizá Amstrong tendría mucho que decir a este respecto–. Del aterrizaje vertical de los cohetes en las plataformas marítimas a fin de ahorrar los costes de fabricación de cada uno de los lanzamientos. Los primeros cohetes y el primer lanzamiento con tripulación de una nave de SpaceX, la Crew Dragon, en su misión de llagar a la Estación Espacial Internacional. También mucho antes de ser la empresa, junto a otras de su grupo, en volver a llevar misiones con tripulación a la Luna –esa que pisó por primera vez Amstrong en 1969– y antes de ponerse el objetivo –algo ambicioso– de llevar humanos a Marte antes de que termine la década.

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