En una de las escenas de La Ciudad Perdida, de Aaron y Adam Nee, Sandra Bullock corre por la jungla con un extravagante vestido fucsia. Lo hace con todo el encantador nerviosismo que hizo famoso a otros de sus personajes. También con la ligereza de su larga experiencia en la comedia romántica. De hecho, la secuencia entera resume la carrera de la actriz: extraña, con altibajos y un amable sentido del humor. Y es ese aire despreocupado y caótico es lo que parece haber convertido a la película en un éxito imprevisible. Con 31 millones de dólares, fue el film más taquillero del pasado fin de semana en Estados Unidos y destronó a la imbatible The Batman. Para verla en otras regiones habrá que esperar al próximo 22 de abril, pero lo cierto es que la premisa con la que se presenta la película ya augura un éxito en cines.

Se trata de un fenómeno que sorprendió a todos. En una industria obsesionada con la juventud, Bullock de 57 años de edad es toda una excepción. No solo es punto de interés de una película que sin su participación, habría pasado desapercibida. También es la demostración fidedigna que Bullock desafía la creencia que una actriz de su edad no puede el único sostén de un film. Buena parte del interés y curiosidad que ha despertado por La Ciudad Perdida se refiere a la forma en cómo la producción se sostiene en Bullock. La ya anticuada fórmula de una comedia romántica que funciona únicamente gracias a la simpatía de sus actores vuelve a ser efectiva. Y no es casual que haya sido gracias al magnetismo y simpatía de la actriz.

Con La Ciudad Perdida, Bullock rompe el viejo mito de que una actriz no puede romper la simbólica barrera de la edad en Hollywood. También, que es una de las figuras más curiosas de la industria estadounidense. Obsesionada por la vida privada, con una selección de proyectos más que cuestionable, la actriz es una figura inclasificable. A la vez, una de las más poderosas. 

Genio y figura, hasta en la selva de La Ciudad Perdida

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Mucho antes de La Ciudad Perdida, Bullock llegó a la fama desde lugares poco usuales. La red, de Irwin Winkler, la catapultó al estrellato en 1995. Por entonces, todavía el cine se obsesionaba por encontrar la próxima “chica de al lado”, esa figura estadounidense benigna y peligrosa para una actriz. Se trataba de la forma más fácil de encasillarse en un único tipo de papeles y de hecho, fue lo que ocurrió. Pero en la época en que Meg Ryan y Jennifer Aniston encarnaban el ideal de la figura dulce y accesible, Bullock se volvió un misterio.

También en el rostro de un tipo heroína que poco tenía que ver con las usuales. De ser la compañera de Sylvester Stallone en Demolition Man a la esforzada ayudante del fiscal en Tiempo para matar, la actriz demostró su versatilidad. A la vez, su ambición. En los noventa, su carrera se convirtió en una combinación singular de todo tipo de registros

La película, la historia de una escritora de novelas románticas que termina embarcada en una aventura impensable, es tópica en todo sentido

También en una personalidad de Hollywood que reunía a los periodistas y llevaba con discreción el reconocimiento. Lo más extraño fue que Bullock siguió volviendo a la comedia romántica cada cierto tiempo y convirtiéndolas en éxitos de taquilla. Mientras dormías, Practicamente Magia, Esa cosa llamada amor, Bullock se convirtió en un imán para la taquilla. Uno que desafiaba la regla de una pareja romántica al uso. La actriz construyó un estilo y además, una inteligente versión sobre la necesidad de reinvención en la Industria.

Con La ciudad Perdida sus experimentos demuestran una considerable importancia. La película, la historia de una escritora de novelas románticas que termina embarcada en una aventura impensable, es tópica en todo sentido. Pero también es un film dinámico, que usa con inteligencia el humor y permite a la actriz demostrar su indudable carisma. Como si eso no fuera suficiente, Channing Tatum completa un extraño binomio. El argumento parece anticuado entre las nuevas comedias románticas, existencialistas y profundas. Pero incluso así, Bullock brilla y eso es lo que ha convertido un proyecto menor en un éxito de envergadura. Uno, que hace preguntarse a Hollywood ¿es Sandra Bullock incombustible? 

La heroína que siempre vuelve a casa

Durante las últimas dos décadas, la actriz ganó un Oscar y se convirtió en el rostro de varias de las películas más vistas de Netflix. Solo para de nuevo, volver al anonimato y regresar con películas como La ciudad perdida. Bullock no está interesada en galas, ceremonias, entrevistas o promociones. Y de hecho, su nuevo éxito de taquilla es según anunció, el último proyecto que filmará en años. Incluso con un triunfo inesperado, Bullock sigue siendo la figura elusiva y singular que el cine hollywoodense no puede clasificar. 

Pero más allá de eso, La ciudad perdida, en toda su simplicidad, es una demostración de algo más interesante. Que algunas barreras se rompen en Hollywood y algunos estereotipos, también. Algo que Bullock lleva haciendo prácticamente durante cada uno de sus treinta años frente a la cámara. 

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