A la inmensa mayoría de la crítica profesional le ha gustado Red, el vigésimo quinto largometraje de Pixar, que ha dirigido Domee Shi (2022), la cineasta china-canadiense que ganó un Oscar por su corto Bao (2018). A otros no nos ha parecido gran cosa, sino más bien lo menos destacado del estudio desde Cars 2 (2011). Pero en toda historia, siempre hay puntos de vista.
“La inspiración para esta película viene de mi vida, creciendo igual que Mei, como una chica de trece años boba, torpe, confiada y obsesiva, que va a afrontar grandes cambios”, nos dice Domee Shi en una entrevista con ella y la productora Lindsey Collins. No en vano, conoce perfectamente lo que es una infancia y una adolescencia en Toronto como las de Meilin Lee, la protagonista de Red.
“Me desperté y mi cuerpo había cambiado, tenía pelo por todas partes, mis emociones se desbordaron y pasé de ser la pequeña niña buena de mi madre a pelear con ella todos los días”, continúa la realizadora; “y solo quería averiguar qué estaba pasando en ese momento y transformarlo en una película entretenida y divertida”. No hay duda de que lo íntimo es una fuente de creatividad en Pixar.
El Oscar de ‘Bao’ no influyó en el desarrollo de ‘Red’
Cuando les preguntamos si el Oscar por Bao, que Domee Shi obtuvo durante el desarrollo de Red, influyó de alguna manera en el mismo, ella bromea mirando a la productora: “Me hubiese gustado enseñarle el Oscar a Lindsey [Collins] y decirle: “Mira, esto significa que debes darme más dinero, así que ya sabes”. Y la aludida nos responde: “Si trabajas en Pixar, no debes lidiar con ese tipo de cosas”.
“Cuando te dan luz verde para una película, te dan la misma cantidad de dinero independientemente de si eres Pete Docter, que ha hecho cuatro películas, o Domee Shi”, continúa. “Te pueden decir que esta es la cantidad de tiempo que te dan y a toda esta gente para elaborar la película. Así que realmente no hacen distinciones entre un ganador de Oscar y quien no lo ha ganado”.
La lucha de la protagonista, la de muchos niños inmigrantes asiáticos
Sobre el hecho de conocer tanto la cultura en la que suceden las peripecias de Red, la cineasta nos explica: “Siento que, al ser Mei esta clase de chica china, hace de esta historia muy única y nueva, y algo que realmente quería explorar en ella es una lucha muy específica con la que muchos niños inmigrantes asiáticos tienen que lidiar: cómo honrarse a sí mismos, a sus padres y a su familia”.
“Y no hay una respuesta fácil”, prosigue, “y creo que, para mí y para muchos otros niños que amamos genuinamente a nuestros padres, realmente queremos ser buenos para ellos y reconocer los sacrificios que han hecho. Pero también estamos creciendo en un entorno muy distinto al suyo, en el Oeste, escuchando una música diferente, tratando con diferentes clases de niños y convirtiéndose en personas diferentes, y eso puede favorecer que uno se aleje de las familias”.
“Y hay algo triste en ello, pero quieres mantenerlo sin alejarte demasiado al mismo tiempo”, reconoce Domee Shi, que sabe perfectamente de lo que habla por la propia biografía a la que se ha referido antes. “Creo que esa es la lucha de Mei: «Cómo honro los dos ámbitos; no sé si puedo hacerlo». Y creo que esa es una historia dramática e interesante para explorar”.
Las mujeres, al poder con ‘Red’
Haber trabajado con muchas mujeres en puestos de decisión creativa al elaborar Red ha sido “fantástico y realmente emocionante” para Linsey Collins. El pasado noviembre, “tuvieron la oportunidad de mostrársela a todos en Pixar, como a dos mil personas, invitados y demás; y fue la primera vez que el noventa por ciento de ellos vieron algo en pantalla grande porque la han hecho en casa todo el tiempo”.
“Nos subimos al escenario por lo general y los jefes dan la bienvenida y agradecen su presencia a todos”, cuenta la productora. “Y allí estábamos; miramos a nuestro alrededor y éramos todas mujeres sobre el escenario por primera vez. Y sentimos que la audiencia, nuestros amigos y colegas, aplaudían que todas fuésemos mujeres por primera vez. Todos estaban muy orgullosos aunque no hubiesen trabajado en la película, de que eso hubiera ocurrido”.
Un estilo de animación ecléctico
“Fue complicado porque queríamos crear un estilo verdaderamente único para la película, una mezcla entre la animación del Este y el Oeste. Porque la propia Mei es una mezcla de ambos”, nos explica Domee Shi. “Y mis mayores influencias son Disney y Warner Brothers, pero también el anime japonés y las películas de Hayao Miyazaki. Y queríamos un maridaje de ambos en el filme”.
“Así que todos los departamentos nos tomamos de la mano: arte, animación, diseño de personajes, cámara… Necesitábamos estilizar la película, y explorarlo en todos los aspectos de la realización, no solo algunos ni de una manera realista”, abunda. “Así que todas las partes de la película debían estar estilizadas como si el anime conociese a Pixar. Y todo el mundo estaba emocionado”.
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Y Lindsey Collins aporta estas palabras a la cuestión: “Tuvimos a los artistas del estudio dibujando para el equipo de efectos y que pudiesen ponerlo en movimiento y CGI. Es difícil, y engañoso porque parecía que sería muy fácil, y no lo fue”. Porque, cuando quienes colaboran en una obra artística se deciden por ofrecer algo singular, lo suyo debe de costarles para que no suene a ya visto.
