Durante los Juegos Olímpicos de Invierno 2022, celebrados en Beijing, la patinadora rusa Kamila Valieva, de 15 años, hizo historia. Y es que, por primera vez en unos Juegos Olímpicos, consiguió hacer un salto cuádruple durante una competición de patinaje artístico femenino sobre hielo. Es algo excepcional porque es muy raro que una mujer logre realizar este salto. En hombres es algo más común, pero en las categorías femeninas es tan raro que incluso se está valorando prohibirlo.

Y es que para poder hacer un salto cuádruple se requiere una complexión física muy concreta y un entrenamiento muy duro. Tanto que puede poner en peligro la espalda de las patinadoras artísticas.

De hecho, no hay más que ver cómo se derrumbó Valieva al final de su rutina para entender que las patinadoras que incluyen este tipo de ejercicios en sus programas se someten a una gran presión, tanto física como psicológica. Y eso tiene consecuencias. La mayoría de patinadoras que destacan tanto como la joven rusa tienen carreras fugaces, que a menudo empiezan a una edad muy temprana y terminan antes de que cumplan 20 años. Ya sea porque el desarrollo de su cuerpo no les permite hacer ciertos giros o porque ya no pueden más.

Las lesiones por estrés son las más comunes en este tipo de deportes y los trastornos de la conducta alimentaria (TCA) están desgraciadamente a la orden del día. Por eso, ese desgaste llega en un momento muy temprano de sus vidas, a veces pasándoles factura para siempre.

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La historia del salto cuádruple en patinaje artístico sobre hielo

El salto cuádruple, también conocido como quad, es un salto del patinaje artístico que incluye al menos cuatro revoluciones o giros. Existen varios tipos, según el modo en que se despegue y se aterrice. Todos, a excepción del conocido como salto cuádruple axel, que contiene cuatro revoluciones y media.

De todos estos saltos, los más comunes son el cuádruple toe y el Salchow. El primero se considera el más simple de ejecutar, ya que las caderas miran en la misma dirección en la que se va a realizar el giro. Además, se despega y se aterriza en el mismo borde exterior hacia atrás. En cuanto al segundo, se realiza con el despegue desde el borde interior posterior de un pie y el aterrizaje en el borde posterior exterior del pie opuesto. 

La japonesa Miki Ando fue la primera patinadora que realizó este salto en una competición

El día que Valieva hizo historia en los Juegos Olímpicos de Invierno de Beijing realizó un salto cuádruple de cada tipo: un salchow y un toe combinado con un triple. Intentó realizar otro toe más, pero se cayó en el intento. Aun así, lo que consiguió fue excepcional, pues muy pocas mujeres lo han logrado.

De hecho, ninguna patinadora artística lo había conseguido hasta 2002, cuando la japonesa Miki Ando aterrizó con éxito un salto cuádruple Salchow en la final del Grand Prix Junior de la Haya, en Países Bajos. Le faltaban cuatro días para cumplir 15 años. Tras ella, solo otras cuatro patinadoras lo han conseguido: Alexandra Trusova, Anna Shcherbakova, Adeliia Petrosian y, ahora, Kamila Valieva

Trusova lo ha logrado dos veces, con 14 y 15 años, Shcherbakova y Petrosian ambas con 14. Está claro que la edad es un factor determinante.

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En cuanto a los hombres, el primero que lo logró llegó antes. No obstante, tampoco ha habido muchos más desde entonces. Aquel primer patinador que consiguió hacer un salto cuádruple en patinaje artístico sobre hielo fue el canadiense Kurt Browning. Logró aquel hito en el Campeonato Mundial de Budapest, en 1988, cuando tenía 22 años. Este dato es importante.

El resto de patinadores que lo han logrado son Timoteo Goebel, Brandon Mroz, Yuzuru Hanyu y Shoma Uno. Goebel lo hizo con 18 años, Mroz con 21 y los dos japoneses con 22 y 19 años respectivamente. Eran jóvenes, sí, pero mucho menos que las patinadoras con sus mismos logros.

Y aunque esto pueda parecer un detalle sin importancia, es la razón principal por la que muchas personas piensan que en el patinaje artístico sobre hielo femenino no se debería permitir el salto cuádruple.

Cuerpos delgados, espaldas frágiles

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Como portavoz de Legahielo, un grupo de tres ex patinadoras dedicadas a informar sobre el patinaje artístico, Paola Ramos ha explicado a Hipertextual el motivo por el que las patinadoras que han logrado saltos cuádruples es porque son jóvenes. “El cuerpo adulto no aguanta la exigencia de dichos saltos”, señala la ex patinadora. “Hay algunas patinadoras mayores, como Elyzaveta Tuktamysheva, que con 24 años también han sido capaces de lanzar algún cuádruple en competición”. Sin embargo, añade que desde que cumplió los 25 años no la han visto repetir la hazaña.

Y esto se debe a que su cuerpo ya no es el más propicio para este tipo de salto del patinaje sobre hielo. “Generalmente las que lo logran son patinadoras que aún no han desarrollado su cuerpo porque no han pasado por la pubertad”, relata Ramos. “En definitiva, patinadoras aparentemente demasiado delgadas”. 

Es decir, no es suficiente con no haber desarrollado el cuerpo. También es necesaria una delgadez extrema que puede llegar a ser dañina para las patinadoras. Ese es precisamente el motivo por el que sus carreras deportivas son tan fugaces. “En los últimos años hemos estado viendo cómo patinadoras de unos 7 u 8 años están lanzando triples sin dificultades”, explica la integrante de Legahielo. “El problema es que estas patinadoras duran una o dos temporadas y son reemplazadas por nuevas promesas rusas que hacen elementos más exigentes”. De hecho, Ramos sospecha que la propia Valieva no tardará en anunciar su retirada.

Las mujeres que realizan el salto cuádruple son chicas con sus cuerpos aún sin desarrollar

Algunas lo hacen por puro cansancio o porque sus cuerpos ya no toleran ciertos movimientos, como el salto cuádruple. Pero muchas lo hacen por lesiones peligrosas, derivadas de someter un cuerpo sin desarrollar a un esfuerzo extremo. “La patinadora estadounidense Tara Lipinski se lesionó la cadera y tuvo que someterse a una operación de esta con tan solo 18 años”, recuerda Ramos. “La rusa Adelina Sotnikova, campeona Olímpica en Sochi 2014 a los 17 años, tuvo una rotura de ligamento en el tobillo tras aquellos JJOO, dejó de competir y poco después anunció su retirada”. 

También nos cuenta el caso de Alina Zagitova, que “se retiró con tan solo 17 años”. Y el de Evgenia Medvedeva, que se retiró a los 21 años por una lesión de espalda que le impedía hacer algunos saltos. 

Las lesiones más comunes en patinaje artístico

Medvedeva, Zagitova o Lipinski son algunos ejemplos de deportistas que tuvieron que abandonar el patinaje artístico sobre hielo por lesiones en el culmen de su carrera. No obstante, los nombres de las que se quedaron por el camino son menos conocidos. Muchas personas dedicadas a este transporte han sufrido lesiones graves antes de llegar a ganar competiciones. Y es que, en realidad, requiere un esfuerzo que, unido a la inmadurez del cuerpo, puede ser muy peligroso.

De hecho, según varios estudios científicos, las lesiones en patinaje sobre hielo suelen ser mayoritariamente por estrés. Es decir, se somete al cuerpo a tal presión que llega un punto en el que los músculos y los huesos no pueden más. 

Las lesiones más frecuentes son las conocidas como lesiones por estrés

En uno de estos trabajos, publicado en 2021, se analizaron los casos de 271 niñas y 23 niños con edades comprendidas entre los 9 y los 19 años. Todos ellos practicaban patinaje artístico. Al estudiar las lesiones que reportaron durante el periodo de estudio, se vio que el 11,8% se debían al estrés óseo y que el 42,2% de esas lesiones por estrés se daban en la espalda. También son comunes las lesiones en los tobillos y las rodillas.

Otro estudio, publicado en 2003, se realizó en los Campeonatos Mundiales Junior de Patinaje Artístico y la Copa de Croacia, con la participación de 236 patinadoras y 233 patinadores. De todos ellos, hubo un 42,8% de chicas y un 45,5% de chicos que reportaron síndromes de uso excesivo. Además, hubo 19 patinadores y 23 patinadores que manifestaron sufrir dolor lumbar

Todo esto es muy serio, pues las lesiones por uso excesivo en patinaje artístico pueden llegar a cronificarse. Es una de las conclusiones de otro estudio, publicado en 2007, en el que se señala que las lesiones crónicas más comunes se dan en el pie, el tobillo, la rodilla, la pierna, la cadera y la parte baja de la espalda.

¿Qué pasa con los patinadores?

Ya hemos visto que los patinadores sufren lesiones al igual que sus compañeras en patinaje artístico. Pero también hemos comprobado que suelen competir más tiempo. No solo en lo referente al salto cuádruple, también en general, con todos sus programas. Esto se debe a varios motivos.

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Para empezar, desde Legahielo nos explican que el cuerpo de los hombres no es un impedimento para ciertos saltos una vez que madura. “Los hombres no desarrollan las caderas ni las mamas, por lo que cuando maduran siguen teniendo el mismo tipo de cuerpo recto y aerodinámico que les permite rotar con más facilidad”.

Además, señalan que los huesos de los hombres se desarrollan durante más tiempo, por lo que llegan a ser más largos y resistentes en general. Es importante destacar ese “en general”, ya que cada caso es único y siempre puede haber excepciones. Esto les permite poder realizar rutinas como el salto cuádruple durante más tiempo. Y también les salva de algunas lesiones. Pero, sobre todo, les mantiene alejados de algo que también impera en el patinaje artístico, así como en otros deportes que requieren una constitución física muy concreta: los trastornos de la conducta alimentaria. 

Los peligros de la presión en el patinaje artístico

Los patinadores y patinadoras someten sus cuerpos a tal presión que pueden sufrir lesiones por estrés. Eso ya lo hemos visto. Pero su salud física no es la única que puede verse dañada. También son comunes los trastornos de la conducta alimentaria (TCA). No es raro que ocurra, ya que, sobre todo en el caso de las mujeres se necesita un cuerpo muy delgado, pero a la vez fuerte. Y eso requiere mucha presión dirigida al físico de las patinadoras.

En un documental, la patinadora Alina Zagitova confesó que durante las competiciones no bebía agua por miedo a engordar

De hecho, según nos cuentan las chicas de Legahielo, los TCA están muy presentes en este deporte. “En un documental en el que se ve a las patinadoras rusas del Team Tutberidze, al que pertenece Valieva, contaban que las pesaban cada día y que no podían engordar más de 200 gramos”, relata Paola Ramos. “Siguen dietas muy estrictas que no son buenas para la salud de nadie. Incluso Alina Zagitova, una de las alumnas de este equipo, confesó que durante las competiciones no bebía agua por miedo a engordar”. De ese mismo documental se extraen declaraciones como las de una entrenadora, que solía decir que “por cada gramo de peso se suma un grado de pereza”. 

El problema es que, por desgracia, no siempre es así. “La obsesión por estar en la mejor forma posible, la adicción al ejercicio físico, el afán competitivo, la necesidad de destacar, la propia presión del entorno, el deseo de perder toda la grasa posible o la necesidad de compensación económica se añaden a los factores de riesgo predisponentes para que debute un TCA”, comenta el experto. “No siempre se dan todos los factores de riesgo predisponentes, o incluso dándose alguno, la enfermedad no debuta”. 

Sabiendo todo esto no es extraño que los TCA sean algo muy común en deportes como el patinaje artístico. Eso sí, es importante remarcar que la necesidad de delgadez en la práctica deportiva no siempre implica trastornos. Lo ha explicado a Hipertextual el psicólogo especializado en trastornos de la conducta alimentaria Alfonso Méndez. “Si esa delgadez buscada no altera la percepción del cuerpo y solo busca una mejora de la competitividad, de una manera controlada y supervisada, no debería generar ningún problema”. 

patinaje artístico

En general, las causas en el patinaje artístico son las mismas que en la población general. No obstante, entre los deportistas se magnifican. Además, a veces es más difícil detectar la existencia del trastorno, porque se disfraza de entrenamiento y cuidado objetivo de la salud. “En una sociedad que valora la delgadez, es difícil examinar objetivamente los hábitos nutricionales y la ingesta calórica sobre todo en la población de deportistas de élite”, cuenta Méndez. “Se encuentran deportistas con trastornos de la ingesta en la práctica totalidad de las disciplinas deportivas, y a pesar de la dramática pérdida de peso que supone para el deportista, niegan a menudo que estén sometidos a dieta”.

Por eso, se trata de una población especialmente vulnerable, a la que hay que prestar gran atención. Ya no solo por las devastadoras consecuencias psicológicas. También por lo que puede implicar a nivel físico, ya que se pueden dar desregulaciones hormonales, alteraciones en la menstruación o un aumento de la probabilidad de desarrollar osteoporosis.

En definitiva, aunque tras los últimos Juegos Olímpicos de Invierno se puso el foco en el salto cuádruple, los posibles perjuicios del patinaje artístico van mucho más allá. Como cualquier deporte, es muy beneficioso para quien lo practica, pero la presión física y psicológica que supone pueden ser terribles si no se controlan. Y controlar no hace referencia a tener bajo control las reacciones de deportistas que no son más que niñas. Sino más bien a controlar a personas adultas y en plenas facultades que asustan a quienes más confían en ellas, haciéndoles creer que un peso normativo es propio de perezosas.