En la película El Proyecto Adam, el habitual humor de Ryan Reynolds se torna levemente amargo. Después de todo, debe lidiar con el duelo de su padre, viajar en el tiempo y lidiar con un niño irritante. Que resulta ser él mismo (interpretado por el debutante Walker Scobell) en un momento complejo de la película. La combinación del habitual tropo del viaje en el tiempo de ciencia ficción con algo de drama familiar podría haber resultado disparatada. Y de hecho, lo es de vez en cuando. Pero Shawn Levy, director de Free Guy, no encuentra un singular equilibrio entre premisas y dota a la película de Netflix de personalidad. Una tan sólida que se sostiene incluso entre algunos fallos de guion y momentos sensibleros. 

El Proyecto Adam sorprende por su visión inocente del cine de ciencia ficción, muy similar al que se hizo popular en los años ochenta. Pero además le imprime al guion una rápida capacidad para construir su propia versión del estilo. En esta historia con dos líneas argumentales en paralelo, preguntas que resolver y dos protagonistas irritantes, hay también lugar para el humor. Y más allá del subversivo y casi siempre irónico de Ryan Reynolds, también hay un elemento fresco y trepidante. Sin grandes pretensiones, El Proyecto Adam es una versión acerca de los argumentos con trasfondo familiar llevados a un nuevo nivel.

Todo esto en una época en que el tema del viaje en el tiempo se ha hecho tan popular, la película de Levy tuvo que encontrar su lugar. Y hacerlo en medio de la mirada de Marvel y sus multiversos y diversos proyectos en que lo temporal toma un sentido más enrevesado. Pero El Proyecto Adam toma el riesgo de ir en una dirección distinta y englobar lo emocional en una historia ligera. También construir para una nueva generación una gran visión el humor reconvertido en base de otros géneros. Toda una mezcla ingeniosa que termina por crear un escenario nuevo sobre un argumento en apariencia tópico. 

El Proyecto Adam: varias historias asombrosas a la vez 

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Por supuesto, El Proyecto Adam es una película a la medida y para mayor lucimiento de Ryan Reynolds. Una que además atraviesa la cuestión esencial de la mayoría de los films que protagoniza. El actor, que ha logrado una identidad particular por su humor extravagante, crea en El Proyecto Adam una versión todavía más extraña. Una que sostiene el guion por momentos simplista de la película con un brillo y una energía que se agradece. 

El Proyecto Adam se aleja de la perspectiva de Marvel o de cualquier otra del viaje en el tiempo para ensayar la suya

Todo parece ocurrir muy rápido en esta historia en la que el tiempo lo es todo. Y aunque parezca una paradoja, se trata del buen sentido del absurdo de su director y Reynolds. El viaje en el tiempo se convierte en una excusa para asumir el poder de algo mayor. Ya sea para descubrir los dolores del duelo — y como transitarlos — o salvar el futuro. De pronto, la ciencia ficción es algo más que una excusa para lo espectacular. También es un recorrido por los lugares más profundos del corazón humano. 

Pero la premisa sobre lo fantástico, se enlaza con una versión sobre las posibilidades más traviesa de lo que parece. El Proyecto Adam se aleja de la perspectiva de Marvel o de cualquier otra del viaje en el tiempo para ensayar la suya. Una que se relaciona directamente con el recorrido de sus personajes a través de un aprendizaje mutuo sobre lo que les une y le separa. Y en especial, lo que les conecta con esa enérgica convicción que el tiempo es en realidad un tipo de desconocida sabiduría. 

Otro éxito de Netflix en la época de sus grandes estrenos 

El Proyecto Adam - Ryan Reynolds - Netflix - Jennifer Garner

Más allá de sus blanduras y algunos problemas de ritmo, El proyecto Adam resume lo mejor de una nueva fórmula de Netflix para el éxito. Una que resume la capacidad de la plataforma para experimentar con varios registros a la vez. 

Con una historia ligera, actores en total libertad para construir personajes insólitos y en especial, un estilo de comedia feroz, El Proyecto Adam sorprende. Y aunque el argumento que sigue las aventuras de este astronauta en una misión rocambolesca en algunos momentos falla, sus puntos fuertes superan los débiles. Quizás, su mayor mérito.