El volcán de Tonga ha sido un desastre inmenso. Tanto para la fauna y la flora del lugar como para los habitantes de esta nación insular. E incluso para otros países. No olvidemos que en Perú murieron dos mujeres a causa de un gran tsunami provocado por la explosión que vino después de la erupción. Además, todas estas devastadoras consecuencias se han seguido viendo con el paso del tiempo. Por ejemplo, también en Perú, siguen lidiando con el derrame de un petrolero que después del tsunami sepultó bajo su negro contenido a una gran cantidad de fauna marina. Y, por si todo eso fuera poco, el volcán ha traído también el coronavirus a Tonga.

Su aislamiento natural, propio de una nación insular, así como las férreas medidas fronterizas impuestas desde los inicios de la pandemia mantuvieron al país a salvo de la COVID-19 hasta octubre de 2021. Entonces se detectó allí un primer caso procedente de Nueva Zelanda, aunque precisamente las medidas fronterizas ayudaron a que el paciente no se relacionara con nadie y la enfermedad no se extendiera. Tonga dejó solo a Kiribati y a Tuvalu totalmente libres de coronavirus (a día de hoy ya solo lo está Tuvalu), pero se trataba de un solo caso. Hasta ahora.

Tras la erupción y la explosión del volcán, el mundo entero se ha lanzado a enviar ayuda a la zona. Las autoridades sanitarias eran conscientes de lo que podría ocurrir, por lo que se intentó por todos los medios que los tonganos no se relacionaran más de lo estrictamente necesario con las personas enviadas desde otros países. Pero no ha sido posible evitar la entrada de la COVID-19. De momento solo hay cuatro casos nuevos, pero el gobierno ya ha declarado un confinamiento que será revisado cada dos días. 

Casi sin coronavirus hasta el volcán de Tonga

Test rápido de antígenos, test coronavirus
Foto por Guido Hofmann en Unsplash

La llegada de ómicron ha dejado cientos de casos de coronavirus en Kiribati. A día de hoy hay más de 700 acumulados. Por lo tanto, se podría decir que, a excepción de ese caso aislado de octubre, Tuvalu y Tonga eran los únicos países libres de COVID-19.

Sin embargo, la ayuda internacional por el volcán de Tonga ha dejado al menos cuatro casos entre los habitantes de la nación insular. De momento no hay datos sobre el origen de estos contagios. Se sabe que en un barco procedente de Australia se detectó un brote de coronavirus en el trayecto para llevar ayuda a Tonga. No obstante, la descarga de suministros se hizo sin contacto alguno, por lo que las autoridades sanitarias no creen que el foco contagioso fuese este.

Hubo un brote en un barco de ayuda humanitaria procedente de Australia, pero la entrega de ayuda fue sin contacto

Ahora bien, ¿a dónde puede llegar este escasísimo goteo de casos? En principio no debería ser muy preocupante. Y es que, según informan desde IFLScience, de los 106.000 habitantes de Tonga, más del 70% han recibido ya alguna de las vacunas del coronavirus.

No obstante, a las autoridades sanitarias les preocupan algunas poblaciones de las islas que viven con un acceso limitado a la sanidad. Ya no solo a las vacunas. También a cualquier tratamiento necesario en caso de que la enfermedad se complique. Por eso, inicialmente se ha prohibido el desplazamiento entre islas y después se ha declarado este confinamiento que será revisado cada pocos días.

Desde  luego, en Tonga ya han demostrado que con sus rígidas medidas son capaces de plantar cara a la COVID-19. Ómicron es más difícil de frenar, pero con suerte puede que todo esto se quede en unos pocos casos. Habrá que esperar. Lo que está claro es que el volcán no para de dejarles regalos desagradables. Por muchos días que pasen desde su tremenda explosión.

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