Mientras aún se espera por imágenes en relación con la forma final de Eren Jaeger, Ataque a los titanes reposa de forma activa en las consecuencias posteriores a la destrucción de las murallas. El retumbar fue una de las amenazas propuestas hace varios capítulos, en otras temporadas, y el anime se toma su tiempo para dimensionarlo. Aunque parezca falta de acción, en especial si se compara con el comienzo de esta segunda parte del final, puede haber alguna queja.
Si se reconoce como un espacio de desarrollo dramático, la sensación es que no hay mucho sobre lo cual cuestionar. Shingeki no Kyojin se ha caracterizado por este tipo de tramos, una pausa posterior a la acción. La diferencia, en relación con otros momentos, es que las consecuencias de los combates y las decisiones bélicas resuenan de forma más evidente en estos últimos episodios. Mientras la vida dentro de las murallas tenía algunos destellos azules en el cielo, desde el retumbar todo es rojizo, anaranjado y negro, como si el infierno se hubiera instalado dentro de ellas.
Ese nuevo contexto, sin fronteras artificiales, liberó distintos conflictos en la Isla Paradis. No hay mandos ni jerarquía. Un sinsentido que atraviesa a todos los personajes de Ataque a los titanes. Ellos toman decisiones movidos por el miedo, la incertidumbre y los intereses personales, dejando atrás la pertenencia y el compromiso que marcó buena parte del anime hasta el momento.
El horror
Eren se presentó con los poderes del Titán Fundador prometiendo salvar a los habitantes de la Isla Paradis. La región en la que creció y por la que luchó para que alcanzara la libertad que no tuvo durante miles de años. Esa fue la propuesta, materializada en la destrucción de las murallas. Pero el resultado es menos idílico que lo propuesto. Donde antes había casas, ahora hay ruinas. Las calles por las que antes caminaba la gente ahora tienen cadáveres. El paisaje que antes tenía detalles verdes ahora solo ofrece destrucción, la amenaza de la marcha de los Titanes Colosales y tonos sangrientos.
Los primeros minutos de “Atardecer” mostraron las consecuencias de la decisión de Eren, en clave paisaje, y también desde una perspectiva humana. Los habitantes lo mencionan como un referente. Mientras otros cuestionan sus métodos: su accionar mató a personas que debía proteger. La gente perdió sus casas y familiares. Dolor e incertidumbre. El horror comienza a verse desde distintas perspectivas, mediante planos detalles y panorámicos bien compaginados.
En un principio, el retumbar fue contado desde la mirada de Armin y Mikasa. Ellos, amigos de Eren, intentaban comprender su decisión y comenzaba a reconocer los efectos de ella. Ahora ese contexto de Ataque a los titanes es visto por aquellos que no tienen tanto poder de acción, los habitantes de la Isla Paradis hasta aquellos que están fuera de la isla y a quienes los Titanes Colosales van a perseguir. Las víctimas.
El regreso de Annie Leonhart
a Ataque a los titanes
El final de Shingeki no Kyojin comienza a cerrar las historias de los personajes que fueron clave durante las primeras temporadas. El anime estrecha los aspectos históricos, las conexiones de la trama, y no se deja en el camino relatos particulares. Durante “Atardecer”, el foco se puso en Annie Leonhart. Luego de permanecer congelada durante cuatro años, salió de su cofre de hielo debido a que Eren deshizo los endurecimientos de los titanes.
Hasta este capítulo, no estaba claro si el tiempo de ella había pasado igual que en el caso de las otras personas y titanes. La respuesta es sí. Annie sostuvo un grado de consciencia que le permitió escuchar la voz de Armin, por ejemplo. Entonces se reveló su historia de origen, desde el abandono hasta el entrenamiento de quien se convertiría en su padre y quien ahora encabeza los reclamos en Marley para que se organice una escape ante la amenaza de Eren.
¿Cuál será el rol de Annie dentro de este contexto de Ataque a los titanes? Su personaje pareció indiferente a las propuestas de otros. Su descubrimiento la llevó a congelarse. Ahora, libre de mandatos y jerarquía, queda por resolver cuál será su papel en el caos actual que es Ataque a los titanes. Como ocurrió con Reiner y Bertholdt, Annie también es una víctima de esa espiral de odio que se fomenta desde hace años entre los habitantes de Marley y la Isla Paradis. Esa segmentación social que trajo el relato hasta este punto, en el que una de las fuerzas desea el exterminio de la otra en este final de temporada de Ataque a los titanes.
La vulnerabilidad de Armin y Mikasa
(y de la Legión)
Mientras el cuerpo de Eren ha desaparecido de los cuadros y los Titanes Colosales avanzan detrás de él, Armin y Mikasa intentan recoger los pedazos de realidad y del vínculo que sostenía a los tres. Armin busca una ruta a seguir y descubre que no hay mayor certeza. La línea de mando no existe en Ataque a los titanes. Connie viaja con Falco hacia donde está su mamá, para que ella se lo coma y así Connie pueda recuperar a un miembro de su familia. Hacia él viajará Armin, para tratar de convencerlo de que ese no es el plan ideal.
Mikasa, aquella chica capaz de hacer cualquier tipo de acción con el equipo de maniobras, una mujer sin miedo, ahora parece desahuciada. No se le cae una idea, mientras su mundo emocional se derrumba. Ella va hacia Armin buscando alguna opción y encuentra un impresionante momento de honestidad: “Puedes pensar por ti misma”, en palabras de su compañero. Luego vuelve para buscar su bufanda, ese nexo con Eren, y ya no está, como si vínculo con ellos.
Armin parece tener claro algo: en el nuevo contexto de Ataque a los titanes, Gabi y Falco son esenciales porque sirven de puente hacia los otros titanes criados en Marley. Dentro de un escenario en el que no abundan las certezas, poder agrupar a la mayor cantidad de titanes puede ser vital durante el desenlace.
Por otro lado, Shingeki no Kyojin se permite sostener el efecto espejo que propone a través de Gabi y Falco: ellos son como Eren, Armin y Mikasa, solo que criados desde el otro lado del mar. Sus miedos son los mismos, aunque los nombran de otra manera. Mientras tanto, Floch y Jean intentan dar algo de orden al pulso entre la fracción jaeguerista y la Legión. La barbarie avanza en Shingeki no Kyojin y desde el bosque llegan noticias sobre dos personajes que pueden dar algo de criterio ante el caos: Hange y, en especial, Levi.