Lexi Howards (Maude Apatow) fue el elemento central del séptimo capítulo de la segunda temporada de Euphoria. Y hubo una buena razón para eso. La hermana pequeña de la conflictiva Cassie (Sydney Sweeney) finalmente llevó adelante su obra de teatro escolar. Pero Oklahoma, que había pasado a formar parte del particular mundo interno de la serie, se convirtió en algo más. No solo en un recorrido por todos los conflictos del programa. También en un medio de exposición, virulencia y burla que quizás desencadene los eventos del venidero último capítulo

Durante su segunda temporada, Euphoria cambió el ritmo vertiginoso de sus primeros episodios, por una revisión profunda de su tensión interior. Eso incluyó la virtual desaparición del mundo adulto y la reconfiguración de las relaciones entre sus personajes. Desde disminuir significamente la presencia de Kat Fernández (Barbie Ferreira), mostrar el derrumbe de Rue (Zendaya), hasta insinuar la oscuridad en Nate Jacobs (Jacob Elordi). La segunda temporada de Euphoria ha hecho hincapié en el hecho que el mundo adolescente se fragmenta y se derrumba. Mucho más aún cuando Sam Levinson decidió que si la primera temporada había sido una brutal mirada a la adolescencia contemporánea, la segunda sería algo distinto.

¿Qué tan distinta es? Hasta ahora, la segunda temporada de Euphoria se ha movido en terrenos complicados y no siempre claros. Si sus primeros episodios parecieron sugerir que la caída — ¿muerte? — de Rue era inminente, los siguientes se desviaron en una dirección nueva. Una que tiene por objetivo mostrar las consecuencias del triángulo amoroso entre Cassie, Nate y Maddie como algo más que un conflicto juvenil. De hecho, el séptimo capítulo empujó a Euphoria a un terreno nuevo. Uno en el que es evidente que habrá violencia explícita, también la muerte de un querido personaje. Pero como si eso no fuera suficiente, también un replanteamiento del discurso esencial del programa. ¿Los días del colegio de Euphoria terminaron?

De drama adolescente a algo más retorcido

Durante los últimos tres capítulos de Euphoria, al menos tres cosas quedaron claras. La primera, que Rue ya no volverá a tener una vida normal. Ya sea por su ingreso a rehabilitación o incluso posible muerte. El personaje interpretado por Zendaya está destinado a romper lo que parece ser su ritmo como elemento anómalo dentro de la historia. Lo mismo podría decirse de Jules (Hunter Schafer), de nuevo en un espacio nuevo con el que debe lidiar. Su conflicto amoroso con Rue, duro tránsito personal y finalmente la desaparición de la presión de los Jacobs sobre su vida transformaron su futuro. 

Pero es la posible resolución — violenta y trágica — de la relación entre Nate, Cassie y Maddy, lo que lleva una mayor carga dramática. También, el hecho que la obra de Lexi, en la que se expuso a detalle cada conflicto del programa, sea el detonante para algo más peligroso. Cassie y Nate se encaminan no sólo a un enfrentamiento, sino a romper por completo el frágil mundo de Euphoria. Si hasta ahora la serie había sido un mundo adolescente, un posible estallido de violencia la podría transformar en algo más. En específico, cuando la crueldad de la ¿venganza? de Nate podría arrasar a su paso al resto de los personajes. 

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No obstante, es Cassie la que parece destinada a romper el frágil equilibrio de los últimos capítulos. Euphoria, que hasta ahora se había sostenido sobre su capacidad de mantener un discurso más o menos reconocible, atraviesa con su séptimo capítulo terreno peligroso. Uno que hará que la próxima temporada se transforme en una propuesta nueva. O que haga avanzar al programa hasta unir puntos con su referente israelí. ¿Terminará Euphoria por gravitar alrededor de un doloroso acto de violencia?

Un adiós inesperado en Euphoria

Mientras un grupo de adolescentes sin camiseta, representaban la represión sexual de Nate Jacobs en escena, varias historias más ocurrían en Euphoria. Fez (Angus Cloud) parece encaminarse a una muerte segura. Pero además a una que impactará en el resto de la historia. El personaje, convertido en un extraño hilo conductor de historias en un argumento cada vez más irregular, atravesó en el séptimo capítulo en un singular adiós. Se le vio encaminarse paso a paso al parecer a un acto de violencia irreversible y además a un punto de inflexión irrevocable.

Eso, al mismo tiempo que Cassie decidió detener Our Life, la obra debut de su hermana y el capítulo alimentó la teoría de la muerte de Rue. En varios momentos, se vio su fragilidad, la forma en cómo su entorno se despedaza. Y para sus últimos minutos, Euphoria dejó algo claro: la juventud del programa llega a su fin. Para bien o para mal, la serie cambió de rumbo en un trayecto desconocido al desastre. ¿Tal vez el escaño final de la sórdida caída a los infiernos de sus personajes, que se a mostrado con habilidad durante la temporada? 

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