A mediados de enero, Microsoft anunció la compra de Activision Blizzard por más de 68.700 millones de dólares en efectivo, en una de las transacciones más impactantes de la historia reciente de la industria de los videojuegos. Y a pesar del paso de las semanas, la adquisición sigue dando tela para cortar, pues ahora se conoció al detalle cómo se gestó la negociación entre ambas compañías.
CNBC accedió a un documento regulatorio que Activision Blizzard presentó ante la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos (SEC) la semana pasada. El mismo establece la línea cronológica completa desde las primeras conversaciones hasta el cierre del trato con Microsoft, pero también revela detalles adicionales; entre otros, la aparición de múltiples interesados en comprar la firma dirigida por Bobby Kotick cuando las charlas con los de Redmond ya se encontraban avanzadas.
El primer acercamiento de Microsoft a Activision Blizzard se dio apenas un par de días después de que la editora de videojuegos quedara en la mira por un incendiario informe de The Wall Street Journal que sacaba a la luz nuevas denuncias de acoso y cultura tóxica de trabajo, y cargaba tintas especialmente sobre la figura de Kotick. Dicho reporte se publicó el 16 de noviembre de 2021, y la primera comunicación de los de Redmond ocurrió el 19 de noviembre.
Otro punto llamativo es que ese contacto inicial estuvo a cargo de Phil Spencer, el ahora CEO de Microsoft Gaming. Y esto no es ilógico, tomando en cuenta la importancia del susodicho en la rama de Microsoft dedicada al gaming; pero lo curioso es que menos de 24 horas antes les había enviado un e-mail al resto de los empleados de Xbox en el que aseguraba estar perturbado por las noticias en torno a Activision Blizzard, y que Microsoft estaba "evaluando su relación" con la misma.
Un primer contacto casual, y la injerencia de Satya Nadella
Según el documento presentado ante la SEC, la primera conversación entre Phil Spencer y Bobby Kotick se dio de modo casual. Activision Blizzard indica que, mientras hablaban de otros temas, el directivo de Microsoft expresó el deseo de "discutir oportunidades estratégicas" entre ambas empresas. Todo muy oportuno, ¿no?
Esto derivó en una llamada entre Kotick y Satya Nadella, el CEO de los de Redmond, un día más tarde, el 20 de noviembre. Allí el director ejecutivo de Microsoft no anduvo con vueltas y planteó la posibilidad de explorar una "combinación estratégica" con Activision Blizzard.
Y para que quedara claro que Nadella no estaba coqueteando, sino buscando un negocio que se pudiese cerrar rápido, la primera oferta no se tardó en llegar. El 26 de noviembre, Microsoft ofreció comprar Activision Blizzard en una transacción en efectivo a un valor de 80 dólares por cada acción.
A partir de allí comenzaron las idas y vueltas que terminaron con el acuerdo que se anunció el 18 de enero. De hecho, según el documento, hasta el 17 de enero por la noche hubo charlas directas entre Bobby Kotick y Satya Nadella para pulir los últimos detalles de la millonaria adquisición.
Esto marca claramente que, si bien fue Phil Spencer quien comandó las negociaciones desde Redmond, el CEO de Microsoft tuvo apariciones esporádicas pero vitales para cerrar el negocio.
Activision Blizzard le pidió a Microsoft un mayor esfuerzo económico
Al analizar la primera oferta de Microsoft, que proponía pagar 80 dólares por cada acción, desde Activision Blizzard pidieron más dinero. La editora le consultó a los de Redmond si no estaban dispuestos a ofertar un valor entre los 90 y los 100 dólares, algo que Spencer aceptó, aunque reconoció que su empresa se sentiría "más cómoda" negociando en el extremo inferior de la contraoferta.
Los responsables de Xbox ofertaron $93 por acción, pero Kotick indicó que no estaba autorizado por la junta directiva a negociar por menos de $95. Así, Microsoft elevó un poco más la cifra hasta llegar a lo pretendido por Activision Blizzard, y redondeó los 68.700 millones de dólares a pagar para confirmar la transacción.
El otro aspecto llamativo es que, con el interés de Microsoft ya sobre la mesa, Activision Blizzard recibió otras cinco intenciones de compra. Sin embargo, la empresa no menciona los nombres de las interesadas en el documento; solo las identifica como compañías "A, C, D y E", mientras que la parte restante es referenciada como "individuo B". Lógicamente, ninguna de las charlas llegó a buen puerto, pero queda claro que fueron varios quienes quisieron aprovechar el caótico momento de la firma de videojuegos para cerrar un hipotético negocio.
Otras cifras millonarias en caso que el negocio no se apruebe
Ahora que la compra de Activision Blizzard ya está encaminada, Microsoft debe superar el escollo regulatorio. La firma ya ha sentado las bases de su argumentación sobre por qué este negocio no será negativo para la industria; no obstante, la última palabra será de la FTC. Y el documento presentado ante la SEC confirma la existencia de un plan de contingencia en caso de que el negocio no se apruebe.
Tal como ya lo había mencionado Reuters a comienzos de este mes, si el acuerdo se cae Microsoft deberá pagarle hasta 3 mil millones de dólares a Activision Blizzard para liberarse de sus obligaciones. Lo que ahora también se supo es que esa cifra variará según cuándo se "derrumbe" la transacción. Si los de Redmond se bajan antes de cumplirse 12 meses de firmado el acuerdo, el importe será de $2.000 millones; si ocurre entre los 13 y los 15 meses, deberá abonar $2.500 millones; y de los 15 meses en adelante deberá afrontar el resarcimiento total.
Se espera que la compra de Activision Blizzard se complete durante el año fiscal 2023.