Las flores de Bach son una de esas terapias alternativas que, cobijadas bajo el paraguas del efecto placebo, gozan de una gran fama extendida a golpe de amimefuncionismo. Generalmente se venden para tratar el dolor o los problemas anímicos. Ambas son condiciones que se ven muy beneficiadas por el efecto placebo. Nuestra mente tiene mucho poder y si estamos realmente convencidos de que algo nos funcionará, es muy probable que lo haga en cierto modo. Sobre todo cuando aquello que queremos tratar tiene precisamente una alta carga mental. Pero eso no hace una supuesta terapia más fiable. Ni da motivos para ser promocionada por medios públicos, como la Agencia EFE

Eso es lo que ha denunciado estos días en redes sociales Luis Santamaría, investigador de la Red Iberoamericana de Estudio de las Sectas (RIES), a través de su cuenta de Twitter. Al ver que un artículo de EFE Salud comenzaba a difundirse por redes sociales, quiso alertar del problema de dar voz a pseudoterapias como las flores de Bach.

¿Pero por qué podemos hablar de ellas como pseudoterapias? ¿Ha estudiado la ciencia su eficacia? Lo cierto es que sí que lo ha hecho. Y los resultados, como era de esperar, no las dejan precisamente en un buen lugar.

¿Qué son las flores de Bach?

Antes de hablar de su eficacia no está de más recordar qué son las flores de Bach. Se trata de una terapia alternativa desarrollada entre 1928 y 1936 por el médico inglés Edward Bach. Aquí es importante hacer el inciso de que el hecho de que la desarrollara un médico no le da mayor credibilidad. También eran médicos los que en el pasado lo curaban todo a base de sangrías y ahora no se nos ocurriría engancharnos unas cuantas sanguijuelas del brazo para tratar una gripe. O, bueno, puede que a alguien sí. Pero no está bien. En serio.

Las esencias florales están extremadamente diluidas, como en la homeopatía

Están compuestas, de base, por algo conocido como tintura madre. Esta consiste en una mezcla a partes iguales de agua y brandy. Pero después se diluye en otro líquido. Y es en ese resultado final en el que se hacen diluciones de diferentes esencias vegetales. En total hay 38 tipos, dirigidos a distintas patologías. Aunque todos se centran en componentes emocionales; ya que, según Bach, los desequilibrios emocionales son la base de muchos padecimientos, tanto físicos como mentales. Esto se parece mucho a lo que promulga otra pseudoterapia, conocida como biodescodificación, que directamente culpa a los enfermos de sus afecciones. Al fin y al cabo, si han contraído una infección o incluso un cáncer, se supone que se debe a que no gestionaron bien alguna emoción.

La pseudoterapia basada en flores de Bach se considera también un tipo de homeopatía, pues las esencias florales se encuentran muy diluidas. Tanto, que estadísticamente, según una revisión realizada en 2009, se puede encontrar una sola molécula del supuesto remedio por dosis. 

Esto no parece ser un problema para los defensores de esta terapia alternativa. Sin embargo, ante el pretexto de que el alcohol puede ser peligroso para niños y embarazadas, algunos de ellos aseguran que no hay problema porque dicha cantidad es insignificante. Es decir, que no haya prácticamente flores, que se supone que son el principio activo, no es problema. Basta con su energía. Pero que haya alcohol no es un problema, porque hay poquito.

Eso sí, cabe destacar que en este punto sí que hay cierta división de opiniones, pues algunos pseudoterapeutas aconsejan que las embarazadas usen preparaciones sin alcohol o que las diluyan antes.

¿Qué dice la ciencia sobre esta terapia alternativa?

Aunque está catalogada como terapia alternativa, el nombre más correcto, en base a la evidencia científica, es el de pseudoterapia, pues no se ha comprobado que puedan curar nada. De hecho, en España forman parte de la lista ConPrueba, del Ministerio de Ciencia, aunque en la parte de terapias por revisar para considerarse pseudoterapias.

A espera de que se tome una decisión en esta lista, podemos apoyarnos en los estudios que se han llevado a cabo.

En los ensayos clínicos generalmente no se han encontrado diferencias con el placebo

Por ejemplo, la revisión de 2009 mencionada anteriormente encontró que la mayoría de estudios realizados hay un alto riesgo de sesgo. Además, en los ensayos analizados, si bien se demuestra que las flores de Bach son seguras para quien las toma, no se encuentra que sean eficaces para tratar los trastornos analizados. Al menos no más que un placebo.

También Edzard Ernst, un médico alemán que ha dedicado su trabajo durante muchos años al estudio de las pseudoterapias, tiene una publicación al respecto. En ella, se analizan siete ensayos clínicos sobre la eficacia de las flores de Bach. Solo uno de ellos no incluía control con placebo. Este control es importante, porque ayuda a comprobar si el remedio que se está analizando es eficaz por sí mismo o si no es más que efecto de la sugestión del paciente. Lo que comprobó en este caso el doctor Ernst es que precisamente el que no incluía placebo fue el único estudio que parecía encontrar algo de eficacia en las flores de Bach. En los otros, no hubo diferencias con quienes tomaron una sustancia aparentemente igual que las flores de Bach, pero sin sus mismos ingredientes.

De hecho, incluso en el artículo de EFE Salud en el que se cuentan las bondades de las flores de Bach y se da voz a varios pseudoterapeutas, al preguntar a un médico, el doctor Cosme Nevada, este contesta que se trata de “técnicas que pueden producir sosiego y relajación en la persona, siempre que ésta se lo crea”. Y esa precisamente es una gran definición del efecto placebo. Si el paciente cree que lo que está tomando es eficaz, puede que sienta que los efectos son positivos. 

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Otras enfermedades

Aunque la mayoría de pseudoterapeutas que ofrecen las flores de Bach las ofertan para signos de origen emocional, como la ansiedad, los hay que van más allá.

En algunas páginas sobre el tema sostienen también que pueden ser útiles para tratar alergias o gastritis. Cabe destacar que los problemas digestivos o incluso algunos síntomas dermatológicos, que podrían confundirse con una alergia, pueden ser originados por el estrés o la ansiedad. Por lo tanto, aquí el efecto placebo también puede ser realmente eficaz. 

Una enfermedad viral, si no hay complicaciones, puede curarse sin necesidad de tratamiento y eso puede hacernos creer que la pseudoterapia ha sido clave

Sin embargo, hay algunos defensores de las flores de Bach que las ofrecen para afecciones mucho más serias. En la literatura científica resulta curioso el caso de un paciente al que trataron un herpes zóster de este modo. Cabe destacar que esta es una enfermedad viral y que, si bien se puede tratar con antivirales para evitar que avance demasiado y genere algunas complicaciones, también puede desaparecer por sí sola. Ocurre como con una gripe, que se cura en siete días con homeopatía y en una semana sin ella.

Por lo tanto, mostrar las flores de Bach como una supuesta terapia eficaz contra un amplio abanico de patologías puede ser peligroso. Sobre todo si llega a pacientes que practican otras pseudoterapias, como la biodescodificación. Alguien podría acabar queriendo tratar un cáncer con flores de Bach y eso es muy peligroso, pues se pueden descuidar tratamientos realmente científicos. Y, claro, si se promulga en medios públicos sobre salud, como EFE Salud, se transforma con un grave tinte de credibilidad. Lo que debería quedar claro siempre con este tipo de terapias es que todos somos libres de tomarlas si queremos. Pero teniendo en cuenta que, si sentimos algún efecto, probablamente será cosa del placebo. Nos podría pasar lo mismo con un poquito de agua. Si aun así queremos gastarnos el dinero en ello, adelante.

Actualización: Tras la publicación de este artículo, EFE Salud retiró el artículo sobre las flores de Bach y escribió una aclaración al respecto.