Lo principal de las veintitrés primeras películas en el Universo Cinematográfico de Marvel, que componen la Saga del Infinito, es el plan de Thanos (Josh Brolin); conseguir seis artefactos muy poderosos, creados por las Entidades Cósmicas, y cargarse a la mitad de los seres vivos del superpoblado universo. En Avengers: Infinity War logró su propósito con un chasquido letal y, en Endgame (Joe y Anthony Russo, 2018, 2019), había destruido los artefactos. Incluso la Gema del Tiempo, que antes custodiaba el Doctor Strange (Benedict Cumberbatch).
Con ella, contenida en el Ojo de Agamotto, el Hechicero Supremo podía manejar el tiempo. Lo que supone, entre otras cosas, retroceder en el mismo como durante la lucha contra Kaecilius (Mads Mikkelsen) y Dormammu en Doctor Strange (Scott Derrickson, 2016); o ver todos los posibles futuros, igual que en la mencionada Avengers: Infinity War. Sin embargo, con la desaparición de la Gema del Tiempo, podría pensarse que el experto mayor de las Artes Místicas ya sería incapaz de saber lo les depara el porvenir a los superhéroes marvelitas. Pero no necesariamente.
¿El Doctor Strange puede ver el futuro sin la Gema del Tiempo?
Después de Loki (Michael Waldron, desde 2021), cualquier espectador al día en el Universo Cinematográfico de Marvel podría sugerir que la Autoridad de Variación Temporal está al corriente de los sucesos futuros; o que el Vigilante (Jeffrey Wright), al que nos han presentado en ¿Qué pasaría si…? (A. C. Bradley, desde 2021), también posee las habilidades necesarias para viajar por los distintos universos desatados tras las acciones de Sylvie (Sophia Di Martino). Pero nuestro Doctor Strange no tiene relación con ninguno de ellos. Por ahora, claro.
No obstante, Tony Stark (Robert Downey Jr.), Steve Rogers (Chris Evans), Bruce Banner (Mark Ruffalo) y Scott Lang (Paul Rudd) viajan en el tiempo a través del Reino Cuántico en Avengers: Endgame; y si se pudieron desplazar al pasado, nada impide que se planten en el futuro para conocerlo. Pero, centrándonos en los poderes de Stephen Strange, tal como nos recuerda Thomas Bacon en Screen Rant, los guionistas de Marvel nos dieron una pista inesperada en Thor: Ragnarok (Taika Waititi, 2017) sobre este asunto.
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Porque, al descubrir Thor (Chris Hemsworth) y Loki (Tom Hiddleston) que el lugar terrestre en el que el segundo había desterrado a Odín (Anthony Hopkins) al final de Thor: El mundo oscuro (Alan Taylor, 2013) ha sido demolido, el dios de las travesuras se defiende así: “¿Cómo se suponía que iba a saberlo? No puedo ver el futuro. No soy una bruja”. Lo cual nos sugiere que hay hechizos para menesteres semejantes; y que, entonces, el Doctor Strange no necesita la Gema del Tiempo para desentrañar lo que va a ocurrir.