Los sensores de luz usados en los 'wearables' son menos precisos en personas de piel oscura y en aquellas con obesidad. Estos resultados se han confirmado en un estudio llevado a cabo en la Universidad Internacional de Florida por la profesora Jessica Ramella-Roman.
Entre los dispositivos estudiados tenemos al Apple Watch Series 5 , Polar M600 y al Fitbit Versa 2. Estos dispositivos han demostrado tener respuestas de menor precisión en sus sensores al usarse en personas de piel oscura y en aquellas que presentan obesidad.
Para llevar a cabo el estudio, la profesora Jessica Ramella-Roman se fijó en las señales arrojadas por las técnicas de fotopletismografía (PPG); una técnica que permite medir la frecuencia cardíaca tomando en cuenta la luz que refleja la sangre. El equipo usó, además, técnicas para simular el movimiento de la luz sobre la piel de un paciente hipotético; esto les ayudó a descubrir cómo se comportarían los wearables dependiendo de las variaciones en las propiedades de la piel.
Las pieles oscuras tienen mayor concentración de melanina que las pieles claras, por lo que absorben una mayor cantidad de luz. Por otro lado, la piel en personas con obesidad suele ser más gruesa; con menor acumulación de agua y menor flujo sanguíneo que la de aquellos que no presentan obesidad. Ramella-Roman asegura que muchos estudios sobre la fiabilidad de estos wearables y sensores no han incluido a las personas con obesidad entre su población de muestra; a pesar de las claras diferencias en composición.
La arquitectura de estos sensores debe cambiar
El estudio concluyó que, en personas con pieles más oscuras, la respuesta de los tres dispositivos varió en una cantidad menor al 10 por ciento. No obstante, cuando se estudia la obesidad junto a un tono de piel oscuro, la precisión decayó en un 60 por ciento de fiabilidad. El Apple Watch, por su parte, logró tener la mayor fiabilidad; mientas que el Fitbit Versa 2 (que cuenta con menor cantidad de sensores), tuvo una pérdida más dramática en su señal.
A medida que aumentábamos el nivel de IMC y el tono de la piel, la señal disminuía, y entonces empezaron a desaparecer también otros rasgos...
Profesora Jessica Ramella-Roman
El equipo encargado de estudiar los sensores del Apple Watch y otros wearables todavía tiene la tarea de confirmar sus hallazgos en pacientes de carne y hueso. Hasta ahora, un aproximado de 100 personas se ha unido para participar en el análisis, y ya se han puesto manos a la obra. Los resultados advierten a los investigadores de tener cuidado al usar PPG; sobre todo al llevar a cabo estudios que busquen ayudar a personas con problemas cardiovasculares, grupo que incluye a parte de la población con obesidad. Ramella-Roman comenta sobre esto último que "El santo grial en este contexto es ver la presión sanguínea... Pero muchos, muchos estudios observan la presión sanguínea usando una combinación de PPG y otras modalidades".
La solución en wearables es bastante sencilla
Ramella-Roman asegura también que, aunque muchos de estos wearables fueron diseñados sin tomar a esta parte de la población en cuenta, "definitivamente se pueden hacer cambios. No veo nada que pueda limitar eso". La solución podría estar en mejorar la distancia entre los sensores; esto permitiría una mayor precisión en personas con un tono de piel más oscuro o con obesidad, sin comprometer en el camino la precisión general.
Así pues, los fabricantes de wearables deberán dedicar mayores esfuerzos para mejorar la fiabilidad de sus sensores con el fin de que funcionen correctamente con toda su base de usuarios.