Hay anticonceptivos de muchos tipos, tanto en uso como en investigación. Pero entre ellos resulta especialmente sorprendente el desarrollado en los últimos años por un equipo de científicos chinos. En un inicio se ha ideado para la castración de mascotas o animales de zoológicos. Pero en un futuro, según explican en declaraciones recogidas por The Conversation, les gustaría poder usarlo en humanos. Aunque habrá que hacerle varios cambios, porque de momento consiste en la inserción en los testículos de nanopartículas magnéticas que se calientan hasta detener temporalmente la generación de esperma. Muy agradable no parece.

En realidad, el método tiene mucho sentido. Los testículos deben mantenerse a una temperatura de unos 37ºC para funcionar correctamente. Si se calientan demasiado, puede verse muy afectada la síntesis de esperma.

Si el calentamiento es demasiado intenso el tejido testicular puede dañarse irreversiblemente. No obstante, si se controlan el tiempo y la temperatura, puede ser algo reversible, como ocurre con la mayoría de anticonceptivos. Por eso, estos científicos pensaron que podría ser un método útil, al menos con animales. Los resultados de laboratorio en ratones han sido muy buenos, pero la cosa no se queda ahí, pues también está empezando a usarse en gatos domésticos en China. ¿Pero en qué consiste exactamente el procedimiento?

Calor en los testículos para esterilizar animales domésticos y de zoológicos

La investigación de estos científicos chinos comenzó en 2013, cuando realizaron un primer experimento con ratones.

En aquella ocasión usaron nanopartículas de oro en forma de varilla. El prefijo nano se usa como indicativo de que son muy muy pequeñas. Tanto, que su diámetro sería aproximadamente la milésima parte de un cabello humano.

Con el oro se causaron lesiones en el tejido de los testículos, por lo que se pensó que podría ser doloroso para los animales

Estas nanovarillas se inyectaban directamente en los testículos de los ratones, que después se exponían a radiación infrarroja. De este modo, las nanopartículas en forma de varilla pasaban de unos 30ºC a 37-45ºC. Suficiente para detener la síntesis de esperma, sí. El problema es que también se vio que se causaron lesiones en la piel que rodea los testículos. No había forma de saber si esto realmente había sido doloroso para los ratones, pero se supuso que sí, por lo que este método anticonceptivo se desechó.

Desde entonces, estos científicos estuvieron estudiando otras formas de hacer el proceso menos doloroso para los animales. Pensaron en varias modificaciones que pueden leerse en un estudio mucho más reciente, publicado en julio de 2021. En él, se cambian las nanofibras de oro por otras del mismo tamaño, pero fabricadas con óxido de hierro magnético. Además, si bien las de oro contaban con un recubrimiento de una sustancia llamada etilenglicol, estas últimas estaban recubiertas con ácido cítrico.

En cuanto al método de calentamiento, se basaba precisamente en la capacidad magnética de su material. Esta vez no se inyectó directamente en los testículos, sino en las venas. Después, se anestesiaron los roedores y, durante cuatro horas, se usó un imán para conducir las nanopartículas a los testículos. Esto se hizo diariamente durante uno, dos, tres o cuatro días y, para terminar, se envolvió a través de sus órganos reproductivos una bobina eléctrica por la que se hizo pasar una corriente. Como resultado, se generó un campo magnético y un calentamiento de las varillas, que pasaron de 29ºC a unos 37-42ºC. Cuantos más días había durado el proceso, mayor era la temperatura.

Así afectan las nanopartículas a la fertilidad

Todo esto provocó que los testículos se contrajeran y atrofiaran, a la vez que dejaban de generar espermatozoides normalmente. No obstante, mostraron una recuperación gradual, tanto 30 como 60 días después, siempre que la temperatura no sobrepasara los 45ºC. En ese caso, sí que podría ser irreversible.

En algunos casos es cierto que la fertilidad no volvió a la situación anterior por completo. Aun así, pudieron embarazar a hembras que tuvieron camadas de ratones normales. Además, la morfología de los espermatozoides no se vio afectada. En definitiva, funcionaba como un buen método anticonceptivo. Por eso, ya ha empezado a usarse como forma de esterilización para gatos y, según estos científicos, podría pasar a otros animales y otras partes del mundo. Incluso creen que podría extrapolarse a animales de zoológicos

Eso sí, habría que hacer muchos ensayos previos. Y es que, si bien en ratones el hierro fue eliminado del cuerpo totalmente con el tiempo, evidencias científicas anteriores apuntan a que otros animales, como los lémures o los rinocerontes, podrían acumularlo en su organismo hasta que se vuelva tóxico.

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Foto por Reproductive Health Supplies Coalition en Unsplash

¿Puede ser útil como anticonceptivo humano?

Si se quiere usar este método como castración para animales de zoológicos serán necesarios más ensayos. Pero todavía harían falta más si se quisiera usar en humanos. No obstante, estos científicos creen que, con el tiempo, podría llegar a ser posible.

Anestesiar diariamente a un ser humano para magnetizarle los testículos y luego colocarle una bobina eléctrica a su alrededor puede ser raro. No obstante, piensan que, quizás, podrían dar con una forma de introducir las nanopartículas oralmente y, después, conducirlas hasta su destino de una forma más sencilla.

La posibilidad de usarlo en humanos es muy lejana

Pero esto es solo una hipótesis muy lejana. De momento, los únicos anticonceptivos masculinos que se usan ampliamente son el preservativo y la vasectomía. El primero resulta incómodo para algunos, aunque generalmente es porque no han escogido bien su talla. El segundo es una intervención quirúrgica, aunque no deja de ser mucho más sencilla que la ligadura de trompas. Y, aun así, en muchas parejas se decide que sea la mujer la que se haga la intervención. Pero ese es otro asunto.

También están los métodos hormonales, dirigidos principalmente a mujeres. El problema es que a menudo conllevan un extenso abanico de efectos secundarios. Y también que si la administración es oral otros fármacos pueden afectar a su mecanismo de acción o pueden hacerlo desaparecer directamente, por ejemplo, cuando hay vómitos.

También hay métodos en estudio. Uno de los más interesantes es un gel que se inyecta en los conductos deferentes, bloqueando el paso de esperma. 

En definitiva, hay muchos métodos anticonceptivos. Y habrá todavía más. Por ahora no parece necesario buscar con premura formas de calentar los testículos desde dentro.