Es innegable que el teletrabajo salvó a muchas empresas durante la pandemia de la COVID-19. En épocas de confinamiento absoluto, las compañías que pudieron continuar funcionando lo hicieron principalmente con sus empleados conectándose desde sus hogares. Y a pesar de que el mundo está volviendo gradualmente a la normalidad, el trabajo en remoto no se irá a ningún lado en el corto plazo. Algunas compañías han optado por mantener ciertas posiciones completamente a distancia, en tanto que otras permiten que los trabajadores se desempeñen desde su casa o la oficina una determinada cantidad de veces por semana. Sin embargo, más allá de todas las bondades del teletrabajo, existe una preocupación creciente: que cada vez se incorporan más medidas de vigilancia.

Según publica ZDNet, un sindicato en el Reino Unido pide que se introduzcan medidas para controlar el "monitoreo intrusivo", que en muchos casos se da dentro de la misma casa del empleado. La solicitud llega desde Prospect, entidad que reúne a profesionales de varias áreas, entre ellas la tecnología, la ingeniería y los servicios civiles, y fue motivada por una reciente encuesta de Opinium.

El sondeo realizado a 2,400 trabajadores británicos arrojó que el 32% de ellos sufre algún tipo de vigilancia durante el teletrabajo. Esto significa que uno de cada tres empleados desempeñándose a distancia se encuentra bajo monitoreo por parte de sus jefes. Además, implica un incremento importante en comparación con el 24% de la medición del pasado abril.

La tecnología de vigilancia en el teletrabajo llega más rápido que las regulaciones

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La encuesta arroja varios resultados interesantes sobre los patrones que adoptan las compañías a la hora de implementar la vigilancia en el trabajo. Así, por ejemplo, se menciona que los empleados jóvenes son más propensos a ser vigilados que sus colegas de mayor edad. Algo similar sucede con los sectores que cuentan con un bajo nivel de afiliación sindical, donde el monitoreo se aplica con mayor asiduidad.

Si bien las herramientas para rastrear las actividades de los empleados en el teletrabajo son varias, ha crecido especialmente la implementación de cámaras web. De acuerdo con el estudio, en solo seis meses dicha modalidad creció del 5% al 13%. No sorprende, entonces, que sea el tipo de vigilancia al que más se oponen los empleados; y esto se debe a que en la mayoría de los casos se da sin su consentimiento.

El 52% de los encuestados considera que se debería prohibir por completo la vigilancia a través de cámaras, mientras que un 28% cree que se debería regular de modo estricto. Esto significa que el 80% se opone al registro de imágenes en su propio hogar.

Que los datos correspondan exclusivamente al Reino Unido no quiere decir que la vigilancia en el teletrabajo sea exclusiva de dicho territorio. El monitoreo durante las actividades en remoto se encuentra desregulado en prácticamente todo el mundo, de modo que no sería extraño encontrar escenarios similares en otros países.

El sindicato Prospect solicita a las autoridades británicas que declaren ilegal el uso de webcams para vigilar a los empleados durante el teletrabajo. Y que el control se limite a las reuniones virtuales o llamados telefónicos.