Los planes de Intel sobre la expansión de su producción de semiconductores para intentar apaciguar la escasez de chips, se han visto interrumpidos por una decisión de La Casa Blanca. La administración de Joe Biden ha rechazado uno de los últimos proyectos del fabricante de procesadores. Este, en concreto, pretendía utilizar una planta en China para producir obleas de Silicio. Según Bloomberg, la denegación se debe a "preocupaciones de seguridad".

Intel, recordemos, confirmó recientemente que la escasez de semiconductores podría terminar en 2023. En parte, gracias a diferentes estrategias que permitirían aumentar la producción de chips y, por lo tanto, ofrecer un equilibrio entre la oferta y la demanda. La compañía desveló sus planes de expansión de la producción de procesadores en Europa, pero no mostró detalles sobre su intención de realizar el mismo movimiento en China.

El nuevo informe de Bloomberg desvela que el fabricante de procesadores tenía previsto iniciar la producción en una planta en China a finales de 2022. No obstante, para realizar este proyecto a cabo, necesitaban obtener financiación por parte del gobierno de Estados Unidos. Tras el rechazo de La Casa Blanca, Intel ha confirmado que "buscará otras soluciones" en relación a los planes para expandir su producción de obleas de silicio.

La expansión de Intel en China podría haber ayudado a apaciguar la escasez de chips

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Expandir la producción de semiconductores a China podría haber sido un punto a favor para paliar con los problemas de suministro. Intel, además, se beneficiaría de un menor coste en la producción en comparación con los precios de EE. UU..

Ahora, con la decisión de la administración de Biden, Intel apostará por Estados Unidos y el mercado Europeo, tal y como pretende hacer TSMC. El mayor fabricante de procesadores del mundo, de hecho, anunció que expandiría su fabricación con una nueva planta en Phoenix, Arizona, como parte de su inversión de 100.000 millones prevista para aumentar la producción. Una decisión que contó con el apoyo de los representantes de La Casa Blanca.

Mientras tanto, el Gobierno bajo el mandato de Joe Biden continúa mostrándose reacia al uso de tecnologías en China. Actualmente, mantiene duras restricciones a Huawei, quien se vio obligada a vender una de sus marcas de teléfonos inteligentes y planea hacer lo mismo con su división de servidores. También a otras compañías chinas que entraron en la lista de empresas que podrían suponer una amenaza para la seguridad nacional, como ZTE.