En un sector tan competitivo, los éxitos parecen fugaces. El streaming, con esa dinámica de novedades casi diarias, no ofrece demasiado espacio para la memoria. Esto es solo un reflejo de otros hábitos de consumo y el incentivo de la inmediatez en distintos procesos, al alcance de un click. Sin embargo, todos los años cada plataforma genera una producción con la que parece querer ir más allá de eso, como quien busca un lugar en el recuerdo de la audiencia. Puede que, para Apple TV+, Finch sea eso, su carta para enamorar al público.

Finch está dirigida por Miguel Sapochnik, un director luego de filmar Repo Men (2010) también formó parte del panel de director de Juegos de Tronos (HBO). A las diferencias entre un proyecto y otro se suma Finch, quizá emparentado con aquellos por el factor dramático. Sin la espectacularidad y la tensión de Juego de Tronos, esta película de Apple TV+ atrapa en un principio por el mundo en el que se desarrolla y luego por su historia, a medio camino entre lo humano y lo tecnológico.

Su escritura fue desarrollada por Craig Luck e Ivor Powell, ofrece un relato estable con varios momentos para soltar la risa y la lágrima. Sin tener grandes líneas, al centrar la historia en un solo personaje y un robot se corría algún riesgo. Uno de ellos era sobrecargar la trama en Finch, el personaje interpretado por Tom Hanks. Sin embargo, esto no ocurre por el guion y la dirección lograr humanizar a las máquinas que acompañan al protagonista.

'Finch' en su contexto

Apple TV+ estrena esta película mientras se realiza la Conferencia de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP26). ¿Qué tiene que ver una cosa con la otra? Finch, en esencia, es un tratado sobre el futuro de la tierra si el calentamiento global no se reduce. Los primeros planos de la película resultan tanto estéticos como preocupantes, toda una declaración de principios de parte del equipo de producción, que parece decir: “Este es el futuro que nos espera como especie”. Esa es la premisa que desarrollan a través del relato, de poco más de dos horas. 

Finch es uno de los pocos sobrevivientes que queda en la tierra. La situación climática es de tal gravedad que, para moverse de un lugar a otro durante el día, se debe utilizar una especie de traje de astronauta. Así se evita que la piel se le achicharre al sentir el sol. Sin llegar a ser Mad Max: Fury Road (George Miller, 2015), Finch está en un contexto no muy lejano: todo es tierra y abandono, salvo por su perro y un par de máquinas que lo acompañan. A través de ellos el guion complementa la premisa inicial: se trata de sobrevivir.

La mutación de la historia invita a pensar en un posible guiño a los tiempos de aislamiento debido a la COVID-19. Si bien Tom Hanks no se encuentra resumido a una habitación durante días, su relación con la naturaleza, los espacios y los otros cambia a través del tiempo. Eso genera en él una serie de reacciones que influyen en su destino y alteran valores que parecían claros. Durante esos tramos, Finch toma un tono cuestionador y, en algún punto, aleccionador sin llegar a ser moralista.  

El otro y las máquinas

La relación más humana que Finch sostiene es con su perro. Procura dejarlo con alguien que se pueda cuidarlo. Ese alguien es una máquina a la que Finch educa, a partir de un sistema de reconocimiento y una tecnología que le permite procesar información. En años recientes, algo así se vio en Real Steel (Shawn Levy, 2011), la película protagonizada por Hugh Jackman en la que él boxea a través de un robot. Pero en esta ocasión Apple TV+ lleva esa idea un poco más allá. 

Finch - Crítica - Apple TV+

A través de la inteligencia artificial, esa máquina a la que Finch intenta educar desarrolla autonomía de forma rápida. Puede que a través de esa relación se complete el tercer eje de la película: en un futuro no muy lejano, la dependencia a las máquinas será aún más marcada. Guion y dirección no tratan este punto desde una perspectiva crítica. Su enfoque es mucho más dialógico, como diciendo: si esto es inevitable, ¿cómo haremos para relacionarnos con ellas?

Eso va en línea con los guiños hacia los efectos de la pandemia. Finch, al sospechar de la existencia de otro ser humano, experimenta una suerte de estado de pánico. Entonces, no solo lo persigue alguien sino que también es presa de sus miedos y fobias. Algo de esto resuena con lo vivido por la humanidad durante los dos últimos años. Ese tipo de guiños hacen de Finch una película actual y, quizá, testimonial de cara al futuro.

Apple TV+ y su carta dentro
de las películas del año

¿Qué hace que una película sea recordada? Ante la pregunta habrá tantas respuestas como gustos. Si dentro de esas variantes se toma en cuenta la pertinencia de un relato, puede que Finch entre dentro de esas categorías. La película, además de una actuación sólida de Tom Hanks y de contar una historia conmovedora, resuena con lo que ocurre más allá de las pantallas.

Finch - Apple TV+ - Crítica - Tom Hanks

Aunque pareciera quedarse a mitad de camino entre el drama y la ciencia ficción, en realidad es que no abusas de las características de esos géneros. La historia de Finch es menos estrambótica que varias más, incluso quizá no sea muy llamativa ni innovadora. Pero en esa simpleza y en su pertinencia con cuanto ocurre en el mundo también hay un mensaje de Apple TV+ y el equipo de producción: los pequeños relatos cuentan y dicen tanto o más que los otros. 

Esa última característica quizá la aleje de algunas discusiones sobre las mejores películas del año. Puede que ahí entren producciones como Dune (Denis Villeneuve), The Last Duel o House of Gucci, ambas de Ridley Scott, por sólo nombre películas que podrían considerar a otro nivel. Sin embargo, dentro del cómputo total que se realiza entre lenguaje estético, el guion, las actuaciones, su pertinencia y tantas variables más, no se descarta que alguno la incluya o que, dentro de unos años, alguien diga: “Sí, en el 2021 también se estrenó Finch. ¿La viste?”.