Algunos dicen que no es necesario, que la igualdad vendrá por sí misma. Otros que hay que crear los espacios. Con el tiempo y esfuerzo, ya no serán necesarios. Para muchas emprendedoras también es necesario crear ese lugar en el que poder hablar de sus negocios sin la etiqueta de mujeres. Female Founders Day nació con la vocación de crear esos espacios en los que mujeres, y por supuesto hombres, hablen de su trabajo, de sus retos y de sus puntos en común. El cambio viene, precisamente, de esos espacios. También para vencer ese techo de cristal y ese eterno síndrome del impostor del que es víctima toda una generación de grandes profesionales y contra el que grandes mujeres en la historia de la ciencia y la tecnología llevan luchando años.
Hablamos con Silvia Rivela, emprendedora y co-organizadora del Female Founders Day que tendrá lugar el próximo 23 de noviembre en el Ateneo de Madrid. En él se darán cita algunas de las fundadoras de startups del panorama emprendedor español. Habrá mucho de conversaciones sobre los retos y dificultades de crear una empresa para una mujer, porque sigue habiéndolos, pero también habrá mucho de innovación. "No solo de software, que ya es increíble, también mucho hardware que eso sí que tiene mérito a la hora de emprender", explica Rivela.
También con un claro objetivo sobre la mesa: crear referentes. Y aquí muchos podrían pensar que ya existen más allá del Female Founders Day. Hemos visto grandes mujeres emprendedoras en el South Summit, el 4 Years from Now o en el reciente Web Summit de Portugal. Existen y son muchas. El objetivo de Female Founders Day era el de crear un entorno en el que todos los participantes sean referentes para las nuevas generaciones. Sin distracciones. Sin ruido. "Para generar un gran impacto", apunta Rivela. Y porque juntando todo el talento femenino se pueden lograr muchas sinergias en el ecosistema.
Al menos esta fue la premisa de Female Startups Leaders, organización detrás del encuentro. Un grupo que nacía a través de las redes durante las fases más duras del confinamiento y que casi un año después ya tiene su réplica en la vida real. De la mano de Silvia Rivela, Carmen Hidalgo y Esther Molina, que de las redes pasaron a una cena y de ahí a tomarse en serio la necesidad del ecosistema emprendedor de poner un altavoz a todas esas mujeres a veces aclipsadas. El Female Founders Day es, en este caso, la primera pieza de una gran historia para las mujeres emprendedoras.
Rivela, además del Female Founders Day, una emprendedora con historia
Por supuesto, la historia de Female Startups Leaders y del Female Founders Day estaría vacía si detrás del grupo no hubiese grandes emprendedoras. Silvia Rivela tenía su nicho de mercado. Licenciada en arquitectura, su objetivo era crear las oficinas del futuro. Las oficinas, de hecho, de las grandes startups del panorama nacional. Deliveroo o Spotahome pasaron por sus manos para crear no solo espacios de trabajo, también lugares en los que el mobiliario crease el espacio idóneo para mejorar la cultura empresarial. Dowe era, y sigue siendo, la empresa que creó de la nada.
Como cualquier otro emprendedor, Rivela se encontró con un enemigo en ciernes: el coronavirus mandó a la mayor parte de los empleados a su casa. Las sofisticadas oficinas quedaron en un segundo plano para encontrarse en el teletrabajo. El objetivo de Dowe, por tanto, ya no era esencial para muchas de las tecnológicas nacionales. Incluso ahora, que el regreso a las oficinas ya se puede medir en atascos en las grandes urbes, el sentido de Dowe ha cambiado.
"Quizá es tirarme piedras sobre mi tejado, pero si una empresa puede tener una oficina la mitad de grande que ahora porque la mitad de su plantilla teletrabaja pues mucho mejor", apunta Rivela. Tiene proyectos entre manos para reformar los lugares de trabajo de varias startups. De hecho Dowe es lo que le da de comer a día de hoy. Pero también tiene un nuevo objetivo además del encuentro en el Female Founders Day.
La pandemia llevó a su casa a muchos empleados. Muchos de ellos no sabían cómo trabajar en su hogar, las empresas tampoco sabía cómo crear esas relaciones de conexión entre trabajadores. Rivela creó una variación del propio Dowe: Cohesionist. Un sistema de teambuilding online para que las compañías integren a sus empleados. También con un ojetivo: Rivela es una de esas raras avis con vida nómada. El no estar vinculada a un lugar fijo de trabajo y poder trabajar desde su furgoneta en las Islas Canarias es toda una ventaja.
Aún en fase de pruebas, Cohesionist ya pudo probar su sistema con un primer cliente: Cabify. El objetivo era crear un entorno online en el que los trabajadores pudiesen hablar sin los límites de las relaciones laborales. Pese a la importancia de contar con el unicornio entre sus filas, Rivela confiesa que son las startups que están empezando a triunfar –las que tienen potencia– las que más le atraen.
En cualquier caso, Rivela crea fiestas online en las que de momento ella actúa como moderadora para animar la situación, también para comprobar que todo fluya. También crea aventuras en las que cada empleado ocupa un papel en una nave con una misión. Todo desde casa, pero con una parte física que cada empleado recibe vía mensajero: el sentirse parte de un grupo –para la fiesta fueron pulseras de festival– es importante. El objetivo es identificar las necesidades del equipo a través del juego, también potenciar los roles establecidos y crear una cultura de empresa que, desde hace tiempo, ha quedado relegada en un segundo plano y carente de importancia. Junto a las oficinas pensadas por y para la mejor cohesión del grupo, Rivela quiere que el grupo sepa comunicarse esté donde esté.