La semana pasada les contamos en Hipertextual sobre el caso de ConstitutionDAO: una organización autónoma descentralizada que se conformó de la noche a la mañana con el fin de comprar la última copia original de la Constitución de Estados Unidos en manos privadas. Lo que en principio parecía una locura, rápidamente llamó la atención del mundo entero; a tal punto que en menos de 72 horas recaudaron más de 48 millones de dólares en Ethereum. Sin embargo el grupo se quedó corto en su objetivo, y la receta de una historia fascinante ha sumado un ingrediente inesperado: el drama.
Según publica VICE, las consecuencias de la fallida compra del histórico documento estadounidense han repercutido con mucha fuerza en el seno de ConstitutionDAO. El drama interno tiene varias aristas: desde la definición del futuro de la organización y la distribución de los tokens de gobernanza entre quienes participaron del crowdfunding, hasta los problemas para devolver las donaciones por las altas comisiones de la red de Ethereum.
En primer lugar, vale destacar que ConstitutionDAO creó un token llamado $PEOPLE, destinado a los contribuyentes a la campaña de financiamiento colectivo. El mismo no tenía una finalidad económica, sino ofrecer a los participantes la posibilidad de votar sobre el destino de la Constitución de Estados Unidos. Específicamente, cómo, dónde y por cuánto tiempo se exhibiría. Sin embargo, la distribución del derecho de votación nunca fue explicada en detalle. Desde la organización manifestaron que esto se dio debido a la falta de tiempo; al fin y al cabo, todo ocurrió en un lapso menor a una semana.
ConstitutionDAO ahora sufre las consecuencias de su meteórico furor
Pero la gran polémica se desató el sábado, cuando en el Discord de ConstitutionDAO se anunció que el grupo abandonaría el token $PEOPLE y generaría uno nuevo llamado $WTP (We The People). La explicación detrás de dicha decisión era que el token original ya no cumplía ninguna función porque se había creado especialmente para el proyecto de la Constitución. Por ende, el nuevo token apuntaba a convertirse en la herramienta en curso para afrontar nuevas iniciativas. Como se podrán imaginar, la respuesta de la comunidad estuvo lejos de ser la esperada.
Con la idea de implementar un nuevo token de gobernanza, a los impulsores de ConstitutionDAO les salió el tiro por la culata. Según publica VICE, después de la fallida subasta muchos usuarios comenzaron a intercambiar $PEOPLE a través de plataformas como Uniswap. Pero el anuncio de la organización provocó que el precio se desplomara y desató la ira de los contribuyentes.
Además, en el Discord del grupo comenzaron las acusaciones cruzadas sobre si el grupo realmente se estaba manejando como una DAO. Al no establecerse parámetros de votación con el token ya existente, los involucrados criticaron que la toma de decisiones esté concentrada en un grupo pequeño; algo que, claramente, va contra la razón de ser de una organización autónoma descentralizada.
Pero las idas y vueltas no terminaron allí. Horas después, ConstitutionDAO volvió sobre sus pasos y canceló la implementación de $WTP. Esto significa que $PEOPLE sigue siendo el único token de gobernanza a disposición, aunque sin quedar claro qué se puede hacer con él. Además, varios contribuyentes ya los intercambiaron, y algunos oportunistas aprovecharon que no valía prácticamente nada para comprarlo en cantidad. Desde entonces el precio del token resurgió hasta quedar en 0,0045 dólares.
Los reembolsos también son un problema
Ni bien se conoció que ConstitutionDAO no había logrado comprar la Constitución de Estados Unidos, el grupo emitió un comunicado en el que indicaba que los contribuyentes podrían solicitar un reembolso de su donación. Así, los participantes podrían recuperar su aporte restando el costo del gas; es decir, la tarifa que se paga a los mineros por la cantidad de poder de procesamiento requerido para las transacciones en la red de Ethereum.
El problema está en que el precio del gas hoy en día —y desde hace un tiempo, en realidad— es muy elevado. Entonces, aquellos que aportaron cifras módicas o bajas no recuperarían su dinero, ya que el fee podría ser mayor al monto a reembolsar. Tengamos en cuenta que la donación promedio fue de 206 dólares, aproximadamente; además, ConstitutionDAO mencionó que "un porcentaje significativo" de las más de 17 mil donaciones se realizó desde wallets utilizadas por primera vez.
¿Esto qué significa? Que muchos contribuyentes compraron Ethereum en un exchange, lo transfirieron a una wallet, y posteriormente al fondo de financiamiento colectivo. Cada uno de esos movimientos requirió el pago del gas, algo que también se debe costear al hacer el proceso a la inversa para un reembolso. Entonces, por más que los usuarios opten por retirar el ETH de Juicebox, la plataforma utilizada para el crowdfunding, y mantenerlo en una wallet, deben pagar como mínimo una comisión. Y si el monto no fue lo suficientemente grande, es imposible recuperarlo.
De esta forma se genera una disyuntiva para muchos contribuyentes, quienes no tienen más opción que confiar en que ConstitutionDAO presente algún nuevo proyecto que merezca ser apoyado; o dar el dinero por perdido. En este último caso, algunos se inclinaron por quemar el Ethereum —es decir, sacarlo de circulación—, enviándolo a direcciones desde donde no se lo puede recuperar.
La falta de un plan alternativo parece ser la gran falencia de ConstitutionDAO
Mientras en las redes sociales y Discord se debate sobre si el plan de ConstitutionDAO fue válido o si se trató de una estafa, la mirada merece ser más profunda. El alocado plan de la organización puso sobre la mesa las cualidades y posibilidades de las DAO y la web3. Que miles de personas de todo el mundo se hayan reunido en tiempo récord con un objetivo, recolectando millones de dólares en pocas horas, no se debe tomar a la ligera.
El gran problema de ConstitutionDAO parece ser la falta de un "plan B". Los protagonistas de esta iniciativa estaban convencidos de que comprarían la Constitución estadounidense sin contratiempos. Y la realidad fue muy diferente y golpeó con mucha fuerza. Entonces, ante la falta de una alternativa para destinar los fondos en caso de que no se cumpliera la meta principal, el caos no se hizo esperar. Queda claro que lo vertiginoso del proyecto fue un arma de doble filo en esta historia.