Los síntomas neurológicos asociados al coronavirus son más que conocidos. Desde fuertes dolores de cabeza, hasta lagunas mentales, pasando incluso por ataques epilépticos. Son solo algunos de los muchos ejemplos que se han documentado, tanto como síntomas de la infección como a modo de secuelas. Sin embargo, cuando tres adolescentes acudieron a las urgencias del Benioff Children's Hospital San Francisco, afectados por síntomas propios de un trastorno psiquiátrico, descubrir que podría estar relacionado con la COVID-19 fue una sorpresa.

En realidad, ya existía algún informe de caso muy raro, pero solo en adultos. Y tampoco estaba del todo clara la relación. Pero esta es la primera vez que se detecta este fenómeno en adolescentes

Los tres casos se han descrito en un estudio, recién publicado en JAMA Neurology. En él, se narra cómo tuvo lugar el diagnóstico, los marcadores inmunológicos que llamaron la atención de los investigadores y, por supuesto, el tratamiento, que tuvo resultados dispares en cada uno de ellos.

Tres casos de coronavirus que llamaron la atención

Estos tres adolescentes llegaron al hospital con COVID-19 leve o asintomático. No era por lo tanto el coronavirus el que había llevado a sus familiares a buscar ayuda médica. Más bien era el trastorno psiquiátrico que parecía que padecían.

Los síntomas eran variables. No obstante, en general podrían resumirse como pensamientos suicidas, delirios y paranoia. Dos de ellos tenían antecedentes psiquiátricos, como la depresión o la ansiedad, pero el tercero no.

Los adolescentes padecían el coronavirus de forma leve o asintomática

Los médicos sabían que ya se había diagnosticado algún síntoma psiquiátrico en personas adultas con coronavirus leve. Y también sabían que en muchas de ellas se había detectado la presencia de anticuerpos antineurales, que atacan al propio tejido cerebral del paciente. Por eso, sometieron a los tres niños a las pruebas pertinentes para ver si poseían este mismo marcador. Estas consistían en extraer líquido cefalorraquídeo a través de una punción lumbar y analizarlo posteriormente en busca de anticuerpos. 

Uno de ellos no los tenía, pero los otros dos sí. Y, curiosamente, eran los dos que sí que tenían antecedentes psiquiátricos. 

¿Se debe tratar el trastorno psiquiátrico o el autoinmune?

Se sabe que los casos graves en algunos pacientes jóvenes con coronavirus se deben a un trabajo excesivo de su sistema inmunitario. Pero lo de estos tres chicos es algo diferente. Y es que son enfermos leves o incluso personas asintomáticas, pero aun así su sistema inmunitario se ha vuelto contra algunas de sus células. En este caso las del tejido cerebral. Se ha visto con otros síntomas, en diferentes partes del organismo, y también se pensaba que pudiese tener relación con los síntomas neurológicos. Pero esta reacción autoinmune que genera síntomas psiquiátricos es algo mucho más raro de ver.

Se optó por tratar a la vez tanto los síntomas psiquiátricos como la presencia de autoanticuerpos

Por eso, cabe preguntarse a cuál de los dos pilares del problema era más importante atacar: ¿al trastorno psiquiátrico o a los autoanticuerpos?

La respuesta más rápida y segura es que lo mejor es atacar a ambos. Por eso, los dos pacientes que tenían anticuerpos antineurales recibieron, además del tratamiento psiquiátrico, inmunoglobulina intravenosa. Esta es una terapia de las conocidas como inmunomoduladoras, que se utilizan para reconducir al sistema inmunitario cuando se ha equivocado y ha comenzado a atacar lo que no debe. 

Solo cinco días después, el primero de ellos ya tenía pensamientos más organizados y mejor comprensión. Además, la paranoia había disminuido notablemente. El segundo, en cambio, mejoró algo, pero seguía teniendo una clara alteración de su estado de ánimo, junto a algunos síntomas cognitivos. En cuanto al tercero, que solo recibió tratamiento psiquiátrico, evolucionaba favorablemente en el momento de la redacción del estudio.

Cabe destacar que este paciente resultó ser consumidor de marihuana, por lo que los científicos que han llevado a cabo la investigación creen que ese pudo ser el desencandenante, además del coronavirus.

¿Y ahora qué?

Ahora, los autores del estudio quieren saber más sobre este raro síntoma del coronavirus. Parece ser que las personas con antecedentes de trastorno psiquiátrico están más predispuestas, ¿pero podría ser que esos anticuerpos antineurales estuviesen ya ahí antes de la infección y que la COVID-19 solo hubiese sido una señal de alarma? 

Eso es algo a lo que de momento no pueden responder. Pero, al menos, hay algo que sí que está claro. Ni siquiera el coronavirus asintomático nos libra de padecer algunos síntomas de lo más desagradables. Por eso, más vale prevenir que curar. O, en este caso, más vale vacunar que lamentar.