El nuevo MacBook Pro nos ha dejado con la boca abierta por el potencial de sus procesadores. Aunque todavía faltan hacer numerosas pruebas de rendimiento fuera de los entornos controlados por Apple, algunos datos que proporcionan los benchmark nos permiten compararlo, por ejemplo, con una PS5. Si bien el mercado al que van dirigidos son completamente diferentes, es interesante ver cuánto ha avanzado Apple Silicon en tan poco tiempo.

Según el benchmark obtenido por el YouTuber Vadim Yuryev, la GPU del M1 Max, el chip más potente de los MacBook Pro, alcanza un rendimiento gráfico de 10,40 Teraflops. La PS5, por su parte, se queda ligeramente atrás con 10,28 Teraflops. Si has formado parte de la conversación —tóxica, por cierto— que rodea a la guerra de consolas, seguramente sabes lo mucho que se menciona este número; al margen de otras cifras que igualmente son importantes.

Asimismo, la MacBook Pro integra un SSD con una velocidad de lectura de 7,4 GB/s, superando por un amplio margen a los 5,5 GB/s de la consola. Sí, específicamente en los dos parámetros mencionados, la portátil supera a la PlayStation 5.

https://twitter.com/VadimYuryev/status/1450204117133979651?s=20

Ahora bien, hay una característica clave donde la PS5 sale mejor parada. Su ancho de banda de memoria, de 448 GB/s, es superior a los 400 GB/s de la MacBook Pro (mismo bandwidth en el M1 Pro y M1 Max).

El MacBook Pro apunta a otro mercado, pero no deja de sorprender

MacBook Pro

¿Con estos datos podemos asegurar que el MacBook Pro con chip M1 Max es gráficamente más poderoso que la PS5? Sobre el papel lo es, pero no es tan simple como parece. La realidad es que son productos cuyos componentes fueron diseñados con objetivos muy distantes. Vamos, ni siquiera es la misma arquitectura.

La portátil de Apple apunta a un mercado de profesionales, mientras que la PS5 es un hardware para disfrutar videojuegos. En la MacBook Pro no podrás jugar The Last of Us Part II, y en la PS5 no podrás editar vídeo en 4K, por mencionar una de tantas tareas. Respecto al precio, el ordenador con las especificaciones indicadas se acerca a los 3.000 dólares/euros, mientras que la consola se puede obtener por 500 dólares/euros.

Pese a la evidente disparidad, queda claro que la primera generación de procesadores ARM de Apple está superando todas las expectativas. Por el momento, los de Cupertino van caminando "solos" en esta arquitectura tanto en smartphones/tablets como en ordenadores.