Cuando se decide realizar una nueva versión de una película querida, famosa o muy valorada, o incluso volver a adaptar una novela con las mismas características al cine, normalmente se hace con un interés económico. Los productores piensan que pueden aprovechar la inclinación del público por la obra previa para llenarse los bolsillos; y no se equivocan. Pero eso no quiere decir que los cineastas encargados del nuevo largometraje no tengan sus propios motivos ni que este no pueda terminar siendo una buena obra de arte. Esto último es lo que esperamos de la nueva Dune (2021), primera de dos partes que ha sido dirigida por el canadiense Denis Villeneuve, autor de otros filmes muy interesantes como Prisioneros (2013), La llegada (2016) o Blade Runner 2049 (2017).
Porque la primera adaptación de la novela homónima de Frank Herbert (1965), a la que le otorgaron los premios Hugo y Nébula, es responsabilidad nada menos que del estadounidense David Lynch (1984). Y, por lo visto, a su colega del norte no le satisfizo su trabajo. Como a la mayoría de los críticos profesionales, hay que añadir.
Enamorarse de la relación de Frank Herbert con la naturaleza
Por lo que sabemos, entre los afanes de Denis Villeneuve estuvo durante mucho tiempo aportar su propia aproximación cinematográfica a Dune, y cumplir con lo que el charlatán de Alejandro Jodorowsky no pudo. Su encuentro con el veterano compositor Hans Zimmer (Hannibal) por Blade Runner 2049 fue decisivo para que el proyecto de la nueva adaptación se concretase, porque ambos adoran el libro de Frank Herbert.
En conversaciones con Helen O’Hara, de la revista Empire, Denis Villeneuve ha declarado lo que sigue: “Para mí, el libro trata sobre la presciencia: un personaje que puede ver el futuro. Siento que el propio Herbert tenía una muy buena visión del futuro: la gente explota los recursos naturales con brutalidad y otras personas luchan por el bien de la naturaleza”. Y, según la periodista, “quiere que los jóvenes, en particular, descubran esta historia a través de la película como una vez él descubrió el libro, y que se enamoren de los «hermosos ecosistemas y la relación única de Herbert con la naturaleza»”.
‘Dune’: de David Lynch a Denis Villeneuve
Pero las motivaciones del realizador van más allá de ello. “Soy un gran fan de David Lynch; él es el maestro”, asegura Denis Villeneuve a Helen O’Hara. “Cuando vi Dune, recuerdo estar emocionado, pero hay partes que me encantan y otros elementos con los que me siento menos cómodo. Así que recuerdo haber quedado medio satisfecho. Por eso pensaba para mis adentros: «Todavía hay una película que se debe hacer sobre ese libro, solo que una sensibilidad diferente»”.
Lo que ocurre es que no se puede estar “medio satisfecho” porque la satisfacción implica saciarse, no creer que David Lynch podría haber hecho las cosas de un modo más aceptable sin duda. Conque lo de Denis Villeneuve ha sido coger al toro por los cuernos porque pensará que, si de veras quería que algo se hiciese bien, mejor que lo haya hecho él mismo.
“No es fácil llevar los sueños de tu adolescencia frente a una cámara”, reconoce el cineasta. “El adolescente que era yo realmente era un gran soñador. Tenía que intentar complacer a ese tipo. Es toda la presión de asegurarme de no defraudarme en ese sueño”. Así que únicamente nos queda desear que, al no haberse defraudado así mismo con la nueva Dune, tampoco defraude Denis Villeneuve a los espectadores.