Truth be told es una de las series de Apple TV+ tiene el honor de ser uno de los buques insignia de la plataforma. Pero más allá de eso, es una de las primeras historias televisivas en analizar en profundidad el tema de la moral contemporánea. En su primera temporada, Truth be told analizó las implicaciones del bien y del mal en nuestra cultura obsesionada con la comunicación. En la segunda, ya disponible en Apple TV+, se atreve a ir más allá y reflexiona sobre aquello que creemos real y justo.

La combinación resulta de enorme inteligencia. Especialmente cuando debe sostenerse sobre lo que parecía una premisa sencilla. De nuevo, la podcaster Poppy Parnell (Olivia Spencer) regresa para ser el centro de una historia en la que su capacidad para la investigación lo es todo. 

A diferencia de otras series del género, el uso de un recurso relativamente reciente para comprender la mirada actual sobre temas álgidos no es efectista. En su regreso, la serie vuelve a reflexionar sobre la posibilidad de que una sola voz sea capaz de ser poderosa. Tanto como para poner en relieve la necesidad de reivindicación. Pero también pone en el centro del debate la búsqueda de la justicia y los medios que tenemos para la obtenerla. 

Si algo sorprende de la serie es la forma en cómo Olivia Spencer transforma a su personaje en un interlocutor. Uno que elabora una idea de cómo cada uno de nosotros tiene la habilidad, los recursos y el poder de hacerse escuchar. La podcaster Poppy Parnell de Truth be told es el reflejo de la impaciencia de nuestra época por la comunicación.

En la primera temporada mostró la búsqueda y la necesidad de convertir al medio en algo más poderoso. Para sus nuevos episodios, la premisa cambia y lo hace al convertir la necesidad de la verdad en un objetivo claro. Lo hace además, con una habilidad que sorprende por su buen hacer y su capacidad para ser algo más poderoso.

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'Truth be told' y cómo creer en el bien

Claro está, la historia de una podcaster que termina por arriesgar su vida al denunciar e investigar crímenes reales no es novedosa. Y es algo que Truth be told enfrenta desde sus primeros capítulos. 

La Poppy Parnell de Olivia Spencer es la heredera más reciente de grandes personajes televisivos. Desde Jessica Fletcher hasta Veronica Mars, la idea de la investigación en manos de un ciudadano común es un punto común de la cultura pop. Pero a diferencia de otras tantas premisas parecidas, Poppy Parnell es un fenómeno pequeño y contundente. Su fuerza de voluntad, a tono con su necesidad para relatar lo que ocurre, es el punto más fuerte de un personaje cerebral y complejo.

Truth be told, basada en la novela Are You Sleeping? de Kathleen Barber, reelabora el material literario

La serie profundiza en ella y en su mundo personal. La búsqueda de la justicia esta vez incluye enfrentarse al pasado y también poner a prueba sus límites. En los primeros episodios, Poppy estaba comprometida con algo algo más que una lucha simbólica por la verdad. Ahora tendrá que poner a prueba esa convicción al enfrentarse a su propio entorno. ¿Hasta dónde llega la necesidad de decir la verdad?

La serie no lo profundiza del todo, aunque deja claro que el choque de intereses es de capital importancia. Truth be told, basada en la novela Are You Sleeping? de Kathleen Barber, reelabora el material literario para sostener esa idea. En su segunda temporada, en la que Poppy enfrenta a un magnate de los medios desde sus modestas armas, la condición del poder es más evidente. 

Cuando el héroe puede ser cualquiera

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La segunda temporada de Truth be told trata de crear una mirada sobre lo que consideramos valioso. Poppy, que esta vez ya conoce los riesgos de enfrentarse el peligro a través de sus medios escasos, es un símbolo. Y es ese condición de ser varias cosas a la vez lo que hace poderoso al personaje.

En la primera temporada debió luchar contra la noción de su fragilidad en contra de la agresión y la violencia. Para los nuevos capítulos, el poder se hace una pared de interrogantes. En especial, cuando quien lo ejerce es parte del mundo de Poppy. Es esta singular controversia  — ¿cómo enfrentar nuestro pasado en la búsqueda del bien? — la que sostiene la premisa. Y lo hace con el mismo sentido del deber que destacó en sus primeros episodios. 

Truth be told basa su efectividad en hacer creíble la idea que todos luchamos por un bien mayor. Y en esta ocasión, la mirada es tan poderosa como para hacer sensible la visión del bien y del mal del argumento. Sí, la moral colectiva depende de los medios que la debaten. Pero también la percepción sobre cómo se construye una perspectiva nueva sobre el individuo. En un mundo con una enorme necesidad de héroes cotidianos, Poppy Parnell es uno consistente, brillante y sensible.

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