Dos días después de dar a luz, una mujer portuguesa acudió a su médico por un motivo sorprendente: le salía leche de la axila. Todo empezó con un dolor molesto y la presencia de un bulto que podía palparse en la zona. Preocupada, acudió al hospital, donde comprobaron que había desarrollado tejido mamario fuera del pecho.
Su caso, que se ha descrito recientemente en The New England Journal of Medicine, no es el primero que se relata en la literatura científica. De hecho, el fenómeno, conocido como polimastia, puede ser incluso más extremo.
Básicamente, consiste en la presencia de mamas supernumerarias o, lo que es lo mismo, una mama de más. Pero no tiene por qué ser una mama completa. Solo se trata de tejido mamario que ha crecido fuera de su lugar y que, en algunas ocasiones, llega incluso a verse acompañado de un pezón y una aureola. No fue el caso de esta joven portuguesa, aunque no por eso fue para ella menos sorprendente cuando vio la leche fluyendo por ahí.
¿Por qué salía leche de la axila?
Durante el desarrollo embrionario, en los mamíferos se forma algo conocido como cresta mamaria o línea de la leche. Se extiende desde la axila hasta la cara lateral del labio mayor de la vulva o la base del escroto. Ahí se encuentran las células precursoras de las glándulas mamarias, aunque la mayoría de esta línea terminará desapareciendo, de modo que el tejido mamario solo se constituye en los senos.
No obstante, algunas veces puede quedar algún residuo. Puede ser solo un pequeño bulto, que nunca llega a detectarse si la persona en cuestión no da a luz. En otros casos, sí que aparece un pezón, con o sin aureola. Por ejemplo, no son raros los pezones en la parte inferior del pecho o en el abdomen. Si el lector de este artículo es seguidor de la serie Friends, seguramente ya habrá pensado en la tercera tetilla de Chandler. Efectivamente, es algo que puede ocurrir en la realidad.
Incluso se han dado casos de personas que después de dar a luz han podido amamantar a sus bebés a través de estos pezones extra. No se sabe si es el caso de esta joven portuguesa, de 26 años. Lo que sí aclaran los científicos del Hospital de Santa María de Lisboa que la atendieron es que se le avisó que cuando comenzara con las revisiones periódicas de detección de cáncer de mama tendrían que tener también en cuenta ese parche de tejido mamario por el que llegó a salirle leche de la axila. Su sola presencia no es grave, pero no deja de ser una especie de extensión del pecho. Y eso, por supuesto, también debe tenerse en cuenta.