Aunque su aplicación más conocida sea la “vuelta a la vida” del miembro de hombres con disfunción eréctil, en realidad el citrato de sildenafilo, más conocido como Viagra, es un vasodilatador que, de hecho, fue sintetizado originalmente para el tratamiento de la hipertensión pulmonar.
En su día se comprobó que generaba un efecto secundario muy aprovechable con otros fines y de ahí nacieron los superpoderes de la preciada pastillita azul. Facilita la erección al promover el flujo de sangre hasta el miembro que, por un motivo u otro, no logra alcanzar este estado. Pero su utilidad no se reduce a esto. También se ha estudiado con otros fines, como el descrito recientemente por investigadores del Mater Mother's Hospital en Brisbane, Australia, en un estudio publicado en American Journal of Obstetrics and Gynecology. En él, describen cómo puede este fármaco ayudar a las mujeres con partos prematuros a evitar la cesárea.
Viagra contra las cesáreas
Durante las contracciones del parto, se reduce el flujo de sangre hacia la placenta, lo que puede provocar que el feto no se oxigene correctamente. Como resultado, a veces es necesario recurrir a una cesárea para evitar que el bebé se asfixie.
Hoy en día esta intervención quirúrgica consta de un procedimiento optimizado, muy bien estudiado por los médicos, por lo que ya no es tan peligroso como en el pasado. No obstante, a veces sigue conllevando efectos indeseados, que pueden poner en riesgo la salud de la madre y el recién nacido. Por eso, siempre se intenta evitar en la medida de lo posible.
Al ser un problema de riego sanguíneo uno de los fenómenos que más suelen conducir hasta la cesárea, estos médicos australianos decidieron comprobar si la Viagra podía tener alguna utilidad para prevenir la operación.
Con el fin de estudiarlo, reclutaron entre septiembre de 2015 y enero de 2019 a 150 mujeres embarazadas, con edades comprendidas entre los 18 y los 50 años. Todas ellas habían tenido gestaciones saludables, pero llegadas al fin del proceso habían desarrollado un parto prematuro. Esta es una condición común que conduce a la cesárea, por lo que eran candidatas perfectas para el estudio. La mitad de ellas recibió citrato de sildenafilo a dosis crecientes, una cada hora, desde los 50 miligramos hasta los 150 miligramos, mientras que el resto tomó las mismas cantidades, pero de una sustancia placebo.
Descubren por qué la Viagra puede cambiar de color todo lo que ves
Una vez superado el nacimiento de los bebés, se procedió a analizar si se habían generado diferencias en ambos grupos. Y así fue, pues aquellas que tomaron Viagra continuaron el parto sin complicaciones en una mayor proporción. Además, de media el alumbramiento duró menos y se redujo la necesidad de usar fórceps.
La otra cara de la Viagra
Son resultados muy positivos. Sin embargo, este estudio se desarrolló en paralelo a un ensayo clínico de la Universidad de Ámsterdam, que en 2015 estuvo detrás de la muerte de 19 bebés.
Como es lógico, el estudio holandés se suspendió, pero también el australiano, a la espera de saber si la Viagra podría haber generado efectos perjudiciales en los recién nacidos. Es cierto que en la sangre del cordón umbilical se detectó un 3’6% del citrato de sildenafilo o sus productos. No obstante, no había evidencia de que hubiese generado algún daño en los pequeños.
Veinte años de Viagra, una pastilla fruto de la casualidad
Cabe destacar que hay una diferencia muy clara entre ambos ensayos, pues en el de la Universidad de Ámsterdam se administró a las embarazadas en las primeras semanas del embarazo, para promover el crecimiento de sus fetos, mientras que en este último solo lo tomaron justo antes del parto. Además, las participantes del primero ya de por sí tenían embarazos de riesgo.
En ese momento el feto ya está mucho más formado y los efectos que generaría esta sustancia sobre ellos pueden ser muy diferentes. Dada esta conclusión, el ensayo, que ahora mismo se encontraba en fase II, pasará a una fase III, en la que se espera que participen más de 3.000 mujeres. Si los resultados son similares, la Viagra podría tener de nuevo un papel muy importante en la reproducción, pero en una fase mucho más lejana que la empleada hasta ahora.