El nuevo precio de la luz por tramos nos ha hecho cambiar nuestras rutinas en mayor o menor medida. Aunque no siempre es posible, intentamos poner más lavadoras los fines de semana, restringir el uso del horno o poner los lavavajillas por la noche. Pero esto no nos afecta solo a la población general. También es un problema para los agricultores, por ejemplo para la gestión de sus sistemas de riego.
El gasto energético es uno de los factores que más influyen en un regante a la hora de poner en marcha estos sistemas. Por eso, son tan importantes algoritmos de inteligencia artificial como el que acaba de poner en marcha un equipo de investigación de la Universidad de Córdoba.
Con él, se pretende anticipar el uso de agua de los regantes por periodos tarifarios con un día de antelación y así optimizar el uso de la energía. Cabe destacar que dicho algoritmo se desarrolló antes de que entrara en vigencia el nuevo precio de la luz por tramos. No obstante, estos investigadores consideran que se podría adaptar fácilmente a la nueva situación y, de paso, comprobar cómo ha afectado a los agricultores.
La importancia del papel humano en los sistemas de riego
La escasez de agua resultante del cambio climático es una realidad. Poco a poco tendremos que ir buscando formas de optimizar su uso. Por ejemplo, desinfectando aguas residuales. ¿Pero qué pasa con los sistemas de riego?
Los cultivos necesitan regarse y eso supone un gasto enorme de agua. Y también de energía. Por eso, los nuevos tramos horarios en el precio de la luz son un problema.
Lo que han intentado estos científicos es usar la inteligencia artificial para determinar cuándo se gastará más agua e intentar optimizarlo lo máximo posible. No es la primera vez que se usan este tipo de algoritmos. Sin embargo, ellos han logrado hacerlo personalizado, incluyendo como un parámetro más los hábitos de cada regante. Esto, por supuesto, incluye preferencias como no regar los fines de semana o evitar los tramos horarios en los que el precio de la luz sea más elevado.
Dichos cálculos se hacen con 24 horas de antelación. Esto, según explican en un comunicado de prensa de la Universidad de Córdoba, “permite adelantar información sobre cuándo se produce la mayor demanda en la red y si es necesaria o no la activación de todas las bombas en paralelo que tiene la comunidad de regantes”. Además, “optimiza la contratación de la tarifa eléctrica más adecuada, permitiendo así el ahorro de costes energéticos, y se conoce con antelación qué tuberías podrían sobrecargarse o prever cómo afectaría una avería”.
Algunas comunidades de regantes cuentan con sistemas de energía fotovoltaica, por lo que con este algoritmo podrían saber qué energía necesitan reservar. El resto podrían venderla para aquellos que no cuenten con suficiente en sus sistemas de riego. Se evitan derroches y se minimiza el gasto.
¿Qué pasará con el nuevo precio de la luz?
Este estudio se llevó a cabo antes de la implantación del nuevo precio de la luz por tramos horarios de electricidad.
Bajo la situación anterior, se ha logrado obtener pronósticos con una precisión de alrededor del 80% para cultivos de arroz, maíz y tomate.
Ahora, según explican en el estudio, que se ha publicado en la revista Agricultural Water Managment, esperan poder adaptar el algoritmo a las nuevas tarifas. Al fin y al cabo, el precio de la luz será un factor clave en la decisión de los agricultores para programar el uso de sus sistemas de riego. Será esencial incluirlo en la ecuación. Ellos también se verán afectados, como nosotros con las lavadoras. Pero, por suerte, la inteligencia artificial está preparada para salir al rescate.