En la segunda temporada de Lupin hay una clara percepción sobre el poder de una buena historia en manos de las series de Netflix. En enero, Omar Sy sorprendió a la audiencia al encarnar una versión moderna y sofisticada de Arsène Lupin. Una que además estaba en busca de venganza y tenía una magistral capacidad para crear una conjura criminal a gran escala con elegancia. El personaje y la serie se convirtieron en uno de los grandes éxitos de Netflix en un año especialmente difícil.
Ahora, el programa ha regresado con todos sus mejores puntos redimensionados y como una muestra de inteligencia narrativa. Los nuevo cinco capítulos de Lupin encuentran la manera de mantener el núcleo misterioso y frenético de su exitosa primera temporada. Por si eso no fuera suficiente, también muestra todas las posibilidades que convierten al personaje y su historia de éxito.
El programa comienza en el mismo punto en el que terminó la primera parte y esa noción de continuidad beneficia su solidez. Por supuesto, que Lupin depende por completo de su personaje más importante y Omar Sy es de nuevo el centro de atención. Y lo hace recorriendo puntos desconocidos en este Assane Diop poderoso, sofisticado y brillante.
El argumento encuentra su capacidad para analizar el bien y el mal a través de una serie de trampas y giros inesperados. De la misma forma en que lo hizo en sus anteriores capítulos, la gran pregunta que gravita sobre la historia habla de la habilidad de la trama para sorprender.
Y en menor medida, hasta qué punto Lupin puede hacer que la venganza no sea solo un acto de realización. Este brillante ladrón, que además ahora avanza contrarreloj para evitar un desastre mayor, es también un hábil manipulador. De modo que para su regreso nada es lo que parece e incluso es más complicado, extraño y singular de lo que podría suponerse.
La segunda parte de Lupin tiene un llamativo empaque de drama internacional, con exteriores de una París radiante y la tensión convertida en parte esencial del guion. Pero también es un despliegue de recursos argumentales para lograr lo que es quizás su mayor logro: no decepcionar.
Después de su excepcional debut, la serie tenía el complicado compromiso de mantener el ritmo rápido y el tono ambiguo que le hicieron un éxito. ¿Cómo lograrlo después de descubrir sus mejores cartas y dejar a Sy en el peor de las situaciones imaginables?
Trucos, estallidos y estratagemas: Lupin todo su esplendor
Con tanto ingenio como su protagonista, la segunda parte de Lupin encontró la forma ideal de volver a reflexionar sobre la venganza contra Hubert Pellegrini (Hervé Pierre). Pero a la vez convertirse en una caja de sorpresas con todo un renovado arsenal de recursos de Diop.
Si para la última escena de la temporada anterior Assane Diop tenía en un dilema imposible de resolver, ahora parece haber encontrado una solución. No será sencilla, no será rápida. Pero Diop tiene la capacidad de luchar para llevarla adelante.
Uno de los puntos de mayor interés en el programa es su capacidad para convertir lo que parecen puntos intrascendentes en auténticos descubrimientos. Una y otra vez, la serie de Netflix realza su condición de rompecabezas de suspense sobre el dilema de dos enemigos poderosos en lucha invisible.
Un juego de magos, un dilema de ladrones
Para su segunda tanda de capítulos, en Lupin hay énfasis en algunos personajes ignorados en la anterior temporada. También hay todo un despliegue de nuevos escenarios y un tramo final que rinde tributo a varias escenas memorables del cine. Todo en medio de una tensión que va en aumento y que, sin duda, llega a sus mejores momentos cuando Diop toma el control de la situación.
Si para el final de la primera temporada parecía que Assane Diop batallaría contra lo inevitable la segunda se quita la urgencia de encima. Y aunque por supuesto el meollo sigue siendo cómo evitar la tragedia inminente, también hacen énfasis en el hecho de que Assane lo tiene todo bajo control.
Tanto como para que uno de los puntos bajos de los capítulos sea la insistencia del guion de hacerlo muy cercano a lo infalible. Assane tiene toda la capacidad y la inteligencia para ser un personaje de ricos matices, pero se echa en falta la posibilidad del error.
Si para los capítulos previos ya era asombrosa la capacidad de Diop de estar en ventaja constante, para la nueva temporada el efecto es incluso abrumador. De modo que en algunos puntos, la trama se hace inverosímil y se convierte en una complicada mirada sobre los recursos en contraposición a la inteligencia.
Como novedad, la serie de Netflix incluye unos cuantos flashbacks de contexto que permiten imaginar como será la venidera e imprescindible temporada tres. Para su último y explosivo capítulo, Assane Diop deja claro que la aventura no solo se ha hecho más emocionante, sino peligrosa.
Una apuesta arriesgada que la segunda parte de Lupin logra superar con elegancia, buen gusto y un todo una nueva visión sobre su centro medular. Este ladrón brillante, de una capacidad asombrosa y que nunca deja de sorprender tiene mucho más trucos bajo la manga. Y la mayoría a punto de ser explotados en su totalidad.