La Ley de Servicios Digitales de la Comisión Europea, como ya te hemos contado en anteriores ocasiones, es una pesadilla para las grandes tecnológicas que operan en el viejo continente. Tim Cook, CEO de Apple, finalmente se pronunció sobre dicha regulación durante la VivaTech de Francia (vía Reuters). Aunque el directivo cree que algunos puntos de la ley son positivos, otros son todo lo contrario. De hecho, advirtió que podría representar un riesgo de seguridad y privacidad para el iPhone.
Una de las principales preocupaciones de Tim Cook es que la Ley de Servicios Digitales podría permitir la instalación de aplicaciones que provienen fuera de la App Store. Evidentemente, esta práctica pondría fin al control que tiene Apple sobre la distribución de aplicaciones, abriendo la puerta a software peligroso que pondría en peligro los datos personales de los usuarios. Por supuesto, estamos mencionando solo uno de los posibles escenarios.
Y es que Tim Cook considera que, con el borrador que existe actualmente sobre la Ley de Servicios Digitales, Apple sería forzada a permitir la carga e instalación de aplicaciones por fuera de la App Store. "Destruiría la seguridad del iPhone y muchas de las iniciativas de privacidad que hemos construido en la App Store. O las etiquetas de privacidad y el App Tracking Transparency [transparencia de seguimiento de aplicaciones]", expresó el director de Apple.
Tim Cook, dispuesto a debatir la Ley de Servicios Digitales
Pese a la preocupación existente, Tim Cook se mostró dispuesto a formar parte del debate y encontrar un camino que satisfaga a las partes involucradas. No debemos olvidar que la Ley de Servicios Digitales sigue siendo una propuesta cuyo objetivo es limitar el poder de las tecnológicas en Europa. Además de Apple, la Comisión Europea tiene la mira puesta en otras Big Tech como Google, Amazon y Facebook. Estas también verían afectadas sus operaciones en sus respectivos mercados.
La Ley de Servicios Digitales tiene como principal impulsora a Margrethe Vestager, quien en más de una ocasión dejó en evidencia el poder de las tecnológicas en territorio europeo. La idea, claramente, es evitar cualquier tipo de práctica antimonopólica; lo anterior sin importar qué tan grande o importante sean las tecnológicas afectadas. Si bien la propuesta está sobre la mesa, aún le falta recorrer un largo sendero para convertirse en una regulación definitiva.