Un equipo de científicos de la Escuela Politécnica Federal de Zúrich ha desarrollado un mecanismo para activar la liberación de insulina a través de un smartwatch. Se trata de un proceso totalmente revolucionario, pero es importante tener en cuenta que, de hacerse accesible, será dentro de muchos años. Al fin y al cabo, el reloj es el interruptor que activa el mecanismo, pero el resto de engranajes constituyen un mecanismo de terapia celular. Y eso es algo que requiere muchos ensayos clínicos antes de llegar a aprobarse.
Sin embargo, con lo que ya podemos leer en el estudio que acaban de publicar en Nature Communications, es inevitable sentirse optimista hacia algo que podría traer la ciencia ficción un poco más cerca de la vida real. Esto es lo que sabemos de momento de esta revolucionaria aplicación para el smartwatch.
Terapia celular aderezada con un 'smartwatch'
En la actualidad, algunos relojes inteligentes, como el Apple Watch, tienen un gran número de aplicaciones propias de un chequeo médico. Desde la medición de la frecuencia cardíaca y la saturación de oxígeno, hasta todo un electrocardiograma.
La mayoría de estas mediciones se obtienen gracias a la luz verde, que se emite de forma fija o pulsada y atraviesa la piel del usuario, facilitando el control de determinados parámetros.
Incluso empiezan a desarrollarse algunos que prometen medir la glucosa. Estos serían herramientas magníficas para los diabéticos. Pero todavía más útil que saber cuándo deben pincharse la insulina sería que el propio smartwatch ayudara a secretarla.
Y eso es lo que están estudiando estos científicos. Pero el reloj no libera la insulina, sino que sirve como interruptor de una cascada genética introducida en las células del paciente.
El mecanismo en cuestión consta de varios engranajes. Para empezar, se introducen en el pacientes células modificadas genéticamente con todos los componentes necesarios para generar la insulina. El primero se encuentra en la membrana celular. Allí, hay una serie de moléculas que se activan al irradiarse con luz verde. Una vez que esto ocurre, se liberan otras moléculas que viajan al núcleo celular y favorecen que se exprese un gen encargado de la síntesis de insulina. Finalmente, cuando la luz se apaga, esas moléculas que se liberaron en la membrana vuelven a su lugar y todo el proceso queda apagado.
Primeras pruebas
Los autores de esta investigación ya han probado su aplicación para smartwatch, tanto en células de cortezas de cerdo como en ratones vivos. Los resultados han sido muy positivos en ambos casos.
Incluso se puede aprovechar la pulsatilidad de la luz LED, para conseguir un resultado similar al de una bomba de insulina. No obstante, reconocen que harían falta al menos 10 años hasta que su invento pueda implementarse en pacientes.
A pesar del uso del smartwatch, no deja de ser un tratamiento basado en la terapia celular. Ya hay algunas de estas terapias a las que pueden acceder pacientes. Sin embargo, requieren que cada caso se analice concienzudamente y, sobre todo, pasar previamente por ensayos clínicos muy exhaustivos. En este caso, dichos ensayos ni siquiera han comenzado. Por lo tanto, si bien es un gran descubrimiento, aún queda mucho para que sea una realidad para los diabéticos.
Lo que está claro con noticias como esta es que, si la ciencia sigue avanzando a este ritmo, llegará el día en que el argumento de Black Mirror nos parecerá propio de una novela costumbrista. Eso sí que es emocionante.