Después del apocalíptico cliffhanger en el que nos dejó “Lamentis” (1x03) de Loki (Michael Waldron, 2021), teníamos muchas ganas de que Disney Plus estrenase el siguiente episodio, “The Nexus Event” (1x04), para saber de qué manera iban a salir el Dios del Engaño (Tom Hiddleston) y su otra variante Sylvie (Sophia Di Martino) de una situación tan apurada.
Pero los guionistas han decidido alargar un poco más nuestra incertidumbre. Nos ofrecen en el prólogo una imagen familiar de la primera trilogía de Thor (Kenneth Branagh, Alan Taylor, Taika Waititi, 2011, 2013, 2017); a continuación, cómo se había torcido la historia del personaje principal más enigmático de la serie y nueva información sobre la actual jueza Ravonna Renslayer (Gugu Mbatha-Raw); y por último, una visión oscura de sus temibles jefes.
Pero, en la satisfactoria escena que soluciona el aprieto del único modo razonable posible y que no podía sino habérsenos pasado por la cabeza, Michael Waldron nos descubre ciertas motivaciones importantes; y opta por sellar un vínculo decisivo en el exacto momento del clímax. Una buena composición dramática, no cabe duda. La de todo el capítulo.
Los giros más trágicos en ‘Loki’
Y un misterio inquietante se une a los ya planteados en episodios anteriores, añadiendo desconfianza por quien no parecía que la mereciese en un principio, y se adentran de nuevo en la personalidad difícil de Loki y se desarrolla una intensa conversación, muy elocuente y efectiva en su sencillez, entre el protagonista y el agente Mobius M. Mobius (Owen Wilson), a quien habíamos echado de menos igual que a las interacciones de los dos por su indiscutible química interpretativa.
Por otro lado, se le otorga mayor crédito y relevancia a otro personaje de Loki, la Cazadora B-15 (Wunmi Mosaku), como corresponde a un relato en el que se cuidan los detalles, nada se desaprovecha y se pretende hacer justicia con cada uno de sus seres de ficción. Aunque esperamos que no vuelvan a repetir unas jugarreta bastante recordadas; la del Mandarín en Iron Man 3 (Shane Black, 2013) y la de Pietro Maximoff (Evan Peters) en WandaVision (Jac Schaeffer, 2021).
En Loki, de Marvel Studios, el voluble villano Loki (Tom Hiddleston) retoma su papel de Dios del Engaño en una nueva serie que tiene lugar tras los acontecimientos de Vengadores: Endgame. Kate Herron la dirige y Michael Waldron es el guionista principal.
No porque fuese inverosímil ni especialmente indigna o molesta para los espectadores; en una misma saga cinematográfica, apestaría que insistieran más de dos veces con una clase tan llamativa de viraje narrativo. Y hay cierta ironía poética en que los Dioses del Engaño se revelen como los responsables del derrumbe de una gran mentira.
Porque han conseguido sembrar la semilla de la sospecha en dos ánimos que no podían estar más comprometidos con su labor; y nos olemos que los pecados capitales precipitarán la caída de aquellos revestidos con suprema dignidad y su sistema a todas luces odioso por totalitario. Y los trágicos giros que se producen, que uno no esperaba que se produjese y mucho menos con una voluntad tan expeditiva, azuza la animadversión del público como ninguna otra cosa.
Construyendo nuestra empatía sin que nos demos cuenta
De manera que deseamos ardientemente que exorcicen al final los demonios a los que conjuran con semejante eficacia. Y nos sorprende con sumo agrado y gratitud una serie como Loki, que se nos pudiera antojar más ligera que WandaVision o que Falcon y el Soldado de Invierno (Malcolm Spellman, 2021), no sea así en realidad.
Lo decimos porque, contra todo pronóstico, logra afectarnos en mayor medida de lo que se nos pudiera antojar al comienzo; y tal vez se deba a que Michael Waldron ha sabido construir nuestra empatía por los personajes con habilidad y sin que nos percatemos. Y esta circunstancia incluye tanto la elaboración concreta de la personalidad de Mobius sobre el papel como la naturalísima encarnación de Owen Wilson, que lo llena de una creíble humanidad; aparte de la evolución de Loki.
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Por ello, pese a que no encontramos ninguna virguería en el aparato audiovisual de este capítulo como el plano secuencia de “Lamentis”, y a que se cumple el temor de la dichosa jugarreta insistente en el Universo Cinematográfico de Marvel, “The Nexus Event” nos agarra y nos vapulea; y nos conmina a seguir agitando nuestra curiosidad.
