La carga rápida es una de las características más buscadas -y promocionadas- en los smartphones de la actualidad. Sin embargo, no está libre de inconvenientes, en especial por la incompatibilidad en los protocolos que utilizan distintas compañías. Para terminar con problemas de este tipo, las principales marcas chinas se alían con el fin de crear un estándar unificado de carga rápida para teléfonos inteligentes.
Las firmas que encabezan el proyecto son Huawei, Oppo, Vivo y Xiaomi, con la colaboración del Instituto de Tecnología de la Información y las Comunicaciones de China. El resultado de este trabajo en conjunto ha sido la presentación de un documento con especificaciones técnicas para la "carga rápida convergente" de dispositivos móviles.
En resumidas cuentas, la alianza busca que los smartphones de las marcas involucradas accedan a un tipo de carga rápida que sea idéntico para todos. La propuesta es interesante y, en caso de tener éxito, podría expandirse al resto del mundo con el paso del tiempo. Según Huawei Central, el objetivo a largo plazo es "satisfacer todos los requisitos de la industria".
El informe indica, además, que las compañías que proponen la creación del estándar de carga inalámbrica han obtenido apoyo de firmas dedicadas a la producción de componentes, como Angbao Electronics, Silicon Lijie y Rockchip, entre otras.
La carga rápida para smartphones puede tener su propio estándar
Independientemente de si prospera o no el proyecto de crear un estándar para la carga rápida, los jugadores involucrados tienen una importante experiencia en el rubro. Xiaomi, por ejemplo, recientemente rompió un récord al cargar al 100% la batería de un Mi 11 Pro en apenas 8 minutos. La compañía ha sido capaz de transmitir hasta 200W de potencia con cable, y 120W en carga inalámbrica.
Oppo, por su parte, cuenta con cargadores rápidos que pueden entregar hasta 125W por cable, así como 65W a través de una base inalámbrica. Mientras tanto, Huawei cuenta con un amplio catálogo de patentes relacionadas a la carga rápida. De hecho, en abril pasado registró un nuevo sistema wireless para llenar la batería de sus smartphones desde "larga distancia".
Pero, más allá de la posibilidad de unificar tecnologías para crear un estándar de carga rápida, la iniciativa parece tener otra motivación. China limitará la carga inalámbrica a un máximo de 50 vatios, y para los fabricantes ya no tendrá sentido promocionar soluciones propietarias de mayor potencia. Así, este escenario podría beneficiar la adopción de una plataforma de carga compartida, más eficiente y con un desarrollo menos costoso.