Ahora que se acerca el verano, para muchos comienza la operación bikini. Tras un año sin controlar la alimentación ni el ejercicio, solo confían en las famosas dietas milagro para dejar esos kilos de más y causar sensación en la playa y la piscina. Cualquiera de ellas vale, aunque en los últimos años ha cobrado una fama renovada la conocida como dieta militar.

Como bien indica su nombre, es una rutina de alimentación de lo más espartana, por lo que muchas personas se quedan en el camino, por no tener la suficiente fuerza de voluntad para acatar sus férreas directrices. Quienes logran terminarla, están encantados; pues, efectivamente, en la mayoría de casos alcanzan ese peso deseado en poco tiempo.

Pero tan poco es el tiempo que tardan en alcanzarlo como el que les lleva recuperarlo. Es algo habitual en las dietas milagro. No son más que un timo, que no nos ayudará a conseguir nuestros objetivos a largo plazo. El problema es que a veces, aparte de eso, pueden ser peligrosas. Por eso, para saber si este es también el caso de la dieta militar, en Hipertextual nos hemos puesto en contacto con el dietista-nutricionista especializado en nutrición para el deporte Esteban Picón.

¿Qué es la dieta militar?

La “dieta militar” es una de las conocidas como “dietas con apellido”, como nos cuenta Picón. Otros ejemplos de estas serían la dieta de la piña, la dieta de la luna o la de los grupos sanguíneos.

Todas ellas son dietas milagro y, según el especialista, constituyen un acto de irresponsabilidad por parte de quienes las promocionan. 

La dieta militar es una de las conocidas como 'dietas con apellido'

Esteban Picón, dietista-nutricionista

Una de sus principales características es que se realiza en solo tres días, en los que se restringen todo lo posible las calorías, aumentándolas desde el desayuno hasta la cena, pero disminuyéndolas a lo largo de los tres días. Es decir, se come más al final del día que al principio, pero el tercer día las ingestas están mucho más reducidas que el primero. Después, se dejan cuatro días con una ingesta de alimentos normal y, si se desea, se vuelve a repetir la dieta durante tres días. Así, hasta alcanzar los objetivos de peso deseados. 

Aunque los alimentos que se pueden comer varían un poco, la base suele ser siempre la misma. De hecho, se la conoce también como dieta del helado, por ser este uno de los ingredientes que no pueden faltar. Este sería un ejemplo de menú habitual dentro de la dieta militar:

DesayunoComidaCena
Día 1Una tostada con mantequilla de cacahuete o aceite. Una tostada de pan integral y una lata de atún.85 gramos de carne, 340 gramos de judías verdes, medio plátano, una manzana pequeña y una taza de helado de vainilla.
Día 2Una tostada con un huevo cocido y medio plátano.Un huevo cocido, una taza de queso fresco y cinco galletas saladas.Carne magra, una taza de brócoli, media taza de zanahoria, medio plátano y media taza de helado de vainilla.
Día 3Una loncha de queso, cinco galletas saladas y una manzana pequeña.Una rebanada de pan tostado y un huevo cocido.Un a lata de atún, medio plátano y una taza de helado de vainilla.

Ni media mañana, ni merienda, ni ejercicio

Uno de los hechos que llaman la atención de la dieta militar es que se eliminan las comidas de media mañana y merienda. Esto, según nos cuenta Picón, no es la parte más grave de la dieta. “El número de comidas que hace una persona a lo largo del día no es importante siempre que la dieta sea saludable e incluya todos los nutrientes en cantidades adecuadas como nos indica el plato de Harvard”. Esto último hace referencia a las recomendaciones generalizadas para que una ingesta sea saludable. Por lo general, la mitad de lo que comemos debe incluir vegetales, mientras que la otra mitad debe estar representada por una cuarta parte de granos integrales y otra cuarta parte de proteínas. Ninguna de las tres comidas diarias que se hacen con la dieta militar alcanza ni mínimamente este objetivo. 

Por lo tanto, el problema no es que se eliminen comidas, sino que son muy pobres nutricionalmente. De cualquier modo, cabe destacar que es bueno repartir las ingestas en más comidas al día para que, aun siendo saludables, sean más apetecibles. Por eso, la recomendación de Esteban Picón es comer entre cuatro y cinco veces al día.

Para que una ingesta sea saludable, la mitad debe estar compuesta por vegetales

Otra pauta muy llamativa de la dieta militar es la de eliminar el ejercicio físico de la ecuación. Se recomienda que durante los tres días de restricciones no se practique ninguno o, que si se hace, sea algo muy suave, como salir a caminar o pasear en bicicleta. Esto se debe a que la restricción calórica genera una gran debilidad. De hecho, es la razón por la que muchas personas abandonan antes del tercer día. Y, por supuesto, esto es un problema. “Cualquier dieta que no se complemente con ejercicio físico va a aportar más perjuicios que beneficios a nuestra salud.”, señala el nutricionista consultado por este medio. “Se podría pensar que esta dieta es adecuada para personas deportistas, pero sería todo lo contrario, ya que se les está recomendado interrumpir su pauta normal de entrenamiento”.

Muchas bebidas estimulantes

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Foto por Danielle MacInnes en Unsplash

Al igual que con otras dietas en las que se da gran importancia a la restricción calórica, esta dieta militar permite el consumo indefinido de café o té, tanto acompañando a las comidas como en lo que serían la media mañana y la merienda suprimidas. 

Este consejo se debe, por un lado, a que no suponen un aporte calórico considerable, al ser prácticamente todo agua. Y, por otro, a que la cafeína ayuda a quemar las grasas. Cabe destacar que estas bebidas no son peligrosas. Incluso conllevan muchos beneficios para nuestra salud, siempre que no nos pasemos de unas cantidades determinadas. Aunque estas pueden variar de unas personas a otras, en general no se deben tomar más de tres tazas al día. Y es que, si no es así, Picón nos cuenta que podría “causar molestias digestivas y afectar al sueño”.

Además, existen estudios que señalan que un exceso de cafeína puede afectar a la absorción de la vitamina D.

¿Es peligrosa la dieta militar?

Por lo general, si no se alarga mucho en el tiempo, no tiene por qué causar perjuicios a la salud. 

Como en todas las dietas milagro, lo más probable es que se produzca efecto rebote

Lo único que ocurrirá es que “se perderán algunos kilos por pérdida de agua, pero luego volverán a causa del efecto rebote”. No obstante, si se alargara mucho, quizás porque la persona en cuestión quiere perder muchos más kilos, sí que estaríamos ante un problema, ya que “le faltaría una gran cantidad de grasas saludables, vitaminas y minerales.”

Finalmente, hay que tener en cuenta que el café y el té tienen un efecto diurético, que ayuda a perder peso y que, “cuanto más rápido se pierde el peso, más peligroso será para nuestra salud”.

En definitiva, la dieta militar reúne todos los requisitos de las dietas milagro; que, según Picón, son principalmente cinco: la promesa de perder 2-3 kg a la semana, un nombre comercial llamativo, aporte de calorías muy bajo, la recomendación de no hacer ejercicio físico y la comida más calórica al final del día, para que te vayas a dormir “con la sensación de que ha merecido la pena”.

¿Pero merece la pena realmente? Está claro que no. Decían nuestras abuelas que debemos desayunar como un rey, comer como un príncipe y cenar como un mendigo. Las dietas milagro, como la dieta militar, invierten ese orden. Pero, en general, lo que debemos hacer es comer toda la jornada y todos los días como nosotros mismos. Con cabeza, de forma saludable, pero sin obsesiones, y, sobre todo, sin creer en los milagros. La alimentación no es una cuestión de fe.