Sam Wilson/Falcon (Anthony Mackie) es el nuevo Capitán América. Lo es después de un proceso en el que venció a lo que parecía una versión tradicional del héroe. John Walker/US Agent (Wyatt Russell) portó el escudo el tiempo suficiente para dejar claro que la investidura de lo heroico cambió. Para demostrar que el Universo Cinematográfico de Marvel es mucho más que accidentes de laboratorio y poderosos misteriosos. En toda su humildad de hombre corriente que debe afrontar una misión, el personaje cambió Marvel y su narrativa a lo largo de la serie de Falcon y el Soldado de Invierno de Disney Plus.
¿Llegó una nueva era en Marvel? Quizás la respuesta no sea tan simple en una franquicia creada para el puro entretenimiento. Pero tenemos los primeros indicios. Una de las sagas más rentables y populares del cine comenzó su fase 4 en mitad de una circunstancia mundial inédita. Una que, además, sostiene las expectativas del estudio a mediano y largo plazo.
¿Con qué público tendrá que lidiar una franquicia en medio de los estragos comerciales del coronavirus? ¿Qué deberá hacer una de las sagas más famosas para sobrevivir a la indiferencia?
Sam Wilson, un héroe humilde
Hace más de un año que no se estrena en cines una película de Marvel. Hace unos días, el estudio difundía un “trailers de trailers” con el futuro de la franquicia. Desde la esperada Shang-Chi y la leyenda de los diez anillos hasta un vistazo a Eternos, el video es entretenimiento puro.
Marvel Studios celebra sus películas mostraba también un avance claro de lo que podemos esperar de aquí a tres años vista. Eso incluye a la secuela de Black Panther y Capitana Marvel 2, ahora conocida, simplemente, como The Marvels. Pero lo más llamativo es que el rápido recorrido concluye con la frase “¡Nos vemos en el cine!”
No todo es tan sencillo. Marvel está moviéndose en otra dirección y lo hace precisamente con un superhéroe que tiene la misión de reflejar los tiempos que corren. ¿Cómo lograr eso en un universo esencialmente fantástico?
Sam Wilson, que no lleva el suero del súper soldado en la venas, que tiene una familia, deudas, preocupaciones racionales y éticas, es la respuesta. Después de la larga sucesión de robots, alienígenas y magos, los enemigos se volvieron dobles agentes y terroristas domésticos. Se convirtieron en los espectros de una sociedad claustrofóbica y traumatizada. Desde la fantasía y la acción, el nuevo Marvel tiene espacio para los dolores cotidianos.
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Tiene un lugar para los remordimientos, para las preocupaciones mundanas que hasta ahora parecían lejos a los superhéroes. Wanda Maximoff (Elizabeth Olsen) batalla con un duelo tan doloroso como sofocante. Sam Wilson debe asumir una carga para lo que no está preparado para llevar los hombros. Ambos logran una expiación y una redención.
Pero Sam también hizo algo más. Mostró problemas que hasta ahora el Universo Cinematográfico de Marvel había dejado a la periferia. Los dejó en el tapete y se enfrentó de cara al mundo que la pandemia, el vaivén político estadounidense y el futuro le legó a la franquicia.
Un héroe con un destino complejo
“Nadie quiere ver a un Capitán América negro”, dice Isaiah Bradley (Carl Lumbly). Es uno de los súpersoldados que el ejército norteamericano utilizó para probar el verdadero potencial del suero. Pero en lugar de llevar un escudo y convertirse en un héroe, fue encerrado y maltratado. El personaje, enfurecido y lleno de amargura es una metáfora de lo que ocurre en el trasfondo. Lo que atraviesa el matiz y el miedo de algo por completo nuevo en Marvel: la realidad política.
Bradley y Sam, sentados uno frente al otro, por primera vez hablan de racismo en el Universo Cinematográfico de Marvel. Y sin disimulo alguno. El antiguo soldado pregunta a Sam si cree posible que “ellos” acepten a un Capitán América que no tenga “ojos azules y cabello rubio”. Es una pregunta socialmente relevante, dura y que de pronto hace que Marvel se enfrente a la realidad.
La serie está llena de pequeñas insinuaciones que apelan al mundo al otro lado de la pantalla. Un policía pregunta a Bucky si “ese hombre” negro que le acompaña le está molestando. Lo mismo en la larga conversación de Karli Morgenthau con Sam. ¿Quienes son los nuevos enemigos de Marvel?
Después del asesinato de George Floyd, de la tensión electoral estadounidense y del cambio profundo en el discurso cultural, la cultura cinematográfica debió reaccionar. Y Marvel lo hizo con un personaje que comenzó por rechazar el legado que se le tendía para aceptarlo sin reservas.
El futuro es algo extraordinario
Es el momento propicio para un Capitán América negro. Como siempre, el mundo del cómic va mucho más acelerado que el resto de las artes y ya lo mostró. Pero la llegada de un hombre cuyo mayor atributo heroico es la integridad es todo un mensaje.
Desde el primer Capitán América, cuya portada muestra al héroe golpeando a Hitler, Marvel no había vuelto al terreno político con tanta fuerza. Black Panther (2018) fue una celebración. Falcón y el Soldado de Invierno y la futura cuarta película de Capitán América es una celebración a ese pasado poderoso.
Al parecer, la nueva fase Marvel estará más cerca del mundo real de lo que nunca lo ha hecho hasta ahora.