Se habla mucho de los beneficios de andar con los pies descalzos. Desde fortalecer los músculos de las piernas hasta disminuir el estrés y la ansiedad, pasando por la mejora de la circulación y el reforzamiento del sistema inmunitario.

Eso es lo que se dice, ¿pero qué hay de cierto en ello?  Ahora que en el hemisferio norte llega el buen tiempo, caminar sin zapatos, al menos en casa, empezará a ser mucho más frecuente. Podemos hacerlo simplemente por gusto; aunque, si también nos cuentan que es saludable, lo haremos con más ganas. Sin embargo, no todas esas maravillosas propiedades son ciertas. No nos hará daño, siempre que no se haga sobre basura o una superficie con cristales, pero tampoco será esa panacea que estamos esperando.

Niños con los pies descalzos

Los niños son el público al que más se dirige el consejo de caminar con los pies descalzos. Sobre todo cuando están empezando a andar. 

No se resfriarán por andar con los pies descalzos en invierno

Esto se debe, por un lado, a que mejora la propiocepción. Este concepto hace referencia a la capacidad para sentir la posición relativa de las diferentes partes del cuerpo, así como del movimiento de las mismas. En definitiva, se promueve una mejor percepción del espacio en el que se encuentran.

Además, parece tener algún beneficio sobre el desarrollo del arco del pie y los músculos de las extremidades inferiores. 

Algunos padres tienen reticencias a llevar a sus hijos con los pies descalzos por miedo a los resfriados. Sin embargo, hay sobradas evidencias científicas de que esto no es así. Esto se debe a que el resfriado lo provocan ciertos virus respiratorios como el rinovirus. Por eso, la transmisión es similar a la del causante de la COVID. Se da de una persona contagiada a otra, ya sea a través de las gotitas respiratorias o por tocar objetos contaminados y llevar después las manos a las mucosas.

Sin embargo, tenemos la percepción de que el frío, a través de los pies o de cualquier otro modo, está relacionado con contraer constipados y gripes. Esto se debe a que es en invierno cuando más circulan estos patógenos y también a que pueden infectar más fácilmente mucosas irritadas por el frío. Pero no es la causa directa, por lo que andar con los pies descalzos no es un problema.

Incluso podría ser un beneficio, pues se ha comprobado que algunos niños que mantuvieron este hábito desde muy pequeños se resfrían menos de mayores. Sin embargo, como bien ha explicado a Hipertextual la pediatra Gloria Colli, “no está claro si es causal o una simple coincidencia”.

Pasa lo mismo con la recomendación de llevar a los niños sin zapatos ni calcetines para bajarles la fiebre. Podría ser un método físico para que descienda la temperatura, como los baños de agua fría, pero no hay evidencias suficientes de que sea realmente útil.

Por lo tanto, lo único que está del todo claro para los niños es que no se resfriarán por llevar los pies descalzos y que podría ser beneficiosos cuando están empezando a andar.

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Foto por Johnny McClung en Unsplash

¿Y los adultos qué?

No hay estudios científicos que corroboren la mayoría de propiedades que se atribuyen a andar descalzo para los adultos. Por ejemplo, no va a mejorar tu estado de ánimo ni va a disminuir la ansiedad. Quizás, si andas descalzo por la playa, te sientas mejor anímicamente. Pero será por estar pasando un buen día de playa con amigos. No por el hecho de no llevar zapatos. Como ese, son muchos los supuestos beneficios que en realidad no tienen una explicación.

Andar con los pies descalzos no mejora el estado de ánimo ni reduce la ansiedad

Sí que se han visto beneficios a nivel locomotor en los deportistas. Por ejemplo, en declaraciones a Health Line, el podólogo y cirujano Bruce Pinker explicó que los zapatos pueden evitar que usemos ciertos grupos musculares que nos ayudan a fortalecer todo el cuerpo.

Además, mejora el control de la posición del pie y el equilibrio y “ayuda a mantener un rango adecuado de movimiento en las articulaciones del pie y el tobillo, así como la fuerza y estabilidad adecuadas dentro de los músculos y ligamentos”.

De cualquier modo, cabe destacar que, si bien hay muchos estudios en niños, en adultos son mucho más escasos, sobre todo por encima de los 50 años. Por eso, es necesaria más investigación para discernir si realmente hay unos efectos notablemente diferentes a los de llevar un zapato deportivo adecuado. 

Y llegó la pseudociencia

Vale. Ya sabemos que hay beneficios para niños y para adultos deportistas. ¿Pero qué pasa con el resto?

Si bien puede, igual que con la fiebre de los niños, darse algún beneficio anecdótico por el frío, lo cierto es que las ventajas que se le atribuyen a nivel general provienen la mayoría del earthing, también conocido como grounding. Este concepto hace referencia al procedimiento por el cual, al dejar de usar zapatos con suela de goma, promovemos que los electrones procedentes de la Tierra fluyan por nuestro cuerpo, mitigando la inflamación causada por los radicales libres.

El earthing defiende andar descalzos para que los electrones de la Tierra fluyan por nuestro cuerpo

Aunque en los últimos años se ha vendido como un concepto con evidencia científica, por estar respaldado por varios estudios, no deja de ser una pseudociencia si lo analizamos.

En primer lugar, todos esos estudios son pequeños, con pocos participantes y, normalmente, un diseño metodológico muy pobre.

Por otro lado, si nos retrotraemos a la historia del earthing, encontraremos que todo empezó cuando un ejecutivo retirado, llamado Clint Ober, cayó en la cuenta de que cada vez son más frecuentes los zapatos de materiales sintéticos y que esto podría estar relacionado con el aumento en la incidencia de ciertas enfermedades. Ya tenemos gurú. No hay pseudociencia que no lo tenga.

Pero la cosa no queda ahí. El hombre no se limitó solo a transmitir su iluminación y dejarlo todo en manos de la ciencia. Desde que creó el earthing en 1998, ha aprovechado para diseñar todo tipo de productos que facilitan el flujo de electrones. Ya no basta con ir descalzo. También hay colchones y almohadas que ayudan a que todo fluya mucho mejor mientras dormimos. Y, de paso, el dinero fluye por su bolsillo.

Pero volvamos a la ciencia. ¿Tiene sentido todo esto? Básicamente, lo que describe este fenómeno es algo así como la toma a tierra de los sistemas eléctricos. Se insinúa que si no vamos descalzos o no usamos estos productos conductores estaremos totalmente aislados. Sin embargo, basta con ver cómo se eriza el pelo por la electricidad estática en determinadas ocasiones para saber que sí fluyen. Vaya si fluyen.

Además, reduce todos nuestros problemas a los radicales libres. Estas son moléculas muy reactivas, resultantes de los diferentes procesos biológicos que ocurren en nuestras células. El hecho de que sean muy reactivas se deben a que tienen electrones desapareados. Para que una molécula sea estable debe tener los electrones de sus capas más externas apareados. Si alguno se queda suelto, reaccionará con otras moléculas cercanas, robándoles electrones. Cuando esto ocurre dentro de un equilibrio no es peligroso. De hecho, los radicales libres son en parte necesarios para el correcto funcionamiento de nuestro organismo. Sin embargo, con el tiempo pueden acumulares en las células. Es ahí cuando se las relaciona con fenómenos como el envejecimiento celular o incluso con enfermedades como el cáncer. Para evitar este desequilibrio, son necesarias las sustancias antioxidantes.

El proceso de robo de electrones que realizan los radicales libres se conoce como oxidación. Como su propio nombre indica, los antioxidantes previenen que esto ocurra; por ejemplo, donando esos electrones que se necesitan para estabilizar las moléculas. Pueden tomarse fácilmente en la dieta, a través de multitud de alimentos.

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Foto por Andrew Tanglao en Unsplash

Pero no debemos olvidar que solo buscamos que no se genere un exceso de radicales libres. No queremos eliminarlos, pues también cumplen funciones en el organismo. Por eso, incluso si lo que defiende el earthing fuese cierto, no haría falta, pues no necesitamos un aporte constante y excesivo de electrones para eliminar cualquiera que esté sin aparear.

Así que no, las suelas de goma no nos harán ningún daño. En cuanto a llevar los pies descalzos en casa, puede ser muy agradable ahora que viene el calor. Incluso si te gusta hacerlo en invierno puedes estar tranquilo, pues no te resfriarás. Poco más. Es cierto que hay publicaciones que afirman que ayuda a reforzar el sistema inmunitario, pues al no llevar zapatos la energía de la Tierra fluye a través de nosotros y nos ayuda a revitalizarnos. Pero eso, como la propio definición ya deja ver, no dispone de ninguna evidencia científica.